DESAFÍOS PARA EL DIRECTORIO
ADMINISTRACIÓN. El año 2023 con perspectiva de Alta Dirección.
Chile está viviendo un mes vacacional, en que la mayoría de nuestros connacionales ya han gozado -o están justo ahora gozando- de un merecido descanso y están con pocas ganas de pensar en lo que se nos viene cuando regresemos a nuestras obligaciones laborales.
Y sin pretender ser aguafiestas, quisiera hacer una reflexión estival de lo que debiesen ser algunos puntos de atención para cualquier director de empresas o ejecutivo que, habiendo ya hecho su balance del año recién pasado, se apronta a enfrentar un año 2023 que se ve complejo y desafiante.
1. AMBIENTE
REGULATORIO
El mundo cambia a velocidad vertiginosa y muchos paradigmas han mutado, en especial como consecuencia de la pandemia que ha representado el covid-19 y los efectos cada vez más visibles del Cambio Climático.
Esto mismo se ha traducido en que esquemas regulatorios que se estimaban inamovibles, o de vigencia de muy largo plazo, se vean modificados o estén en vías de serlo para adecuarse a la nueva realidad.
Quizás uno de los ejemplos más visibles en esta materia se puede encontrar en el sector energía y, dentro de éste, en el sector eléctrico, con su tránsito a fuentes energéticas renovables y una paulatina caída de la relevancia de las fuentes basadas en combustibles fósiles.
Cambios similares han ocurrido en el retail, en el transporte, etc. Y los directores deben estar preparados para adecuarse a estos cambios si quieren sobrevivir en su área de actividad.
2. AMBIENTE
FINANCIERO
Tanto el ministro de Hacienda como la presidenta del Banco Central han manifestado su preocupación por el tamaño y salud del mercado de capitales chileno.
Hasta antes de la pandemia, Chile contaba con un mercado financiero calificado como uno de los más desarrollados entre las denominadas economías emergentes. Posiblemente en términos relativos siga siéndolo, pero no cabe duda que los retiros de los fondos de pensiones, por más de US$ 50.000 millones, le restaron profundidad y afectaron el acceso al mercado del crédito a muchos actores de la economía, en especial a aquellos que no pueden acceder a fuentes financieras internacionales.
Esta realidad se debe incorporar en el bagaje de preocupaciones de directores y ejecutivos, puesto que no es solo un problema de acceso al crédito, sino que además a tasas de interés más altas.
3. LA REVOLUCIÓN
DIGITAL
En todos los paneles, seminarios y encuestas en que he podido participar, éste es uno de los temas más difíciles de digerir por los directores y ejecutivos.
En mi opinión, esto es en parte porque la velocidad del cambio en esta materia supera la capacidad de entendimiento de muchos integrantes de la organización.
Algunos se han hecho más evidentes: ¿cómo no darse cuenta de la rapidez con que las empresas del retail y el comercio en general se adecuaron a las exigencias planteadas por la reclusión obligada que impuso el covid? Si bien el e-commerce ya existía antes de la pandemia, la transformación en el comercio llegó para quedarse. Pero hay mucho más en esta materia que plantea desafíos para los directores y ejecutivos: protección de la data, la plena incorporación de la Inteligencia Artificial en el marketing, etc. Y en este punto no puedo dejar de mencionar un desafío que, por obvio, a veces no se vislumbra su relevancia y dificultad: encontrar y retener los colaboradores especialistas en estas materias, cuya demanda es creciente.
4. LO ÚNICO PERMANENTE ES EL CAMBIO
No voy a entrar a discutir la importancia de la planificación, los presupuestos (que son los planes expresados en números) y las definiciones estratégicas.
El énfasis quiero ponerlo en la inmutabilidad de los mismos. En mis inicios como ejecutivo de empresas, la posibilidad de modificar o alterar supuestos en los que estaban basados los planes o estrategias era casi pecaminoso y a lo más se aceptaban algunos análisis de sensibilidad a los cambios visualizados.
Hoy los directores y ejecutivos deben abrir su mente a cambios radicales a mitad de camino en los planes de la empresa, ajustar las variables consideradas claves, revisar la estrategia por cambios en la realidad de nuestro entorno competitivo, puesto que la velocidad con que cambia supera con creces nuestra capacidad de anticipación. Y junto con éstos abrirnos a la posibilidad de tener que modificar, dentro del ejercicio, los KPI (Key Performance Indicator) con que definimos la remuneración variable de nuestros colaboradores, puesto que la frustración que genera tener una meta inalcanzable puede tener repercusiones en la capacidad de retener talento.
Y, por supuesto, hay mucho más, pero como es periodo de vacaciones dejémoslo acá. Y éxito en 2023.