Harto movidas han estado estas últimas dos semanas de verano. Qué quieren que les diga. En Valparaíso, por ejemplo, y en una decisión completamente contracíclica -como diría la Mariana Mazzucato-, los Castro le dieron una insólita manito a Sharp y abrieron su restobar Mala Yerba, encabezado por el exuniformado Coke Castro Jr., pero detrás del cual está la mano de la Feña Castro y la propia Rossana Ducaseau. De hecho, quise ir para el Día del Amor, pero el indecente de mi pololo ni se acordó de la fecha y, más encima, me engrupió que ese día tenía turno en la Tercera Compañía de Bomberos junto a su compinche, Guagüito.

En fin. La cuestión es que los Castro ese día lo dieron todo y el Mala Yerba -ubicado en el primer piso de la propia casa del exalcalde en el cerro Bellavista- ya comienza a hacerse conocido. Cualquier día de estos puede que llegue el alcalde Sharp (su hermano instaló el Bodega 87, un concepto similar al lado del mercado de Punta Arenas), con Paulo Gómez, Javier Valenzuela y el Nico Guzmán a tomarse unos schops.

Lo que aún no entiendo, y por lo mismo quiero ir luego, es que si uno va y quiere, por ejemplo, ir al baño y se equivoca de puerta, ¿se encuentra con el Negro en calzoncillos viendo tele? Fuera de bromas. Bien por la Roxy y la Fer, como también por el Coke, quien apuesta por reinventarse después de su meditada renuncia a Carabineros.

El otro que ya se nos farandulizó es el ya mítico Doble efe (Doble eje lo rebautizaron los pesados) Franco Fernández, hoy asesor de primera línea de Macarena Ripamonti. Cómo será de influyente esta columnita, que apenas lo nombramos la semana pasada al niño le pasó todo lo que no le había pasado en una vida:

1) Lo invitaron a La Moneda, donde se reunió junto a la Maca Ripamonti y la Cami Brito con la subsecretaria de Vivienda y encargada de la Reconstrucción de Viña posincendio, Tatiana Rojas.

2) Alguien le movió la jaula a sus fans en redes sociales porque me enteré que empezaron a acosar digitalmente una cuenta parodia que existe bajo mi santo nombre en Instagram. ¡Ay, soy una diva!

3) Pasó altiro a la primera división al ser incluido en el organigrama que presentó la Corporación "Un Parque para Las Salinas" al denunciar un posible tráfico de influencias entre el municipio y otro lote de militantes RD de la consultora El Mapa.

¿Quién dijo que en

verano no pasa nada?

Los que tampoco se quedan quietos son los revoltosos anti-Sharp en redes sociales. Solo este fin de semana la estupenda cuenta parodia Alcaldía Sucedánea nos sorprendió en Twitter con un remedo publicitario de la telefónica WOM, famosa por palanquear a medio mundo, con un claro palo al abogado puntarenense, seguramente por sus cantinfleos de verano que lo tienen en la prensa capitalina por puros yerros y condoros.

El último apunte que quisiera hacer tiene que ver con la core Tania Valenzuela, una de las aliadas del gobernador Mundaca y artífice de la denuncia que hizo añicos la Corporación de Turismo por las supuestas coimas solicitadas para el ATP de Viña de Hans Gildemeister. Su exjefa de gabinete, Eva Osorio, salió también mencionada en la denuncia de "Un Parque para Las Salinas" como la repartidora de los brochures de la polémica Plaza de Bolsillo.

Hace unos días tuve la mala ocurrencia de caminar por el centro de Viña del Mar, específicamente por el sector aledaño a los malls que circundan la avenida Libertad y el borde costero. Como en una visión de Dante o de Milton, el lugar parecía un bazar en decadencia, sucio, abandonado, bullicioso y hostil. La anarquía, el descuido, el delito, la suciedad y el comercio ambulante poco a poco se han tomado el espacio público, alguna vez pensado como punto de encuentro de las familias.

Ni hablar de la oferta de drogas y alcohol a plena luz del día, incluso a menores de edad, en puestos de ambulantes instalados en el borde costero, deplorable espectáculo que se replica, por ejemplo, en la playa Las Torpederas en Valparaíso.

Por cierto, no es este un problema de la actual administración comunal, sino que se remonta por lo menos a una década atrás. La alcaldesa en ejercicio y el Concejo Municipal heredaron un enorme déficit presupuestario, y la pandemia y los incendios no han contribuido a alivianar la carga.

Es justo destacar que las autoridades comunales han mostrado interés por resolver esta situación, lo mismo que los funcionarios de Carabineros que diariamente exponen su vida frente a un lumpen que no respeta a nada ni a nadie.

El futuro de Viña del Mar está a unos pocos kilómetros y se llama Valparaíso, ciudad puerto recientemente calificada por la revista Bloomberg como "patrimonio de la humanidad en decadencia". Para quienes nacimos y nos criamos en la otrora Perla del Pacífico, es doloroso constatar cómo Valparaíso se ha convertido en la locación perfecta para películas como Sin city o para oscuras series de televisión del tipo True Detective o The Sinner.

Más que la ciudad del pecado, Valparaíso ha devenido en una no-ciudad, una ciudad porosa, deteriorada, en ruinas. Un pueblo fantasma, zombificado, con una población flotante joven y universitaria guiada más por el desenfreno, la liberación personal y la ocupación irracional de los espacios públicos, antes que por la virtud y el bien común.

Pese a todo lo anterior, Viña del Mar sigue siendo una de las mejores ciudades para vivir en el país, y su destino no depende de figuras prominentes que alguna vez pulularon por sus calles ni tampoco de la existencia del Casino o del Festival de la Canción, sino del ciudadano común y corriente. Usted y yo estimado/a lector/a somos el alma de esta bella ciudad, y de nosotros depende evitar su caída, por ejemplo, evitando comprar a los ambulantes y hacerlo en el comercio formal que sí paga impuestos. También respetando a Carabineros y a las autoridades, así como las reglas mínimas de convivencia: no arrojar basura en playas, calles y quebradas; no comprar artículos robados; denunciar (aunque sea de manera anónima) los focos delictivos; evitar la música a todo volumen, entre otras incivilidades.

Un entorno grato y estético es responsabilidad de todos, no solo de las autoridades de turno.