Biblioteca Santiago Severin: 150 años junto a la comunidad
Profundamente arraigada en la ciudadanía porteña y de la Región, fue creada el 27 de febrero de 1873 y funcionó precariamente en dos locales hasta que el benefactor cuyo nombre lleva decidió donarle el emblemático edificio, que ocupa desde el año 1919.
Con una identidad indisolublemente unida a su emblemático edificio patrimonial situado frente a la Plaza Simón Bolívar y vecino a la Plaza Victoria, en el corazón de la ciudad, la Biblioteca Regional Santiago Severin de Valparaíso cumple mañana 150 años de servicios distinguidos a la comunidad.
Creada el 27 de febrero de 1873, bajo la Presidencia de Federico Errázuriz Zañartu, como la primera biblioteca pública del país, funcionó en sus inicios en el Palacio de Tribunales, donde "transita de sala en sala" sin poder ofrecer un buen servicio a los vecinos, de acuerdo a un artículo del filósofo y museólogo Horacio Hernández en el libro La Biblioteca Pública Santiago Severin de Valparaíso y Roberto Hernández (2021), que ubica luego a la institución en un local no poco precario de calle Edwards con Independencia, donde estuvo entre 1912 y 1919.
"Varias voces se levantaron para denunciar el hecho y promover la destinación de fondos públicos para la construcción de un edificio exclusivo para albergar a esta importante institución", escribe la arquitecta y académica Marcela Hurtado en el mismo libro. "Entre estos personajes destaca la figura del intelectual Roberto Hernández -periodista, escritor e historiador-, quien recoge la inquietud en múltiples crónicas de los diarios El Chileno y La Unión".
"El reclamo hace eco en el comerciante, político y filántropo porteño Santiago Severin, quien será el gran benefactor de la biblioteca, que tomará finalmente su nombre", continúa Hurtado. El acaudalado hombre de negocios decide donar el nuevo inmueble, "venciendo obstáculos con resolución inalterable. El proceso y las obras se inician en 1912", acota Horacio Hernández, nieto del impulsor de la campaña periodística pro edificio, que terminará ligado de por vida a la institución, de la que será oficial primero, subdirector y conservador entre 1917 y 1952.
Muchas y variadas donaciones
En referencia a la millonaria donación, sostiene en una de sus crónicas en La Unión de Valparaíso, el 3 de noviembre de 1918: "En otras partes son comunísimos estos rasgos (…) Entre nosotros o por mejor decir en Chile, el rasgo del señor Severin es único y merece esculpirse en honra del donante que, cuando esté concluido el edificio, no habrá desembolsado menos de seiscientos mil pesos de su fortuna particular".
¿A cuánto equivalen hoy día esos seiscientos mil pesos de 1912?, se pregunta el abogado y académico Gonzalo Severin Fuster en el ya citado libro sobre la Biblioteca Santiago Severin y Roberto Hernández. El hallazgo de una noticia publicada en 1912 por el Bulletin of Pan American Union se refiere a la donación y la menciona en dólares: cincuenta mil.
Si se actualiza esa suma de 1912 al año 2019 "y el resultado lo convertimos a pesos chilenos del día de hoy, tenemos que la donación sería en la actualidad de unos mil millones de pesos", menciona el artículo de Severin Fuster, quien también expone que el benefactor de la biblioteca "realizó a lo largo de su vida muchas y muy variadas donaciones a distintas instituciones" y participó en diferentes obras solidarias, entre ellas la Junta de Beneficencia, el Hospital San Agustín y la Sociedad Protectora de la Infancia.
Por todo eso La Unión afirmó que su muerte, ocurrida el 17 de marzo de 1920, a los 51 años, "ha causado penosísima impresión en todos los ánimos y la ciudad entera se ha sentido agobiada ante el peso de tan nefasta noticia".
Casa propia y terremotos
El edificio de estilo neoclásico-renacentista, que en los planos originales mide 58 metros de largo, 12 de ancho y 15 de alto, comienza a ser construido en 1912 según el diseño de los arquitectos italianos Arnaldo Barison y Renato Schiavon -que se adjudicaron la obra en concurso público- en conjunto con el ingeniero Augusto Geiger.
El proyecto experimentó retraso debido a la escasez o tardanza en la llegada de material como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, señala Marcela Hurtado, quien agrega que la biblioteca fue entregada y habilitada por etapas, sin que se realizara una inauguración oficial "en parte por expreso deseo de don Santiago Severin".
También está la posibilidad de que la inauguración de la muestra Artes Gráficas de Valparaíso en el recién construido inmueble, el 26 de octubre de 1919, haya sido también la del edificio, aunque Roberto Hernández, que obró como cronista oficial de la biblioteca, no menciona un acto de esas características en sus escritos.
Como sea, desde ese año la institución tiene su propia casa. Una casa que en los últimos 37 años ha sido afectada por dos grandes terremotos. El del 3 de marzo de 1985 le provocó daños de tal gravedad que estuvo a punto de ser demolida, pero la oposición regional a ese mortal destino -encabezada por el malogrado arquitecto Alberto Sagre- hizo lo suyo y la determinación se esfumó mientras el personal se jugaba por el rescate y el traslado de libros y patrimonio a las universidades de Valparaíso, de Playa Ancha y Católica de Valparaíso, así como a la Biblioteca Rotaria de Playa Ancha, donde estuvieron entre 1987 y 1989, periodo en que se recuperó y reforzó la construcción, que fue declarada monumento histórico en 1998.
"Tras el terremoto de 2010 fue nuevamente intervenida producto de la serie de daños que sufrió, especialmente en el tercer piso, estructura de techumbre y ornamentación de las fachadas", detalla el artículo de Marcela Hurtado. Y así como luego de la recuperación post sismo de 1985 la biblioteca estrenó el subterráneo que hace las veces de depósito de ejemplares, en esta ocasión se introdujeron varias mejoras, entre ellas la Sala de Investigadores que reemplazó el antiguo auditorio ubicado en el tercer nivel.
en 2022 realizó más de 21 mil préstamos y en enero último registró alrededor de tres mil, casi triplicando los 700 del mismo mes del año pasado. también sumó más de 1.200 nuevos socios.
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl