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Urge avanzar
Hace más de 100 años que se conmemora el Día Internacional de la Mujer en todo el mundo. Más de diez décadas han pasado, pero las consignas mantienen la urgencia de avanzar en igualdad de derechos y visibilizar las violencias de género.
Y seguimos llegando tarde. Según la Unicef, aproximadamente 1 de cada 20 niñas entre los 15 y los 19 años ha sido víctima de violencia sexual, y casi 1 de cada 4 no se está educando ni capacitando, en comparación con 1 de cada 10 niños. Sabemos también que a los 6 años, las niñas ya se perciben como menos inteligentes que sus pares masculinos, según la Revista Science en 2016.
Como país hemos avanzado en el fortalecimiento de políticas públicas que promuevan la equidad de género, en la visibilización de las violencias contra las mujeres y en un discurso común sobre la necesidad de avanzar en igualdad de derechos. Sin embargo, seguiremos llegando tarde si estas políticas no se abordan desde la niñez.
Las mujeres adultas probablemente ya vivieron en su historia alguna forma de violencia o discriminación, y mientras avanzamos en que no vuelvan a sufrir esas injusticias debemos trabajar para prevenir de manera oportuna que niñas y adolescentes sean víctimas de estas violencias.
Urge avanzar en una educación que promueva la equidad y prevenga las violencias de género desde la niñez. Necesitamos construir entornos amables y seguros que promuevan el desarrollo pleno de las niñas, para que a los 6 años sus sueños no se vean limitados por su género, para que dejen de ser víctimas de violencia y para que más pronto que tarde podamos escribir también "cartas a la directora" cualquier día del año.
Este 8 de marzo, por las niñas.
Carla Ljubetic Directora ejecutiva Fundación Niñas Valientes
Defensoras
Al celebrarse este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, quiero personalizar mi saludo en dos importantes mujeres de la política europea: Giorgia Meloni, de Italia, y Cayetana Álvarez de Toledo, de España; ambas valientes exponentes de la cultura cristiano-occidental y defensoras a ultranza de la vida y la libertad. Bravo por ellas.
Francisco Bartolucci Johnston
Desafío
En febrero del 2021, la Cepal anunció que la pandemia había generado un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en América Latina y el Caribe.
Hay distintos factores, pero por destacar algunos, las mujeres se vieron forzadas a desertar de sus trabajos para dedicarse a los quehaceres domésticos y de cuidados no remunerados: el hecho de haber estado escuelas y jardines cerrados y, probablemente, sin redes de apoyo, complejizó que las mujeres pudieran continuar en el mercado laboral. A quienes más impactó fue a las mujeres de los tres quintiles de menores ingresos.
Sin ir más lejos, en nuestra Región de Valparaíso la tasa femenina de desempleo es de un 9,1% vs. la masculina de un 6,8%, mientras que la tasa de informalidad femenina es de un 30,4%.
Los datos son claros, pero sobre todo alarmantes. Sin embargo, en el mes donde conmemoramos el Día Internacional de la Mujer tenemos un gran desafío, que es mejorar los índices económicos y de empleo en nuestra región, pero con perspectiva de género, fomentando la participación femenina en el mercado laboral, la igualdad salarial, la corresponsabilidad parental en los cuidados, con programas de emprendimiento femenino, y promoviendo el acceso a trabajos formales, entre otros. Un desafío ambicioso que solo será posible con la colaboración y compromiso de todos los actores sociales.
Samira Chahuán Akle Directora regional Valparaíso Fundación Pacto Social
Vital compromiso
Cuidar de sí misma y de otros es, sin duda, una de las ocupaciones más significativas en la vida de una persona, más aún en el caso de las mujeres adultas, a quienes sistemáticamente se les sigue asignando roles y funciones determinadas por la cultura y la sociedad, donde el cuidado de otros, sean niños o niñas, personas mayores o con algún grado de dependencia, es una responsabilidad por excelencia.
Estos roles muchas veces traen consigo un cansancio y malestar importante que al irse acumulando en los años causan descuido, deterioro y, finalmente, enfermedades, entre las que encontramos las denominadas enfermedades o problemas de salud mental, situación que afecta a una gran parte de la población mundial y que se vio aumentada posterior a la pandemia de covid-19.
Como profesionales de la salud y el bienestar, creemos que es vital sostener un gran compromiso como agentes de cambio y trasformación social, creando alternativas de acompañamiento y apoyo para las mujeres que han visto afectado su bienestar general. Por ejemplo, la integración de alternativas tecnológicas en la atención en línea permite dar garantías en salud y derechos para promover y promocionar una salud mental y comunitaria de calidad centrada en las propias necesidades de cada una de las personas.
En estas fechas, donde ponemos el acento en la reivindicación de los derechos de las mujeres, sostenemos nuestro compromiso con el cuidado para que todas las personas, y de manera especial las mujeres, puedan ser cuidadas.
Cristal Campillay Alarcón Académica de Terapia Ocupacional UNAB, sede Viña del Mar
Igualdad de género
El mundo actual sigue siendo claramente masculinizado desde su estructura, su cultura y su lenguaje, lo que invisibiliza nuestras identidades femeninas y enfatizo "identidades", porque somos muchas y distintas mujeres. El no reconocimiento de aquello impide darnos cuenta de la intersección de distintas categorías de discriminación que nos ubican en posiciones de desventaja y opresiones múltiples, como el género, la raza, la educación, la posición social, el color de piel, la orientación sexual, el país y continente que habitamos.
Sin embargo, cuando nos hacemos conscientes de aquello (y algunas tenemos el privilegio y la obligación de denunciarlo) podemos desde espacios colectivos de sororidad acompañar a otras mujeres a transitar hacia lugares donde se encarne la igualdad de género. De allí, como decía Carol Hanish, feminista norteamericana, "lo personal es político".
Hay muchas mujeres que han marcado nuestra historia, anónimas y reconocidas pensadoras, poetas y rupturistas chilenas -Violeta Parra, Gabriela Mistral, Gladys Marín, Sola Sierra- como también grandes mujeres que forman parte de nuestro linaje familiar, pero que en su mayoría no pudieron romper los mandatos patriarcales.
El desafío que nos convoca está en cuidar y permitir que todas y cada una tengamos la oportunidad de ser mujeres, sin miedo, sin violencia, sin discriminación y desde infinitas posibilidades de enunciación.
Dra. Verónica Rubio Aguilar Académica Escuela de Trabajo Social, U. Santo Tomás, Viña del Mar