Funcionario de la DGAC y delincuente mueren en asalto frustrado en aeropuerto de Santiago
POLICIAL. Objetivo era robar $26 mil millones provenientes de Miami.
Redacción
Vigilantes de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) frustraron en la mañana de ayer un millonario asalto a un camión de valores en el aeropuerto internacional de Santiago, tras un tiroteo en plena losa del terminal aéreo en la que murieron dos personas: un funcionario de la misma institución y un delincuente.
Según el director de la DGAC, general Raúl Jorquera, la intentona fue protagonizada por un grupo de al menos doce asaltantes, fuertemente armados y con entrenamiento profesional, en el marco de un plan bien definido con el que pretendían apropiarse de más de 32 millones de dólares.
Los delincuentes penetraron el perímetro de las pistas, tras arremeter en vehículos contra una de las rejas y maniataron al guardia de seguridad que se encontraba en el lugar, quien sin embargo "logró zafarse para dar aviso al segundo control de acceso, quienes enfrentaron a los delincuentes que iban decididos y con poder de fuego para concretar el robo".
"Lograron traspasar la primera línea, pero no la segunda que es decisiva (…). Por ahí entraron, pero por ahí se alertó también", afirmó Jorquera, quien negó que existan brechas de seguridad que hagan el aeropuerto inseguro pero admitió que "hay que revisar los procedimientos, por supuesto que sí, y eso es una autocrítica".
Pese al aviso, los ladrones lograron acercarse al avión procedente de Miami que llegaba con remesas millonarias, momento en el que se inició la balacera en el que murió uno de los presuntos asaltantes y el funcionario de la DGAC y bombero Claudio Villar Rodríguez, quien participó en el enfrentamiento armado.
El fiscal Eduardo Baeza dijo que los antisociales portaban armas largas y cortas. Es decir, escopetas y pistolas.
La empresa Brinks, a través de un comunicado, aseguró que sus vigilantes "siguieron todos los protocolos de seguridad ante el asalto (...)" y lamentó "profundamente el fallecimiento en el lugar de un funcionario de la DGAC ante el violento asalto, con armamento de guerra, perpetrado por delincuentes".
Botín más grande
Los delincuentes, que no lograron el objetivo de llevarse el dinero, se dieron a la fuga, y en su huida dejaron cuatro vehículos quemados en la ruta que conecta con el aeropuerto.
De no haber sido frustrado, este habría sido el robo más grande en la historia de Chile, superando el asalto que logró un botín de 7,9 millones de dólares en 2014 y el que en 2017 consiguió llevarse 21 millones, ambos en el mismo aeropuerto.