Descontrol en el uso de contenedores de aseo
Abusos en los depósitos de basuras en barrio poniente viñamarino pueden determinar un retroceso en sistema de recolección. La cuestión de fondo es que los residuos domiciliarios o comerciales han aumentado y no existe una política de separación mínima de los materiales que facilite el reciclaje y la recolección.
La anunciada licitación del servicio de aseo en el sector poniente de la Población Vergara estaría considerando retirar el actual sistema de contenedores recolectores de residuos domiciliarios. Se volvería así a la operación manual mediante camiones y personal que va retirando de las calles bolsas de desperdicios. Claro retroceso, pero la eventual medida responde al mal uso que actualmente se da a los contenedores verdes, los cuales quedan rápidamente saturados con los desechos de locales de venta de comida. A ello se suma que la cantidad de depósitos es inferior a la creciente demanda que originan edificios con decenas de departamentos.
Además, los mismos contenedores y su entorno se convierten en microbasurales con restos de materiales de construcción e incluso muebles. Está también la "revisión" que hacen de los depósitos algunos recolectores que dejan en las calles restos de su operación. En suma, descontrol.
El concejal Alejandro Aguilera (CS) dejó abierta la posibilidad de un sistema diferenciado para uso de los locatarios que saturan actualmente los contenedores. Por su parte, el concejal Pablo González (PC) aclaró que no hay nada definido en la licitación, que es flexible.
Corolina Ríos, presidenta de la Junta de Vecinos Casino, insiste en criticar el uso indebido de los contenedores, pero afirma que su retiro "significaría un retroceso gigantesco". Y sería un retroceso, pero el caso es que los contenedores son solución y, a la vez, un problema por su mal uso por vecinos y por personas ajenas a su área de servicio.
El problema reside en la falta de una ordenanza detallada para el uso del sistema, tal como existe, por ejemplo, en la comuna capitalina de Las Condes, donde se fijan horarios para depositar los residuos, evitando su larga exposición al calor y consiguiente descomposición. Hay, además, camiones para recolecciones específicas de materiales en días determinados. La normativa va acompañada de sanciones a los vecinos o locatarios infractores.
La cuestión de fondo es que los residuos domiciliarios o comerciales han aumentado y no existe una política de separación mínima de los materiales que facilite el reciclaje y la recolección. Hay depósitos de una entidad privada para recolección de envases de vidrio, pero su uso no es obligatorio. Operaron fugazmente depósitos para plásticos, pero la mayoría desapareció. Faltan, además, puntos de recepción de materiales electrónicos, baterías y pilas, elementos altamente contaminantes.
Todo lo señalado es parte de un problema que se presenta en el día a día en nuestras calles con esos contenedores y su entorno convertidos en microbasurales. Solución cómoda para desechos domésticos o comerciales, pero que significan un daño ambiental que afecta la estética, la salud y, en último término, la calidad de vida de toda la población.