Correo
Cambio de gabinete
Tras 185 días, el Presidente Gabriel Boric, por segunda vez, vuelve a reestructurar su equipo para intentar, en su segundo año de mandato, recuperar capacidad de gobierno que se pueda expresar en la recuperación de la hasta ahora esquiva aprobación ciudadana a su gestión. La apuesta pasa por mejorar la gestión incorporando entre sus colaboradores a secretarios/as de Estado con experiencia y conocimiento en los asuntos públicos. También busca introducir equilibrios en la segunda línea de gobierno, al realizar cambios en 15 de las 39 subsecretarías, para tener más eficacia gubernamental y corregir la asimetría existente en el oficialismo en estos cargos.
Según señaló el Mandatario, "lo que me motiva para hacer estos cambios (…) no son las presiones políticas ni las compensaciones menores. El propósito de estos cambios es mejorar nuestra capacidad de respuesta y mejorar la gestión ante las urgencias que hoy día tiene nuestra patria". Después de un año, el Presidente parece estar comprendiendo que lo que importa de un gobierno, al final del día, son sus resultados.
Quizás por lo anterior el Jefe de Estado llamó a sus colaboradores a "privilegiar los resultados por sobre la ideología". Esto implica una decidida apuesta por el pragmatismo e incrementalismo en la gestión de gobierno y políticas públicas. Habrá que ver cómo procesan este mensaje los sectores más fundamentalistas de su administración y si están dispuestos a una suerte de realismo sin renuncia 2.0. Lo esperable es que frente a estas visiones el Mandatario internalice que gobernar para cambiar las cosas es navegar contra la corriente. No hay otra forma de liderar y gobernar.
Hace un año el Gobierno empeñó su palabra cuando anunció su programa. El país lo evaluó por sus resultados. Hoy el Presidente Boric y su administración parecen estar teniendo más claro que nunca que "resultados" es la palabra que encumbra o hunde a un gobierno.
Marco Moreno Académico Escuela de Gobierno, Universidad Central
Proposiciones
Con motivo del trabajo de la Comisión Experta que redacta el primer borrador de un nuevo texto constitucional, me permito, por esta vía, señalar dos proposiciones que estimo debieran ser consideradas en su estudio.
Primera: al borrador de capítulos propuestos (13) para el nuevo texto debe agregarse uno nuevo sobre "Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad". El rango constitucional de estas instituciones debe asegurar su no politización en el futuro y que ningún Gobierno pretenda comprometerlas en materias de orden político o tomar su control con estos fines.
Segunda: debe corregirse el sistema electoral vigente (proporcional) para legislar uno que evite la proliferación de independientes autónomos, partidos o semipartidos, como ocurre hoy, ya que esto genera una fragmentación política que conduce a la ingobernabilidad, como estamos constatando día a día.
Francisco Bartolucci Johnston
Sin privilegios
En el país del nunca jamás siguen en forma reiterada las faltas al Estado de derecho. Si queremos combatir la delincuencia, no es posible permitir que personas circulen por nuestras ciudades sin sus documentos personales. No es posible, tampoco, que un futbolista, por creerse "conocido", salga a trotar en su entorno sin documentos. Carabineros realiza controles bajo protocolos policiales, pero si una persona, ante la ausencia de documentos, es detenida y termina quejándose por el trato recibido, para luego ser recibido por el alto mando policial en el edificio institucional, es impresentable.
Las familias afectadas por la acción delictual que esperan horas por la presencia policial, solo quieren que exista igualdad ante la ley. Es lo que todos anhelamos, sin privilegios para nadie.
Joaquín Ortiz G.
Proveedores
El 8% de los chilenos posee una enfermedad considerada como rara en el país, la mayoría sin diagnóstico ni tratamiento adecuado, según ha dicho el propio Ministerio de Salud. Ante ello, la autoridad anunció cómo abordará el problema: creando una Oficina para Condiciones Crónicas Complejas y respaldando una futura ley para identificar y vigilar estas patologías.
Consideramos positivo este avance para el tratamiento y alivio de estas enfermedades, pero es fundamental el aporte de la industria de dispositivos médicos, la que entrega nuevas tecnologías, innovación y soluciones que garantizan la seguridad del paciente y la oportunidad a recibir mejoría.
Nuevamente, hacemos ver que el ministerio no conoce o no entiende la importancia de los productos que están presentes en más del 90% del trabajo a diario de la salud pública y privada. Dejar fuera a los proveedores de dispositivos médicos, representados por APIS AG., y no permitir una planificación oportuna ni opiniones de la industria, impide enfrentar de mejor manera este drama social.
Eduardo del Solar Di. ejecutivo Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (APIS)
Desafíos en la sala de clases
En el marco de la Ley TEA, la reflexión de cómo hemos ido creando conciencia sobre la inclusión de niños y niñas a nuestra sociedad y, en especial, al sistema de salud y escolar, se puede mirar con una perspectiva positiva que está dando pequeños pasos.
Sin embargo, no podemos olvidar que la realidad de las salas, en que existe una diversidad total (todos los niños son diversos y aprenden de manera diferente), genera otra necesidad. Se requiere comprender que la inclusión requiere un esfuerzo mancomunado de nuestra sociedad que acepte tal individualidad en el progreso del aprendizaje, pero, sobre todo, que acepte que ello implica dar tiempos, estrategias y adaptar un sistema de un currículo tan rígido como el que poseemos.
No parecen ser suficientes las buenas intenciones y reflexiones, sino que se necesitan cambios estructurales que acojan a los niños neurodiversos desde su totalidad. Aceptar los ritmos de aprendizaje, aceptar y adaptar los contenidos a los esenciales, promover las fortalezas por sobre las dificultades y, especialmente, potenciar aquello que parece ser una particularidad positiva que impacta en todos (grupo curso).
Aprender es un proceso continuo en el ser humano, que siempre va más allá de un diagnóstico y se centra en la capacidad de adaptarnos a los cambios y generar estrategias individuales para ello.
Entonces, la pregunta central sería no sólo qué diagnóstico tiene un niño y cuestionarnos cómo ese niño genera estrategias para adaptarse ante los requerimientos escolares.
Claudia Figueroa Académica Fac. Ciencias Rehabilitación, U. Andrés Bello