LOGÍSTICA DE ÚLTIMA MILLA
OPERACIONES. La clave para una ventaja competitiva.
La reciente pandemia trajo un incremento sustancial del comercio electrónico al detalle. La cuarentena, las restricciones de movilidad y el límite de aforo en los sitios de afluencia pública fueron los principales factores que obligaron a las empresas a buscar y potenciar nuevos canales para la venta y distribución de sus productos y servicios.
Aunque el comercio electrónico estaba presente en Chile hace varios años, durante la pandemia tuvo su mayor apogeo con un incremento de casi el 200% en comparación con años prepandemia.
Si bien las cifras reportadas muestran el éxito del comercio electrónico, ¿a qué desafíos se enfrentan las organizaciones de cara al futuro?, ¿en qué se deben enfocar para mantenerse competitivas en el mercado? Estas preguntas pueden abordarse con varias perspectivas, entre las cuales se destaca la logística de última milla.
PLANIFICAR,
IMPLEMENTAR Y
CONTROLAR
Ésta se define como el proceso de planificar, implementar y controlar eficientemente el transporte y almacenamiento de los bienes desde el punto de generación del pedido hasta su entrega al cliente final.
Contiene tres componentes: cumplimiento, transporte y entrega de última milla. El primero es el proceso de preparar un pedido hasta que esté listo para su distribución. El segundo es la movilización del pedido hasta el cliente, y el último corresponde a las actividades necesarias para la entrega física del pedido al cliente final.
Consideremos un cliente que coloca un pedido usando el portal web de un supermercado. El cumplimiento de última milla empieza desde que se coloca el pedido hasta que el shopper arma el pedido, lo factura y embala para su distribución. El transporte de última milla empieza cuando el pedido armado es entregado al repartidor y movilizado al destino indicado por el cliente. Finalmente, la entrega de última milla se inicia desde que el repartidor baja del vehículo, toma el pedido y lo moviliza al punto de encuentro con el cliente, que puede ser su casa, departamento u oficina.
Varias ineficiencias pueden identificarse en el ejemplo. Durante la preparación del pedido, el shopper puede recorrer innecesariamente más de una vez los pasillos del supermercado, ya sea porque olvidó algo o porque la lista de productos no está organizada de forma que optimice su recorrido dentro del establecimiento. Esto se traduce en pérdida de tiempo y menor productividad.
Durante el transporte, el supermercado podría usar una distribución uno a uno; es decir, por cada pedido, un vehículo exclusivo es destinado al transporte de dicho pedido, en lugar de agrupar varias órdenes que se entregan relativamente cerca una de otra dentro de la misma franja horaria. Los vehículos que se van a la misma zona geográfica generan externalidades negativas tales como el aumento de las emisiones de CO2, de los niveles de ruido y contribuyen a la congestión vehicular.
Finalmente, durante la entrega el repartidor puede dejar el pedido en la recepción del edificio y no notificar inmediatamente al cliente de su llegada, causando pérdida en la cadena de frío de algunos elementos si los contuviese. En el caso de productos de mayor volumen, impondría al cliente la necesidad de tener que movilizarlos hasta su ubicación final dentro del domicilio. Ambos casos afectan la experiencia global de compra y, por consiguiente, la percepción de calidad del servicio recibido.
OPTIMIZACIÓN Y COSTOS
Las tendencias globales indican que las empresas tienen cada vez más clientes menos leales y más exigentes, a la vez que buscan un equilibrio en el costo-beneficio de los productos y servicios que adquieren. En la industria del retail se traduce en productos con calidad consistente a menor costo.
Una forma de que las empresas logren esto es la optimización de su logística de última milla, la cual es una de las etapas más ineficientes y contaminantes, con costos que ascienden hasta el 75% de toda la cadena de suministros. Para mejorarla hay varias alternativas, estratégicas y operativas, así como externalizar el proceso a terceras empresas. Esto es una oportunidad para la generación de nuevos negocios y plazas laborales especializadas en esta parte de la cadena de suministros.
Los estudios han demostrado que la eficiencia operacional produce ventajas competitivas difíciles de imitar, clientes más satisfechos y leales, además de colaboradores más productivos y felices.
"Aunque el comercio electrónico estaba presente en Chile hace varios años, durante la pandemia tuvo su mayor apogeo, con un incremento de casi el 200% en comparación con años prepandemia".