"Esto pasa cuando se va perdiendo el Estado de derecho en los barrios"
Diversas reacciones ha dejado el polémico funeral de Camilo Rojas Chepulich, alias "Ñaju". Fueron 15 colegios aledaños al Cementerio N° 3 de Playa Ancha, en Valparaíso, que suspendieron sus clases para poder resguardar la seguridad de sus estudiantes, apoderados y funcionarios.
"Esto es lo que pasa cuando se va perdiendo el Estado de derecho en los barrios y el narcotraficante gana poder en el territorio", comenta Marcelo Sánchez, gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo, institución sin fines de lucro que busca el desarrollo positivo de la infancia a través de la prevención y la evidencia.
- ¿Cuál es el impacto que tienen la violencia y el narcotráfico en los barrios?
- Lo primero que hay que entender es que ha habido un cambio de patrón desde hace cinco años respecto de cómo está operando el narcotráfico en los territorios. Durante la pandemia, hubo un desarrollo de una estrategia territorial mucho más aguda del narcotráfico, y fueron cambiando ciertas rutas. Antiguamente, la droga llegaba desde Paraguay y ahora está llegando desde Colombia. Entonces, eso te dice que quienes están operando en el narcotráfico acá en Chile están mucho más vinculados al narcotráfico internacional, que tiene una asociación directa con la importación de armas irregulares. Y cuando esto sucede, lo que tú empiezas a ver es que la configuración del territorio se hace mediante una disputa entre bandas rivales donde termina dominando aquella que tiene el mayor poder de fuego, que es lo que se ha venido viendo en el último tiempo y cuyo resultado más notable es el aumento de las tasas de homicidios.
- Entonces, el control territorial empieza a tomarse los barrios...
- Exacto. Y para que esta estrategia sea efectiva, hacen que la comunidad sea cooptada, es decir, que no colabore con la policía, que no apoye a los municipios, etc. ¿Cómo? Aprovechando las brechas en las que no está el Estado, encargándose de la provisión de bienes y servicios que el Estado no está entregando; con la disputa territorial más dura, normalizando la actividad delictiva en el sector y haciendo que se pierda la cohesión social; pero la estrategia más grave, la más dura, es el involucramiento de niños y jóvenes en sus bandas, básicamente secuestrando a los niños y encargándose de que la mamá, la abuela, el papá sepan que en las bandas de narcos están participando sus niños. De esa forma, no hay familia que quiera colaborar con las policías.
Narcocultura
- ¿Cómo es que logran captar a los más jóvenes?
- Promoviendo la narcocultura, modelos que están asociados a sus actividades delictuales, modelos que los niños ven como referentes en el territorio y los organizan, creando cosas entretenidas para que los niños enganchen y ahí los reclutan y los van metiendo cada vez más en una progresión delictiva, que parte con el hurto simple y termina en delitos muy graves. Por eso buscan a niños menores de 14 años o niños que están sujetos a la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, torciendo la protección que les da la legislación vigente. Todo esto vulnera muy gravemente los derechos de las niñeces, como también los derechos fundamentales de las comunidades.
- ¿Hay alguna edad promedio en la que son reclutados los niños en el caso del narcotráfico chileno?
- Según el estudio que realizamos de la exclusión de las personas privadas de libertad, el inicio de las actividades delictivas estaba en los 13 años. Esto se relaciona a muchas características que son la base, donde la gran mayoría abandonó su hogar cuando tenían menos de 14 años o que empezaron el consumo de alcohol y otras sustancias en esta misma edad. Además, también tenemos las cifras de exclusión y deserción escolar más altas, junto con 1 millón 200 mil niños que están con riesgo de ausentismo crónico. Esto es brutal.
- ¿En qué deberían trabajar el Gobierno y las autoridades para poner freno a esta situación?
- Aquí hay que reforzar la necesidad de instalar una agenda temprana de prevención social. La mayor parte de los factores de riesgo emergen en familias que no tienen apoyo en la crianza de los niños, con familias que no tienen herramientas para evitar que los niños comiencen con estas conductas disruptivas, como pueden ser el consumo de alcohol y drogas. El Estado debe mirar otras experiencias e incorporarlas en su oferta a nivel local, dotar de estructura a las Oficinas Locales de Niñez y comenzar con la implementación del sistema de protección integral a la infancia y ganar velocidad para ir acortando las listas de espera en el Servicio de Mejor Niñez. Este es el momento de actuar.
"Hay que reforzar la necesidad de instalar una agenda temprana de prevención social. La mayor parte de los factores de riesgo emergen en familias excluidas".