Histeria mediática y comprensión lectora
Tomar bandos y culpar a los medios o al alcalde de La Florida por la delincuencia y el narco en Valparaíso es, al menos, deshonestidad intelectual.
Dice el Partido Comunista, en declaración pública, que la criminalidad en Valparaíso ha sido "manipulada interesadamente por sectores políticos y medios de comunicación conservadores como El Mercurio de Valparaíso", cuya cobertura del narcofuneral del "Ñaju" (acribillado con 30 balazos en la puerta de un colegio de la subida Santos Ossa una semana antes) sería parte de una "histeria mediática" y de una "estrategia" que buscaría profundizar la sensación de inseguridad en la población e instalar un discurso de odio.
Para finalizar, y estableciendo que la criminalidad referida es más culpa de factores como el rechazo a la reforma tributaria y el fracaso del modelo neoliberal, el partido dice respaldar el trabajo desempeñado por la delegada presidencial regional y militante de sus filas, Sofía González.
Vamos por parte. El crimen, la inseguridad y el narcotráfico no son fenómenos exclusivos de la administración del Presidente Gabriel Boric. Es más, este mismo Diario ha puesto en valor el arduo trabajo desempeñado por la delegada González, pero entiende -tal como lo hace la propia delegada- que el tonelaje de la criminalidad no es precisamente histeria, sino un desborde asociado a múltiples variables como falta de oportunidades, inmigración descontrolada, impunidad y reglas inexistentes o poco claras, como es el nulo apoyo que ella recibe del alcalde de Valparaíso en el control del comercio ambulante, uno de los focos principales de los conflictos en la ciudad. Histeria mediática podrá ser exacerbar un triunfo de Wanderers de modo chauvinista, pero no normalizar que se descarguen treinta tiros contra una persona, como pasó en el colegio Las Acacias o en Forestal Alto, solo por poner los ejemplos más recientes. Tampoco suena demasiado histérico dar a conocer que ante el lógico temor de los sostenedores de escuelas de Playa Ancha, fueron ellos quienes decidieron cerrar los diez colegios, así como los rectores las dos universidades. Esto, 24 horas antes de la "histérica" portada que, supuestamente, los habría inducido a tomar tal decisión, la que fue felicitada por el ministro de Educación, luego criticada por la ministra y el subsecretario del Interior y, finalmente, desconocida y calificada de "apresurada" por la seremi de Educación. Para más inri, como dicen los españoles, las críticas a la delegada fueron emitidas por miembros de su propio Gobierno, del cual su partido forma parte activa.
Pero el enemigo hoy no pueden ser los medios, el alcalde de La Florida o la delegada presidencial. El narco están completamente instalado en la ciudad. La decadencia es total y el discurso de "tomémonos de las manitos, responsabilicemos al Estado y pidamos mayor inversión privada" ya no vale de nada. Bien debiera saberlo la propia Municipalidad de Valparaíso, la cual entre 2017 y 2021 tuvo como asesor deportivo al exfutbolista de Wanderers, Joel Soto, recientemente condenado a doce años de cárcel por tráfico de drogas y porte ilegal de armas de fuego junto a tres integrantes de su familia.
Todo esto, en las narices del honorable Concejo Municipal de Valparaíso, el mismo que en vez de preocuparse por la ciudad y los vecinos, se toma cinco horas para criticar a la prensa, discutir sobre más patentes para botillerías o exigirle absurdamente disculpas públicas a la ministra de Defensa por supuestas declaraciones que nunca dijo, y sobre las cuales nadie tuvo la valentía de aclararle a la denunciante que se trataba de un triste problema de comprensión de lectura. Otro más.