Mirar sin el lastre de las consignas
La Inmobiliaria Las Salinas anuncia la continuación de la biorremediación y de los diálogos con toda la comunidad, no sólo con las voces "más altisonantes".
La Inmobiliaria Las Salinas espera seguir adelante con su trabajo de biorremediación el próximo año. Esta tarea busca sanear mediante un novedoso procedimiento los terrenos que por casi un siglo estuvieron ocupados por depósitos de combustible, lo que dejo contaminación en el predio hoy desocupado.
En paralelo, el gerente de la empresa, Ricardo Labarca, afirmó que existe el propósito de mantener las vías de diálogo con la autoridad y también con la comunidad, con la ciudad. "Que se escuchen todas las voces, no las más altisonantes", manifestó el ejecutivo. Es importante también avanzar en las conversaciones con la municipalidad, con cuyas autoridades ya se han realizado reuniones.
Desestima Labarca que la relación con la consultora Mapa, vinculada a Revolución Democrática (RD), el partido de la alcaldesa Macarena Ripamonti, haya tenido un objetivo de aproximación con la autoridad que abiertamente rechaza el uso inmobiliario del valioso terreno. La llamada Plaza de Bolsillo, desarrollada por Mapa, "fue un intento de relacionarnos efectivamente con la comunidad", dice. Y se logró, pues el espacio tuvo acogida.
Insiste el representante de la empresa en que se cumple "rigurosamente con las autorizaciones medioambientales" de acuerdo con la aprobación que el Comité de Ministros diera al proyecto de saneamiento.
La materia es ambiental, la efectividad del saneamiento, y también urbanística, pues el uso inmobiliario de parte del terreno o la habilitación de un parque -¿quién lo financiaría?- suponen un impacto a la ciudad y a su conectividad.
Pero el tema no se agota en esos dos frentes. Está también el frente político en que sectores del oficialismo, entre ellos RD, miran con desconfianza la inversión de un grupo económico, Angelini, controlador de Copec, empresa propietaria del terreno. Y están también los generosos "altisonantes" a que alude Labarca.
Ese es el dilema que la ciudad debe enfrentar, mirar al futuro, con realismo y sin el lastre de las consignas.