Proyecto social queda en el limbo
Caso de deuda de contribuciones de bienes raíces del edificio Tassara exige una aclaración para seguir adelante con iniciativa habitacional.
Una confusa situación se presenta en el caso del edificio Tassara, adquirido por la Municipalidad de Valparaíso con el objeto de reciclarlo y habilitar 24 departamentos que serían entregados en arriendo en la condición de viviendas sociales.
La tradicional construcción, levantada en 1874 frente a la Plaza Echaurren, Barrio Puerto, área histórica de la ciudad, aparece en una nómina de Tesorería con 22 cuotas de contribuciones de bienes raíces impagas, adeudando al Fisco $4.891.228. Por ello, de acuerdo a las normas tributarias vigentes, el 5° Juzgado Civil de Valparaíso decretó el remate del inmueble.
Ante esta situación, concejales y parlamentarios han presentado este caso como una nueva expresión del desorden que reina, en muchas materias, en la Municipalidad de Valparaíso.
Por su parte, precisando más el problema, el consejero regional Manuel Millones señala responsabilidades tanto del Serviu como de la municipalidad y exige que se regularice la situación, ya que una eventual venta frenaría el destino de viviendas sociales, afectando con ello a familias que cifraban en esa iniciativa una solución a su problema habitacional.
Por su parte, la municipalidad afirmó que "los bienes inmuebles municipales se encuentran exentos del pago de contribuciones" y se harán las consultas del caso a la Tesorería.
El caso, denunciado por Boris Kúbela, quien se autocalifica como activista-fiscalizador del municipio, función cívica muy necesaria en Valparaíso, exige una clarificación.
En primer lugar, se debe establecer la efectividad de la exención cuando se trata de un inmueble municipal destinado a arriendo, que incluso tiene en su primer piso el conocido Bar Liberty. Ello, más allá de la finalidad social de los pisos superiores.
Además, al momento de la adquisición municipal la materia de contribuciones debe haber estado aclarada. Hoy, ante esta situación, queda en el limbo una iniciativa positiva que podría ser replicada en otros puntos de Valparaíso, donde buenas construcciones aparecen marcadas por el sello de la decadencia de la ciudad.