El triste balance de los 20 años del SPM
Recuperación de edificios y señalética en las calles son dos de las iniciativas que el Gobierno acelerará para Valparaíso.
De visita en Valparaíso para conmemorar los 150 años de la Biblioteca Severin, la subsecretaria del Patrimonio, Carolina Pérez, esbozó algunos de los desafíos que enfrentan el Gobierno, el municipio y la ciudadanía para lograr el resguardo pleno del casco histórico de la Ciudad Puerto, declarado Sitio Patrimonio Mundial (SPM) en julio de 2003. Ad portas de dicho aniversario, varios de los atributos valorados por la Unesco hace casi 20 años se encuentran en franco deterioro, al punto que su recuperación ya no puede depender de los esfuerzos locales, sino que requiere, con urgencia, de una ayuda más contundente del Estado chileno. En esa línea, la subsecretaria dice que una prioridad es la puesta en marcha de un plan de identificación patrimonial, para que tanto turistas como porteños sepan qué calles de la ciudad están bajo esa denominación y cuál es la historia de algunos de sus inmuebles más emblemáticos.
Luego, Pérez plantea su preocupación por el destino del edificio Tassara y su optimismo sobre la reactivación del proyecto del nuevo Instituto de Neurociencias, detenido por hallazgos arqueológicos, y la aceleración del edificio del nuevo Archivo Regional, que estará instalado en el terreno que ocupara el antiguo palacio Subercaseaux, destruido en febrero de 2003 por una explosión en la calle Serrano. Es evidente que hay pocos avances contundentes en el cuidado patrimonial porteño en estos veinte años y, al contrario, parece que la tendencia al deterioro urbano y el abandono terminó por contagiar a otras zonas importantes de la ciudad. La desidia de la autoridad local para abordar problemas como el comercio ambulante y la falta de aseo ha terminado por sepultar las expectativas de una ciudadanía cada día más desilusionada de esta gestión. ¿Podrá la Corporación Municipal de Administración del Sitio Patrimonio Mundial articular un plan de trabajo en serio? Porque el problema de fondo, lo reconoce la propia subsecretaria Pérez, no es arquitectónico, sino la falta de habitantes y actividades permanentes que permitan hacer del SPM un barrio vital, con dinámicas propias, capaces de retroalimentar la economía de Valparaíso. El desaliento aumenta cuando se compara ese desafío monumental con los resultados de la acción municipal en el resto de la ciudad.