Wanderers recupera el aliento ante el equipo más discreto del Ascenso
FÚTBOL. El Decano venció como visitante por 2-0 a Universidad de Concepción, colista de Primera B, con anotaciones de Carlos Muñoz y Joaquín Zeballos. Palladino tiene una tregua.
Después de días complejos por la derrota ante Rangers en Playa Ancha, Wanderers logró una rehabilitadora victoria como visitante frente a la Universidad de Concepción por 2-0.
Pese a que jugaba ante el equipo con peor rendimiento en lo que va de torneo en Primera B, las cosas no fueron fáciles para el Decano, que llegó hasta el estadio Ester Roa con apenas dos victorias en ocho encuentros.
Por si fuera poco con los malos resultados, Francisco Palladino perdió por una lesión muscular a Marcelo Cañete. Tampoco pudo contar con Lucas Cepeda, aquejado de una dolencia en un hombro.
En el primer partido desde que la dirigencia contrató a Jorge Luis Siviero como asesor deportivo, el técnico apostó con una alineación ultraofensiva, con dos centrodelanteros y dos extremos de gran recorrido en la cancha.
Lo que en un primer momento parecía demasiada osadía por parte del entrenador caturro, finalmente funcionó de acuerdo a su planificación. No obstante los graves problemas defensivos mostrados en el primer tiempo por el sector izquierdo de la zaga porteña (Barboza incluso tuvo que despejar desde la línea de sentencia un remate de González tras un desborde de Ibáñez), la fórmula terminó por contener el juego vertiginoso por las bandas que le gusta a Miguel Ramírez, DT del Campanil.
En un duelo de equipos desesperados, Wanderers tuvo más sangre fría para desnivelar.
Gracias a una avivada de Carlos Muñoz, que se sacó la marca de Sanhueza en una pelota larga, cayó el primer gol de los verdes. El capitán porteño le cruzó el balón a Manuel García y empezó a pavimentar el camino hacia una victoria necesaria.
En ventaja, los visitantes le cedieron la iniciativa al cuadro de "Cheíto", que buscaba con urgencia sumar para no estancarse en el último puesto. Y en esos minutos se agradó la figura de Pablo Corral, que empezó con su trabajo de desgaste del rival. El volante apoyó en defensa y trató de salir en contragolpe mientras se pudo.
Cuando quedaban pocas piernas, Palladino le apuntó haciendo ingresar a Matías Plaza, que descolocó a la defensa local.
El casablanquino llevaba poco en la cancha cuando recibió una habilitación de taco de Muñoz, avanzó treinta metros con la mirada hacia adelante y le cedió el balón a Zeballos para que fusilara de frente a García.
Universidad de Concepción pudo descontar en los últimos minutos, pero dos genialidades de Fernando Hurtado lo impidieron.
El triunfo llevó un poco de paz a Valparaíso. Le permite al Decano escapar de la zona baja y empezar de nuevo a ilusionarse con la opción de acercarse a la liguilla.
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