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queremos que nuestros alumnos desarrollen, en qué contextos queremos que usen herramientas de apoyo y en cuáles no, y cómo evaluamos".
También ve el lado positivo, ya que "ChatGPT puede ayudar a los alumnos con enseñanza personalizada, descripciones de contenidos con distintos niveles de dificultad, ejercicios o pruebas. Bien utilizado puede ser un gran aliado del profesor y del alumno", opina.
La directora de la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, doctora Marcela Jarpa, subraya que este tipo de sistemas de IA "se han creado para avanzar y generar nuevos espacios de desarrollo en los más diversos ámbitos de la sociedad, entre ellos la educación. Por lo tanto, si se toma como punto de referencia los objetivos educativos de desarrollo sostenible, no es nada diferente a lo que ya está planteado en ellos: garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad que promueva el aprendizaje permanente de todas las personas".
Plantea que "hay que incorporar estas herramientas como nuevas oportunidades de aprendizaje y también de enseñanza, pues esto implica que los profesores innoven en sus prácticas de aula y que también la política y gestión educativa abran los espacios para ello".
CHATGPT EN la PAES
En lo que respecta al desempeño del ChatGPT en la PAES, Loreto Bravo comenta que esta herramienta ha demostrado estar en los resultados superiores no sólo en ese examen, sino también en múltiples pruebas internacionales.
"De hecho hay estudios que muestran que ésta y otras herramientas de IA pueden hacer ciertas tareas mejor que los humanos, como detección de algunos tipos de cáncer. Hay muchas funciones que la IA va a poder en forma progresiva hacer mejor que nosotros", expone.
Pero recuerda "que la mayoría de los desarrollos de la IA son de la llamada IA estrecha/débil donde se le enseña al computador a realizar una o unas pocas tareas específicas, no a comportarse como un humano. Por ejemplo, un sistema capaz de detectar cáncer al pulmón no es capaz de también recomendar música. Estamos aún lejos de la IA General que podría tener algún tipo de 'conciencia".
Por su parte, Marcela Jarpa remarca: "Si vemos este tipo de experiencias como espacios de competición entre seres humanos y máquinas, definitivamente se pierde el norte del avance tecnológico. Este tipo de acciones, solo son un ejercicio mediático. En educación jamás se va a perder la relación y el valor que las personas tienen en el proceso educativo, pues el éxito de éste supone una interacción de múltiples variables: familia, profesores, estudiantes, entorno, las experiencias personales, las emociones, etc.".
También señala que un aspecto relevante que se deriva de este tema "es reposicionar una educación en valores, sobre todo en el ámbito ético, pues muchas veces el uso de este tipo de herramientas pone en jaque esto. Que profesores y estudiantes usen éste y otros sistemas de IA está bien, que lo conozcan y los incorporen como estrategia de aprendizaje, me parece que es lo correcto, pero siempre bajo la perspectiva de la honestidad, la participación y el diálogo. Esta perspectiva ya fue, en el año 2021, advertida por la UNESCO, que señala incorporar en el ámbito educativo la Recomendación sobre la ética de la Inteligencia Artificial".
María José Escobar: "¿Los instrumentos que estamos utilizando para medir nuestras capacidades son los adecuados? Yo creo que esa es la reflexión que viene ahora. ¿Qué competencias necesitamos medir para garantizar que una persona se va a convertir o no en un buen profesional? Que se resuelva la PAES con el ChatGPT de esta forma tan eficiente, es quizás una señal de que debemos evaluar otro tipo de competencias".
Para ingresar a universidades de elite en Estados Unidos, por ejemplo, puede ser que la nota ya no sea un indicador válido, porque todos los postulantes son buenos alumnos, expone. "Entonces, ¿qué tipo de cosas hay que mirar? ¿Empoderamiento, trayectoria, liderazgo, participación? Más allá de la capacidad de resolver un par de ecuaciones, debiéramos aprender a mirar el desarrollo de otras aptitudes a la hora de evaluar inteligencia, desempeño o proyección".
Desarrollo vertiginoso
Las doctoras Escobar y Bravo también se refieren al desarrollo alcanzado por la IA, que avanza a pasos agigantados.
"Es un avance vertiginoso y yo creo que no deja de ser preocupante también", reflexiona la docente de la USM. "Si uno piensa que en 2006 se desarrolla un algoritmo que permite entrenar de manera más eficiente esta red neuronal y aparecen las redes profundas, no son muchos los años que han pasado hasta la actualidad, en que herramientas como el ChatGPT, hacen cosas increíbles. Y esto también ha ido acompañado de un acelerado avance en el estudio de nuestro cerebro. Son cosas que, en conjunto, creo que tienen un potencial gigantesco".
La académica de la UDD recuerda que la IA registra más de 50 años de desarrollo "y ha tenido dos inviernos, en los que nadie cree que puede tener impacto, y al menos dos periodos de entusiasmo con los sistemas expertos en los 80s y con Deep Learning en los 2010s", a la vez que ubica la actual etapa "en una tercera ola de entusiasmo con los sistemas de Inteligencia Artificial Generativa, como ChatGPT y MidJourney, que genera imágenes". Opina que en esta fase se está democratizando el uso de la IA, ya que "gracias a que la interacción es con lenguaje natural y a través de un chatbot, todos podemos tener acceso a ella".
Loreto Bravo también hace ver la impresionante velocidad con que se expanden los desarrollos de IA. "Twitter, Instagram y TikTok tardaron 65, 26 y 9 meses respectivamente en alcanzar 100 millones de usuarios. ChatGPT se lanzó el 30 de noviembre del 2022 y lo logró en sólo dos meses. Se espera que para fines del 2023 ya tenga más de mil millones de usuarios. En marzo de este año ChatGPT lanzó un nuevo modelo GPT4 que es más avanzado y capaz de tener conversaciones más largas. Da la impresión de que uno no se va a poder mantener al día, ya que todo el tiempo salen nuevas apps basadas en IA y hay nuevas empresas sumándose a la carrera de generar los mejores productos".
¿pausa necesaria?
En marzo, Elon Musk, Noah Harari y un centenar de personalidades hicieron un llamado para que se detenga por seis meses la investigación sobre IA más potentes que ChatGPT 4 hasta tener más regulación y sistemas de vigilancia, ya que advierten "grandes riesgos para la humanidad". Las académicas se plantean frente al tema.
Loreto Bravo: "El problema de la IA ya está aquí, y una pausa, especialmente tan breve, no sólo parece imposible de implementar, sino que no haría una gran diferencia. IAs como ChatGPT plantean cuestiones éticas importantes sobre responsabilidad, transparencia y justicia, que necesitan un marco ético y legal adecuado".
Para abordar estos temas, agrega, "debemos fomentar la educación y el debate público, implementar regulaciones más estrictas, y promover la transparencia y responsabilidad en el desarrollo de la IA. Solo entonces podremos aprovechar su potencial para mejorar nuestras vidas sin poner en riesgo nuestra seguridad y bienestar".
No deja de observar, en todo caso, que "una de las cosas más insólitas de esta carta es que un mes después Elon Musk, el principal impulsor de ella, creó su propia empresa" que competiría con Open AI.
María José Escobar: "Creo que es muy difícil impedir que algo de este estilo se propague. Es como tapar el sol con un dedo, y evidenciamos día a día que nuestra legislación y normativa es demasiado lenta en comparación con la velocidad del desarrollo tecnológico. Entonces, probablemente no es la vía".
Piensa que es discutible que haya que detener o no la investigación en IA, que sí genera alertas porque está tocando aptitudes humanas mucho más allá de resolver un problema puntual. "Yo apuntaría a poner el foco en nuestro sistema educacional, tanto a nivel de niños como de adultos, para poder discernir, criticar y evaluar la información que está dando vueltas, para ver cómo está en relación a los contextos, detectar si es información fidedigna o no. En el fondo, fomentar con mucho más ahínco el espíritu crítico en nuestras futuras generaciones".
Sí pone el acento en que "la historia nos ha demostrado que es difícil predecir qué tipo de competencias vamos a ganar dados estos cambios tecnológicos, pero este ChatGPT está yendo bien allá en el análisis, y el riesgo que esto genera es que la información que está interpretando la toma de los datos con los cuales este software fue alimentado", sin que el público que lo consulta cotidianamente tenga certeza de si esos datos fueron alimentados o no de forma equitativa o hay sesgos políticos, de raza o género.
Más aún, "hoy hay una versión pagada de ChatGPT que es mejor, entonces entra a la palestra un tema de discriminación y de aumento de brechas, dado de que aquellos que puedan pagar van a tener una información de mejor calidad que aquellos que no pueden acceder a ella". 2