"El acento del Gobierno debe estar en las lecciones aprendidas y en el futuro"
Para el 11 de septiembre de 1973, Heraldo Muñoz tenía 25 años y era un activo militante del Partido Socialista, e incluso, estuvo a punto de ser detenido. Vivencias que son parte del libro "La sombra del dictador", cuya primera entrega fue en 2009 y que acaba de ser reeditado, justo en el año en que se cumplen 50 años del Golpe de Estado. "El libro entrelaza mis memorias personales con una narrativa de lo que ocurrió en Chile desde el 11 de septiembre de 1973 hasta nuestros días. En el año del cincuentenario del Golpe de Estado, es un texto que puede contribuir a la reflexión sobre el mayor quiebre de la institucionalidad democrática en el siglo 20 de nuestro país, y un recordatorio de que es necesario evitar las circunstancias que condujeron a la barbarie de la dictadura", asegura.
Reconoce, eso sí, que "fue un libro difícil de escribir, pues me asaltaban los recuerdos tristes de aquellos días en torno al Golpe, sensaciones de amargura por tanta represión durante la dictadura, aunque también describo los esfuerzos exitosos que hicimos en la disidencia para ir conformando un movimiento mayoritario por la recuperación de la democracia y el triunfo del NO en el plebiscito de 1988. Quedé satisfecho con haber escrito un libro que ha ganado premios y ha sido comentado favorablemente por personalidades de la academia y el periodismo".
En esta reedición, además, en el epílogo "narro episodios desconocidos de la negociación del 15 de noviembre del 2019 que derivó en el proceso constitucional, donde el entonces diputado Gabriel Boric tuvo un papel clave. También me refiero a una tensa reunión en La Moneda con el Presidente Piñera, donde concurrí pese a que otros colegas dirigentes políticos se restaron de participar, y abordo conversaciones que sostuve sobre las causas del estallido social y los 30 años", comenta el entonces presidente del Partido Por la Democracia (PPD), del cual fue uno de sus fundadores.
- ¿Conserva alguno de los ideales que tenía en la época de Allende?
- Sí, sin lugar a duda. Mantengo los sueños de un país más democrático, más justo y equitativo, con menos desigualdades; pero los contenidos de esos ideales son distintos pues Chile y el mundo cambiaron. De la Guerra Fría pasamos a la era digital, con desafíos nuevos como el cambio climático y el deterioro ambiental, las pandemias, la igualdad de género, los derechos de las minorías étnicas o sexuales, etc. Permanece el anhelo de democracia y cambio social, pero sobre el sustento de una mayoría social y política, mediante un pacto social de futuro.
- Decía en una entrevista a Radio Futuro que "no debe haber un solo relato sobre el Golpe. Es importante mirar ese periodo con ojos críticos". ¿A qué se refiere exactamente?
- Creo que no debe haber una interpretación oficial de los 50 años. Sin duda, habrá visiones y memorias diversas. Sería mejor una conversación sin dogmas sobre el pasado traumático que vivimos, sobre los aciertos y sobre los errores que derivaron en el Golpe. La derecha golpista, apoyada por la intervención de EEUU bajo el gobierno de Nixon, fue un factor clave del colapso; pero la izquierda vanguardista no le hizo la vida fácil al Presidente Salvador Allende, sumada, entre otros, a una política económica desatinada. Existían dos almas en la izquierda, algo parecido a lo de hoy, pero con contenidos distintos. El alma maximalista alejada de la realidad concreta de la gente, y del hecho que éramos minoría en el Congreso, perjudicó lo que podría haber sido un proceso mayoritario de cambios con gradualidad.
- En este sentido, ¿cómo se debería abordar la conmemoración de estos 50 años?
- Existe un derecho moral de conmemorar el cincuentenario del Golpe pensando en las víctimas de la dictadura; pensando en los detenidos desaparecidos; en los presos, torturados, exiliados, silenciados censurados y reprimidos, pero nuestra reflexión no puede quedarse sólo en las víctimas y el dolor. Sería quedarnos anclados en la lógica de la Guerra Fría, de amigos y enemigos. El Gobierno puede expresar su visión de lo que ha significado este período de la historia nacional. Su acento, a mi juicio, debe estar en las lecciones aprendidas y en el futuro; en avanzar hacia un amplio pacto social por los cambios, y en defender y profundizar la democracia, la herencia potencialmente más revolucionaria de los 50 años.
- La dictadura sigue siendo un tema que nos separa como país. ¿Cree que este año podría construirse un relato con el cual todos pudiésemos convivir? ¿O tiene que pasar más tiempo?
-No sé si será posible un relato único con el cual todos podamos convivir. Pese al paso del tiempo, las grietas provocadas por el Golpe y la dictadura se han traspasado de generación en generación. Pero al menos debiéramos reforzar un consenso de que nada, ni el contexto ni las pugnas políticas, justifica la represión, los crímenes, la dictadura, o las violaciones sistemáticas de los DDHH.
La crisis migratoria
Un tema que actualmente causa mucha tensión en el país es el de la migración, donde la frontera entre Chile y Perú se está viendo colapsada por el deseo, sobre todo de migrantes de venezolanos, de pasarla para poder regresar a su país, algo que resulta complejo, debido a que no cuentan con papeles.
Por otra parte, están los indocumentados que por Colchane hacen lo posible o imposible para llegar a nuestro país. Un tema que como exdiplomático yexcanciller, Muñoz conoce bien.
- Tenemos una situación migratoria grave, ¿qué es lo que se podría hacer?
- No hay una solución mágica al problema, pues la migración es un fenómeno global en estos tiempos, que acontece por factores de atracción y expulsión. Lo segundo es por situaciones como la crisis humanitaria de Venezuela que ha significado un éxodo de personas comparable al de la guerra de Siria, y, lo primero, debido a la atracción de Chile como un país con mejores oportunidades económicas y sociales que otros de la región. Fuera de reforzar medidas como la vigilancia y protección de las fronteras para impedir, o disuadir, la migración irregular, e iniciativas que el Gobierno ha puesto en marcha y otras que evalúa el Congreso, me parece que un diálogo con los países vecinos y de la región resulta clave, y la Cancillería realiza gestiones al respecto. No es fácil. Bolivia, por ejemplo, admite sin obstáculos a miles de migrantes de terceros países que ingresan a su territorio desde Perú para cruzar hacia Chile, y, por tanto, es corresponsable del ingreso irregular de esos migrantes a nuestro país, debiendo asumir parte del problema, sin desentenderse; para esto hay que procurar acuerdos para la reconducción de esos migrantes irregulares.
- En su cuenta de twitter publicó: "El Ministro @AlbertoKlaveren tiene razón: todos los países tienen capacidad limitada para absorber inmigración y en Chile está agotada. Migración debe ser segura, ordenada y regular. Inmigración irregular no es tolerable y debe abordarse, entre otros, vía cooperación regional". Desde su perspectiva, ¿considera que hay voluntad regional para hacerse cargo de este tema?
- Como decía antes, la cooperación regional es esencial para abordar el problema. Prácticamente todos los países sudamericanos enfrentan un problema similar de cientos de miles de migrantes en sus respectivos territorios. Para cooperar, habría que partir por intercambiar información sobre las personas que migran, clarificar sus datos de identidad y antecedentes, identificar a las personas que deseen retornar voluntariamente a sus países de origen, que los países de tránsito faciliten el retorno, y que los países de origen acepten a quienes sean expulsados legalmente por delitos cometidos.
- ¿Cree que estamos en un momento en que necesitamos la cooperación de ACNUR? Porque gran parte de los venezolanos que están llegando, vienen arrancando del régimen de Nicolás Maduro.
- Es muy importante la asistencia de ACNUR y de otras agencias especializadas de Naciones Unidas. Igualmente, las conversaciones en Colombia para establecer en Venezuela un cronograma para elecciones libres y transparentes, con las debidas garantías, a cambio del levantamiento gradual de las sanciones, es un camino relevante para detener la crisis humanitaria venezolana provocada por el régimen de Maduro, de modo que los migrantes que lo deseen puedan retornar a vivir en su propio país. 2
Fuera de reforzar medidas como la vigilancia y protección de las fronteras para impedir, o disuadir, la migración irregular, e iniciativas que el Gobierno ha puesto en marcha y otras que evalúa el Congreso, me parece que un diálogo con los países vecinos y de la región resulta clave".
Flor Arbulú Aguilera
flor.arbulu@mercuriovalpo.cl
Muñoz considerA que "No hay soluciones mágicas" en torno a la migración.
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