Elecciones para una nueva Constitución
Los nuevos comicios pillan a la Región en un punto algo confuso respecto de su devenir. La propia clase política tampoco ha contribuido.
Presumiblemente, más de 1.6 millones de personas concurrirán hoy a las urnas en la Región de Valparaíso para elegir a cinco de los 50 consejeros constitucionales que redactarán una nueva Carta Magna, la que esta vez intentará llegar a buen puerto tras el fracaso del proceso anterior marcado por el contundente rechazo a la propuesta en septiembre del año 2022.
Ambiente, lo que se llama ambiente, no parece haber mucho. Al hartazgo constitucional y electoral tras el ejercicio anterior se han sumado un brusco cambio de agenda hacia la inseguridad, la crisis migratoria y la economía, como también una estratégica distancia tomada por el Gobierno que parece haber aprendido la lección después de la dura derrota sufrida el año anterior.
A diferencia del resto del país, la zona solo ofrecerá cuatro listas después del gazapo en la inscripción que castigó al Partido de la Gente con su exclusión de las papeletas locales. Así, serán solo 24 los candidatos que apostarán por los cinco cupos de las listas Todo por Chile (DC-PR y PPD), Partido Republicano, Unidad para Chile (Apruebo Dignidad y PS), y Chile Seguro (UDI, RN y Evópoli), lo que debiese sentenciar una nueva geografía política que marcará no sólo los próximos procesos electorales, sino también la segunda parte de la administración del Presidente Gabriel Boric, el cual no parece haber sido capaz de librarse del atributo de "pato cojo" adquirido a comienzos de septiembre de 2022.
Para salpimentar el proceso, dos de los presidentes nacionales de partidos y también senadores por la Región de Valparaíso lanzaron esta semana controvertidas declaraciones sobre las elecciones de hoy. El primero fue Juan Ignacio Latorre (RD), quien alertó sobre el peligro para su sector de que la derecha (Republicanos, Chile Seguro y el PDG) conquisten los 3/5 del Consejo, lo que les valdría para "pasar la máquina" sin necesidad de llegar a acuerdos con el oficialismo y terminaría, según él, con una Carta Magna "incluso peor" que la de 1980, gatillando su rechazo. Su par de RN, Francisco Chahuán, no se quedó atrás e insistió en que los comicios de hoy son para plebiscitar el desempeño del Gobierno de Boric, sentando una lógica binaria de apruebo/rechazo que, tal como el Sí y el No de 1988, pareciera estar comenzado a enraizarse en la cultura política nacional.
Por último, y no menos importante, las altas barreras de entrada asoman con hacer imposible el ingreso al Consejo de candidatos indígenas, a quienes se les exigirá el 1,5% y el 3,5% del total de votos para nombrar a uno o dos, respectivamente. En suma, pocos quedarán conformes.