"Tolerancia activa", la receta de Squella
Exconvencional de izquierda analiza los resultados de la elección de consejeros constitucionales, que dio un amplio triunfo a la derecha.
Tiene razón el exconvencional Agustín Squella cuando afirma que las mayorías electorales "son muy líquidas, y es de esa manera que rápidamente se escurren". Es esa una realidad que deberían indagar seriamente, con autocrítica, los actores del mundo político.
Se pregunta además el académico de la Universidad de Valparaíso y Premio Nacional de Humanidades "cuánto tardará en escurrirse una mayoría que hoy apoya a la extrema derecha". La respuesta es difícil de establecer, pues conocidos son los motivos que ha generado esa recurrente mayoría que ya se había expresado en el plebiscito de salida de septiembre del año pasado. Y sin duda, esa flamante mayoría está condicionada, como lo afirma el propio Squella en entrevista con este Diario, por la inseguridad reinante, la delincuencia y la desbordada migración.
Analizando los resultados de la votación del domingo pasado, habla de inconsecuencia y maniqueísmo, pues quienes criticaron como una desgracia que la pasada Convención estuviera cargada hacia la izquierda, hoy celebran que el nuevo Consejo esté cargado hacia su lado. Por otro lado, sostiene Squella que en el actual momento constituyente no hay sólo diferencias ideológicas en pugna, sino que distintos intereses en juego, "todos muy poderosos", que se ocultan o enmascaran con grandes palabras.
Es posible que así sea, pues tras la pugna política hay muchas veces intereses económicos y políticos, intereses por el poder, de uno y otro lado, olvidando que debe primar únicamente el interés nacional. La diferencia reside en los caminos para lograr ese propósito que muchas veces terminan en posiciones extremas como las expresadas, justamente, en la recientemente rechazada propuesta constitucional.
La tarea del actual Consejo, como bien lo advierte el exconvencional, es actuar con un ánimo de "tolerancia activa de quienes dialogan con la disposición a poder cambiar sus posiciones originarias como consecuencia de haber oído y sopesado argumentos distintos a los propios". Y eso es lo que faltó en la fracasada Convención, de la cual formó parte Squella, disposición, de su propio sector, que no debe estar ausente en la que ahora se pone en marcha.