Nuevos caminos en la crisis hídrica
La Mesa Aconcagua Ampliada encargó al gobernador Mundaca una propuesta para redistribuir las aguas del río.
La última alerta sobre el crudo impacto que tiene la sequía en la Región la dieron los pequeños agricultores y regantes de San Esteban, Los Andes, Calle Larga, Rinconada, Santa María y San Felipe, que en el marco de la Mesa Aconcagua Ampliada dijeron haber perdido más de la mitad de su producción y cultivos debido a que no alcanzaron el calibre necesario para su comercialización. Esto es equivalente a tirar al tacho de la basura el 50% del trabajo de todo un año, con perjuicios que se multiplican a través de toda la cadena productiva y se expanden al resto de la población en el precio de frutas y verduras.
La dura crisis hídrica, presente hace más de diez años en la zona, no admite soluciones fáciles ni eslóganes simplistas, que reducen la difícil realidad del mundo agrícola y resultan más dañinos que útiles al dinamitar el diálogo entre los actores más relevantes.
De allí lo clave de una instancia como la Mesa Aconcagua Ampliada, que de la mano del gobernador Rodrigo Mundaca se ha puesto como objetivo convocar a la mayor cantidad de instituciones, regantes, agricultores, autoridades y vecinos vinculados al tema, ojalá sin exclusiones.
Todo indica que este año será de lluvias tardías, pero aunque fuera de precipitaciones abundantes, estas no servirían para paliar la crisis. De allí que será todo un desafío para el gobernador Mundaca elaborar una propuesta de redistribución de las aguas del río Aconcagua -el principal conflicto hídrico se da en cómo administrar su escasez- que deje satisfechos a regantes y agricultores de sus distintas secciones. En ese acto, que deberá cumplir en una próxima reunión de la mesa ampliada, el gobernador regional se transformará en el principal eje de las soluciones, como siempre ha dicho que debe ser, pero en el mismo momento tomará consciencia de que su propuesta no es suficiente para abarcar todo el problema. Tanto Rodrigo Mundaca como el resto de los integrantes de la instancia deben abrirse a la búsqueda de soluciones que vayan más allá de la mera redistribución de los recursos hídricos existentes y ello requiere tomar en consideración los proyectos de desalación de aguas, sin poner sobre ellos dificultades que vayan más allá de cualquier oposición razonable.