"Luego del 7 de mayo, la exigencia de moderación quedó desfondada"
El diputado por el Distrito 7 y jefe de bancada del PC, Luis Cuello, analiza el escenario político que surge con el triunfo del Partido Republicano. El éxito del Gobierno, a su juicio, no pasa por su moderación, sino por la capacidad que pueda demostrar Chile Vamos de desmarcarse del partido de José Antonio Kast.
- Como jefe de bancada PC, ¿cambia algo que el partido fuera el más votado del oficialismo?
- No quiero hacer una comparación dentro de la alianza, sólo quiero marcar que nuestro partido recibió una importante votación y eso implica un reconocimiento a nuestra conducta. Eso nos da una responsabilidad mayor en el sentido de fortalecer la unidad de las fuerzas que aspiramos a cambios.
- ¿Se debe fortalecer el programa de gobierno o atenuarlo como piden algunos?
- Lo ocurrido en la última elección nos lleva a zanjar algunas conclusiones que, a mi parecer, eran equivocadas respecto a la necesidad de hacer un giro a la moderación. Con el resultado del 7 de mayo la exigencia de moderación quedó desfondada.
- ¿Fortalecer el programa inicial?
- Para mí, surge la necesidad de lo contrario, de empujar con mayor fuerza y más energía que nunca el cumplimiento programático, ya que ahí se va cimentar la posibilidad de darle continuidad a un proyecto progresista. Si como Gobierno renunciamos a nuestros compromisos, eso claramente será un retroceso para las personas.
- Luego del triunfo republicano, parece difícil que el Gobierno pueda avanzar con sus posturas originales.
- Mi punto no es avanzar a rajatabla y sin ninguna modificación. Por supuesto que el diálogo con la oposición va a ser necesario, siempre habrá espacio para establecer algunos cambios a la idea original. Siempre hay detalles que pueden estar sujetos a examen o modificación para poder viabilizar la aprobación de los proyectos. Lo esencial acá tiene que ver con mantener los objetivos y la naturaleza de los proyectos.
- ¿Qué tan conforme está con lo hecho hasta ahora?
- Hay que recordar que empezamos enfrentando un parlamento fragmentado, que nos deja en una posición de evidente desventaja. Pese a ello, hemos hecho un esfuerzo importante por avanzar en el programa y, en esto, nos dimos cuenta que cuando las ideas programáticas tienen anclaje en la realidad social, estas pueden avanzar más allá de la distribución de fuerzas parlamentarias. Ejemplos claros son la aprobación de la jornada de 40 horas, el aumento del sueldo mínimo y el royalty minero, que contaron con el apoyo de una parte de la oposición.
-¿Qué oposición veremos desde ahora en el parlamento, luego del triunfo republicano?
-La derecha tiene el desafío, o más bien un dilema, en torno a diferenciarse o asimilarse con la extrema derecha del Partido Republicano, una fuerza política que se ha negado a todo. Chile Vamos hoy día tiene el peso de mantener su identidad, ser dialogantes y mostrar flexibilidad para solucionarle la vida a la gente en reformas urgentes.
- Tras la elección dijo que ha faltado aterrizaje del programa de gobierno en el territorio, ¿por qué?
- Como oficialismo, nos ha faltado aterrizar el programa en la región, en el territorio. Con esto no pretendo apuntar a nadie, sino hacer una autocrítica. Todos quienes tenemos presencia en la región, los partidos, parlamentarios, concejales, requerimos una mayor articulación. Lo del 7 de mayo fue una derrota electoral, con carencias y desafíos que no se han enfrentado y eso está directamente ligado con lo territorial.
"Como oficialismo nos ha faltado aterrizar el programa en la región, en el territorio".