Correo
Crisis migratoria
El debate migratorio se ha tomado la agenda, debido a los altos flujos clandestinos, los problemas en materia de vivienda y acceso a servicios, y los temas de seguridad, donde los migrantes representan el 13% de la población carcelaria, entre otros. En la interpelación a la ministra Tohá se plantearon estos temas, pero prefirió responder con un control fronterizo que no va de la mano con las denuncias de la PDI de ingresos clandestinos, donde la proyección para este 2023 es que ingresen menos de 40 mil extranjeros sin presentar sus antecedentes penales. Lamentablemente, la ministra dejó claro que estaban contentos por sólo registrar a quien entra ilegalmente y dar la mayor cantidad de visas posibles.
En ese sentido, hubiera sido importante que respondiera las preguntas del diputado Longton sobre la voluntad real de controlar fronteras cuando funcionarios del Ministerio del Interior han sido arrestados por traficar migrantes en la frontera con Bolivia, han celebrado cuando logran evitar expulsiones e incluso han defendido a narcos condenados por traficar 1,6 toneladas de droga. Y sobre las expulsiones, no quedó claro, ya que se acreditó que había miles de extranjeros notificados con la ley anterior, y aún no están dispuestos a sacar un avión, culpando al país de origen y a la legislación existente, cosa que, comparado con la administración anterior, más parece excusa por un capricho ideológico. Por el bien del país y de la región, ojalá entiendan que una migración responsable no es darle visa a todo el que quiera venir, ingrese de forma regular o ilegal, sino que entienda que hay que ver la capacidad y necesidades de las regiones y comunas, y mejorar el procedimiento de solicitud de visas desde el exterior según estas prioridades locales. Queríamos respuestas sobre la migración descontrolada y al final fue sólo una cuenta pública de una figura política.
Álvaro Bellolio Avaria Exdirector nacional del Servicio Nacional de Migraciones
Orden y seguridad
Durante mucho tiempo, el conflicto armado en la Región de la Araucanía ha dado señales de lo crítica que es la situación de seguridad, realidad que la clase política no ha tratado con urgencia y el debido esmero. Además, a través de su prisma ideológico, relativizan el verdadero sentido de estos actos terroristas. De esta forma, se dejó espacio a que grupos subversivos sigan su cometido, mientras que la ciudadanía no duerme en paz.
Recientemente se sumó un nuevo acto terrorista a la lista de atentados. Esta vez en Panguipulli (Región de los Ríos), donde un grupo armado atacó a carabineros mientras cumplían labores preventivas. Lo anterior refleja que el conflicto sigue en escalada y que la expansión de este no puede reducirse a un factor meramente territorial o reivindicatorio, ya que es importante también considerar que el conflicto responde, además, a un proceso de subversión.
Erradicar los avances del proceso subversivo no ha sido una prioridad para quienes gobiernan y hoy aparentan ser menos las alternativas reales para frenarlo. La mirada al corto y largo plazo sigue siendo desalentadora, mientras la clase política no muestre sinceridad y determinación -dando el primero paso- en restablecer el orden y la seguridad en el país.
Sebastián Millán Calisto Fundación para el Progreso
Campaña
Luego del aplastante triunfo electoral del Partido Republicano el pasado domingo 7 de mayo, dirigentes políticos y periodistas vinculados de una u otra forma al Gobierno y a los sectores de izquierda, han iniciado una feroz campaña para presentar a su líder, José Antonio Kast, y al conglomerado mismo como de "extrema derecha", "ultras" o "fachos". Todos, concertadamente o no, hablan el mismo lenguaje y buscan instalar esta idea en la opinión pública.
Lo primero que hay que anotar es que esta estrategia ya la utilizaron en la campaña para la reciente elección de constituyentes y les fracasó rotundamente. Los electores no se dejaron sorprender y dieron un respaldo mayoritario a Republicanos, transformándolo en el primer partido político de Chile.
La segunda lección, es que a las personas no se le puede engañar con consignas que no tienen ninguna base: la gente no es inadvertida y sabe que sostener las ideas de una sociedad democrática, de amplias libertades, donde encontremos seguridad y rija el orden, la autoridad y la ley, no es de "extremos"; como no lo es exigir mano dura contra la violencia la delincuencia, el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo.
En el plano económico social, la ciudadanía entiende que no es de "extremistas" sostener que el irrenunciable rol social del Estado no es contrario a su necesario rol subsidiario y que ambos se complementan y potencian; como tampoco lo es proclamar la propiedad privada como fuente de autonomía y prosperidad; y las libertades básicas de educación, expresión emprendimiento, comercio y asociación.
Francisco Bartolucci Johnston
Un partido paralelo
Normalmente, el fútbol es un deporte cuya preocupación esencial pasa sólo por lo que sucede dentro del rectángulo de juego. Todo se basa por mejorar al jugador físicamente, dotándolo de elementos técnicos, disponiéndolo tácticamente de manera correcta en la cancha y potenciándolo desde el punto vista mental. Pero me parece que hoy día el fútbol chileno necesita que nos preocupemos del otro partido, aquel que se está jugando alrededor de ese rectángulo.
Hoy el fútbol chileno está en una lamentable zona de confort, donde los clubes están transitando por una vereda de sobrevivencia (aunque parezca increíble dada la cantidad de ingresos por la transmisión de los partidos y por las casas de apuestas que han llegado como sponsors), donde no hay inversión, no hay gestión, no hay creatividad y escasa voluntad por resolver estos temas.
El fútbol se encuentra secuestrado no tanto por las personas que causan efectivamente los desmanes en una cancha, sino por quienes los dirigen y su nula voluntad en resolver estos temas. Invertir en el cuidado mental del jugador es invertir también en seguridad.
Hay una consigna que se usa mucho en las neurociencias que permite entender los cambios en las personas… se habla que durante el estrés el cerebro no busca cambiar, sino que espera que el estrés pase. Vale decir, frente a un estado de amenaza es muy difícil cambiar… y eso está pasando hoy en día con el fútbol.
Rodrigo Cauas Esturillo Psicólogo Deportivo, académico Universidad Andrés Bello, Viña del Mar