"Cuando las malas empresas hacen trampa se perjudica a toda la sociedad"
Hace unos días la destacada filósofa española Adela Cortina Orts visitó la PUCV para participar en un seminario sobre Ética Empresarial, uno de los temas que más ha abordado en su trayectoria, la que incluye una serie de libros, publicaciones y reconocimientos por su aporte a la sociedad desde varios puntos de vista.
"A mí siempre me gusta hablar del sector ciudadano, el sector político y el sector empresarial, que son los tres sectores en la sociedad", subraya la también directora de la Fundación ÉTNOR (para la Ética de los Negocios y las Organizaciones) y la primera mujer en integrar la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de su país, entre otras distinciones.
- ¿Cuál es el mensaje que usted le entrega a las empresas?
- El mensaje que les doy es que la ética es rentable para la empresa, y las buenas empresas ayudan a crear buenas sociedades. Que una empresa sea ética es un bien para la sociedad y para sí misma, porque es una empresa que genera aliados y no adversarios. Las gentes las sienten como una cosa suya, como lo que se ha llamado una empresa ciudadana. La tienen en cuenta, les inspira confianza y hoy en día, en una sociedad de incertidumbre, es muy importante generar confianza y generar esperanza.
- En Chile hemos tenido varios episodios de colusión de empresas y el efecto que tiene eso en la gente es muy grande.
- Bueno, las malas empresas son malas para toda la sociedad y, por lo tanto, cuando se hacen trampas se perjudica al conjunto de la sociedad. Toda ella decae. La gente no confía en los malos empresarios y en las malas empresas, y entonces ellos también salen perdiendo, no les conviene.
- De hecho algunos de los responsables fueron condenados o sentenciados precisamente a clases de ética.
- Mire a mí eso de condenar a clases de ética me parece impresentable (…). Las mentiras legalmente hay que castigarlas, porque una sociedad que está montada sobre la mentira es una sociedad en la que, por supuesto, no hay ninguna confianza de unos en otros, es una sociedad en la que los vínculos están rotos y en la que no hay ninguna esperanza de un futuro mejor, porque si estamos desvinculados unos de otros, porque está todo cortado, qué esperanza vamos a tener. Yo estoy totalmente en contra de que se penalice con clases de ética, porque la ética no es ningún castigo. Entonces hay que poner un castigo económico que suele molestar bastante, o un castigo en prisión o algo como eso, pero como clases de ética, no. Me niego.
- Usted habla de un concepto que es la responsabilidad social.
- La responsabilidad social es un concepto que nació hace mucho tiempo y que se ha explicado de muchas maneras, pero yo entiendo que la responsabilidad social de la empresa consiste en atender a las legítimas demandas, a las legítimas exigencias de todos los afectados por la actividad de la empresa (...). Esto satisfaciendo sus demandas legítimas, de tal manera que las gentes que son afectadas por la empresa se encuentran como bien tratadas y se convierten en aliadas y no en adversarios de la empresa.
- Ahora ¿cómo se conjuga eso, por ejemplo, con el tema de la automatización o de la inteligencia artificial que va a significar que muchos cupos de empleo quizás se pierdan?
- Ese es uno de los grandes temas de nuestro tiempo y que deberíamos de tomarnos muy en serio en todas las sociedades, porque es un problema no sólo de las empresas, sino que es un problema también de los ciudadanos y de los políticos (...). En el medio y corto plazo se van a perder muchos puestos de trabajo. La solución no es dar subsidios nada más.
- Muchas empresas se autodefinen como una empresa de responsabilidad social. Da la impresión que el ciudadano nota cuando lo cumplen o no.
- Hay una diferencia entre ética y cosmética. Y entonces quien se pone una chapa de responsabilidad social, código ético, etcétera. Bueno, eso es pura cosmética y la cosmética ya sabemos que son unos maquillajes que las gentes nos ponemos para que no se note que la piel está ajada, pero al cabo del día se empieza a notar que aquello no funcionaba. La ética no tiene nada que ver con la cosmética, no tiene nada que ver con poner un cartelito que diga "aquí se cumple la responsabilidad social" o "este es nuestro código ético", que además lo hace cualquiera. Lo importante es que la empresa sea ética y eso quiere decir que en vez de ponerse maquillaje, tome vitaminas con lo cual está mucho más sana, haga deporte con lo cual está mucho más sana y va a permanecer en el tiempo con una salud que le viene de dentro y no de fuera. La ética siempre tiene que venir de dentro, y entonces la responsabilidad social se entiende como una reestructuración de toda la empresa desde dentro. Una empresa que está preocupada por sus trabajadores, por los clientes, por el entorno, eso es responsabilidad social y entonces eso es ético. Cuando se hace por cosmética se acaba notando enseguida.
Política y ética
- ¿La política puede prescindir de la ética?
- En lo absoluto. Una política que prescinde de la ética es una mala política. Igual que una empresa que prescinde de la ética es una mala empresa; o sea, no sólo es que es una política inmoral o una empresa inmoral, y es que es una mala empresa y es una mala política porque ambas tienen una meta, un fin. Y ¿cuál es la meta de la política? Conseguir el bien común. ¿Cuál es la meta de la empresa? Ayudar a crear buenas sociedades. Las empresas dando trabajo, cumpliendo con sus obligaciones van ayudando a crear buena sociedades. Entonces una empresa que cumple con esas obligaciones es una buena empresa y la que no, es mala. Y a la política le pasa igual. Una política que no busca el bien común, sino el bien particular de los partidos políticos, de los individuos que están trabajando ahí, eso es mala política. No solo es inmoral, sino que es mala política.
- Usted subraya que los seres humanos no están a la altura de sus declaraciones. Eso tiene que ver con el desinterés en la política.
- Es tremendo, sí. Yo creo que eso es lo que está generando entre la población un enorme desinterés por la política porque está pasando en todos nuestros países y no son ustedes los únicos. Hay ya un desinterés, porque si las palabras después no sirven para nada, pues entonces, para qué vamos a estar hablando de algo si resulta que después no se va a cumplir. Me parece que es uno de los peores males que se están haciendo, desde el punto de vista de los políticos que hablan y no cumplen sus promesas porque están generando enorme desinterés, desánimo. A fin de cuentas qué gano yo con interesarme por algo que después no tiene ningún resultado (...). Yo creo que es muy importante que las mentiras tengan consecuencias y que no solamente los políticos se acostumbren a que no hay que mentir, sino que los ciudadanos nos acostumbremos a hacer pagar las mentiras.
"Una empresa que está preocupada por sus trabajadores, por los clientes, por el entorno, eso es responsabilidad social y entonces eso es ético".
" Es muy importante que las mentiras tengan consecuencias y que no solamente los políticos se acostumbren a que no hay que mentir, sino que los ciudadanos nos acostumbremos a hacer pagar las mentiras. "
Adela Cortina Filósofa española