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"Creo que al Gobierno a veces le tiembla la mano, sobre todo comunicacionalmente, porque cuando trata de respaldar a Carabineros, los sectores más de izquierda lo atacan".
común que vienen acompañados al narco.
- ¿Qué debiera hacer el país ahora que es evidente la llegada de grandes grupos criminales extranjeros?
- Tiene que haber todavía mucha capacitación, porque este tipo de grupos que tienen una cierta mística, una cierta forma de operar, se deben de conocer desde su propia cultura. Veo en los medios todavía mucha vulnerabilidad. Por ejemplo, muestran la cara de los carabineros que van a hacer un allanamiento o de los testigos haciendo denuncias. Eso es superdelicado, porque ¿cómo opera el narco? Pues conociendo a sus vecinos. A la gente la compran o la amenazan, entonces poco a poco vas volviendo a la población blanco para que estos criminales los capten. Igual a la policía. Tienes que tener un sistema mucho más de protección en términos no solamente de equipamiento, sino de identidad, mucha más tecnología, muchos más protocolos, porque no es lo mismo ir a hacer un allanamiento de unos rateros o unos narcomenudistas que de narcotraficantes que están dedicados a secuestrar y matar. Hay que conocer la forma de operar los delitos que son nuevos. Hoy se habla mucho de si hay sicariato, si hubo un ajuste de cuentas. Hay cosas superclaras, pero todavía dudan de qué tipo de delitos son cuando es muy claro para quien ya conoce la mística del narco. Cerrar las fuentes de financiamiento es lo que más funciona, porque al final esto es un negocio. Las rutas del dinero es fundamental seguirlas, congelarles las cuentas. Los delitos de orden común normalmente están vinculados al narcotráfico, porque los carteles tienen brazos armados que son los que operan en los territorios, los que venden las armas. Esa gente también comete delitos de manera independiente al cartel, entonces cuando tú haces un seguimiento incluso de la economía informal en las calles, puedes descubrir quién está detrás. Por eso digo que la inteligencia es fundamental. Hay que darle un mayor equipamiento a Carabineros, más tecnología y capacitación, también a los medios de cómo tratar las noticias, y mucha coordinación.
- ¿Lo que plantea es que el combate al delito debe hacerse de otra forma?
- Claro, no como si fuera un borrachillo de la cuadra que se fue a robar la botella. Estos grupos tienen un nivel de organización mayor y tienen mucho más claro cómo van a reaccionar las policías, porque son carteles que operan en Asia, en Estados Unidos, en países con sistemas de seguridad e inteligencia muy fuertes. Entonces, cuando llegan a un país que no tiene la experiencia previa, pues les es muy fácil operar.
Manejo político
- ¿Estamos a tiempo todavía?
- Me preguntas algo difícil de responder. Voy a contestarlo optimistamente: yo creo que sí. De acabar con el narcotráfico, no. Llegó al mundo para quedarse, pero sí se puede hacer una buena gestión y evitar la reproducción de sus líneas violentas, acotar sus líneas de venta sin que te dé problemas a la población. Pero se necesita un gran manejo político y un gran trabajo de inteligencia.
- ¿Siente que el Gobierno ha dado respaldo suficiente a Carabineros?
- Sí. De hecho, he hablado con algunos carabineros y sienten que se puede hablar mejor con Boric que con otros, contrario a lo que se piensa, pero sí creo que al Gobierno a veces le tiembla la mano, sobre todo comunicacionalmente, porque cuando trata de respaldar a Carabineros, los sectores más de izquierda lo atacan. Esta situación al final es un obstáculo político para actuar, y pasan reformas como las que se hicieron que a mí me parece que fueron muy precipitadas porque había la presión de lo que pasó con el carabinero asesinado, etcétera. Pero tampoco la clave es abrirle la puerta a la violencia nada más así, porque después los abusos hacen que tengas que echarte para atrás y estoy segura de que en algún momento esa ley va a tener ciertos frenos.