Trágico suicidio de un gendarme que hacía guardia en Valparaíso
GENDARMERÍA. Funcionarios no descartan movilizarse esta semana para exigir plan de salud mental.
Un joven gendarme de apenas 20 años, oriundo de Victoria, Región de La Araucanía, se suicidó con su arma de servicio durante la madrugada del sábado, mientras estaba de guardia en una torre de vigilancia del Complejo Penitenciario de Valparaíso.
A través de un comunicado de prensa, Gendarmería de Chile señaló que "lo sucedido se informó al fiscal de turno, quien determinó que personal de la Policía de Investigaciones y el Servicio Médico Legal se constituyeran en el lugar. El director regional de Gendarmería de Valparaíso, coronel José Luis Meza, ordenó una investigación interna; mientras que la dupla psicosocial de la institución se comunicó con la familia del fallecido, y también lo hará con el personal del recinto penitenciario. Gendarmería de Chile reitera su pesar por lo sucedido, adhiriéndose al dolor de los seres queridos del funcionario".
En la torre de vigilancia
Por su parte, el gendarme Pablo Araya, dirigente provincial Valparaíso de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), detalló que "él fue encontrado en la garita (torre de vigilancia) a eso de las 3 de la mañana. Se dio cuenta a las autoridades para que vinieran a ver el cuerpo del colega, lo vino a retirar el Servicio Médico Legal y se está a la espera de que el cuerpo sea entregado a sus familiares".
Araya, quien trabaja en el mismo recinto penitenciario donde ocurrió el trágico deceso, agregó que "esto causa harta conmoción, sobre todo en compañeros de trabajo de guardia armada, que son los que se quedan a hacer turnos en el Complejo y trabajan cuatro por cuatro, y deben permanecer en la unidad hasta cuando salgan de franco y puedan viajar a sus domicilios. En ellos se nota más la conmoción por la decisión del colega, porque prácticamente se trata de dos grupos que viven y se ven todos los días".
En ese contexto, el dirigente puntualizó que "nosotros como Asociación acompañamos a la gente, hablamos con ellos tratando de cooperar en el sentido de que se le haga la carga un poco más liviana con todo lo que ha sucedido, porque las funciones de seguridad deben continuar en la unidad penal; sin embargo, para la gente que está más complicada en el aspecto emocional hay una contención por parte de una dupla psicosocial que tiene la institución y están siendo atendidos por ellos".
Con su arma de servicio
En cuanto a las circunstancias del hecho, Araya precisó que el joven fallecido "asumió su puesto a las 12 de la noche, y su deceso fue a las 3 de la mañana, con su revólver de servicio". Comentó que la determinación tomó a todos por sorpresa, dado que nunca había manifestado algún problema a sus compañeros de trabajo, por lo que "nadie pudo prever que iba a tomar esa decisión".
"De hecho, los más cercanos dice que nunca lo vieron raro. Entonces eso los tiene más consternados, porque aquí hay harta gente que tiene problemas, los que se reflejan en las conversaciones o en ciertas actitudes que algunos colegas tienen, pero esto fue de un momento a otro, nunca habló de que necesitara ayuda", acotó Araya.
Analizan movilización
Añadió que frente a la situación, similar a la ocurrida en septiembre de 2016 cuando un gendarme de 19 años se suicidó en la cárcel de Quillota, "estamos pensando en la semana, quizás, tomar alguna medida en cuanto a lo gremial y no descartamos que podamos movilizarnos".
Esto "porque nosotros siempre hemos luchado para que exista una verdadera política de salud mental en la institución, partiendo acá en el Complejo Penitenciario de Valparaíso. Se hace necesaria una política de salud mental, porque tenemos hartos casos de funcionarios que tienen problemas de orden familiar, que las condiciones laborales no son las más adecuadas, los turnos y la falta de personal, todo eso gatilla que el personal vaya teniendo esta carga emocional que se acumula en el tiempo", manifestó.
En ese sentido, subrayó que "lo que siempre alegamos y pedimos a las autoridad es que necesitamos más personal profesional como psicólogos, asistentes sociales o trabajadores sociales, para que puedan atender al personal".
"Nosotros siempre defendemos la postura de que nuestra enfermedad profesional es la carga emocional que vamos adquiriendo a través de los años, entonces mientras no exista una política institucional o una política de país en cuanto a salud mental, no vamos a poder atender a los funcionarios en el tiempo, hacer un seguimiento para poder detectar esto, estas enfermedades mentales producto de cargas que se van acumulando en el tiempo y detonan este tipo de decisiones que tienen los funcionarios, de atentar contra sus vidas", precisó.
Araya hizo notar que "aquí no hay una asistencia al personal cuando les toca presenciar hechos de violencia al interior de los patios o al interior del penal. Cuando el personal ve hechos de violencia o las riñas, las peleas, incluso hasta los homicidios que comete la población penal o riñas que a veces tienen resultado de muerte, al personal no se le asiste con terapias donde se puedan manejar los traumas a los que están expuestos, hay hartos factores de riesgo que no son controlados al interior de la población penal, y esto afecta en el tiempo al personal, así que nuestra lucha siempre fue el tema de salud mental".
"Hay dos psicólogos y dos trabajadores sociales para toda la región, donde somos alrededor de 1.400 funcionarios. Tampoco existe un programa en cuanto a hacer una evaluación o un chequeo anual, que es otra de nuestras demandas", finalizó el dirigente.
"Lo sucedido se informó al fiscal de turno, quien determinó que personal de la PDI y el SML se constituyeran en el lugar".
Gendarmería deChile, Comunicado de prensa
"Asumió su puesto a las 12 de la noche y su deceso fue a las 3 de la mañana, con su revólver de servicio".
Pablo Araya, Dirigente provincial Valparaíso de Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios