"Estamos hablando de que en este acuerdo nos estamos jugando el futuro de la ciudad"
Hace unos días, la expansión portuaria de Valparaíso volvió al tapete luego que se reiniciara el proceso ambiental del Terminal Dos. Y uno de los actores que reaccionó fue el alcalde porteño, Jorge Sharp, quien desde hace tiempo mantiene conversaciones con la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) para construir un entendimiento que viabilice la ampliación del enclave.
"Estamos hablando de que nos estamos jugando en este acuerdo el futuro de la ciudad", subraya el jefe comunal que espera que dicho pacto se suscriba pronto.
-¿Cómo tomó el reinicio de la tramitación del Terminal 2 después de un año prácticamente congelada?
- Como una etapa que tenía que concretarse. Estamos dentro de un procedimiento ambiental que está abierto. El Servicio de Evaluación de Impacto ambiental, ha notificado a la empresa portuaria de un conjunto de cuestiones de las cuales debe hacerse cargo y esperamos que la etapa pueda desarrollarse conforme a lo que, en definitiva, el ordenamiento jurídico ambiental en estas materias establece.
- Usted ha venido conversando con la empresa portuaria desde hace un tiempo.
- Nuestra convicción es que ocupando una forma sencilla de poder expresarlo, todos los caminos conducen al puerto. En el sentido siguiente, hemos venido reflexionando en la alcaldía ciudadana luego de estos casi siete años de gestión que el problema fundamental de nuestra ciudad es su obsolescencia económica y debemos ver cómo Valparaíso logra definitivamente romper la curva de desarrollo descendente que viene experimentando por lo menos hace cuatro o cinco décadas y eso pasa por construir en la ciudad una nueva estrategia económica que se haga cargo precisamente de la compleja situación económica, urbana, productiva y social, que Valparaíso viene acumulando. Y eso a nuestro juicio pasa, en una dimensión muy importante, por la construcción de una nueva relación puerto ciudad.
-En ese plano, a su juicio qué es lo que la ciudad requiere del proyecto.
- Cuando hablamos de una nueva relación con la ciudad, estamos haciendo referencia a varias cosas. Primero, reconocer que el puerto es la primera actividad industrial de la ciudad y que como tal, pensamos que su fuerza, su capacidad, su empuje, tiene que estar articulado y vinculado al conjunto de motores productivos de la ciudad, cuestión que hoy día no sucede de forma clara ni suficiente. Me refiero al turismo, el patrimonio, la cultura, la capacidad comercial de la ciudad, las nuevas industrias. Porque al final, nuestra tarea es convertir a Valparaíso en una ciudad productiva y para eso el puerto puede jugar un rol muy importante. Luego pasa por orientar los objetivos de esta nueva relación puerto ciudad a hacer frente a las dificultades socioeconómicas que están puestas como objetivos a superar por parte de nuestro Plan de Desarrollo Comunal y eso básicamente tiene que ver con detener la curva de empobrecimiento y precariedad de la ciudad, y finalmente supone también generar condiciones para que la empresa portuaria pueda viabilizar una expansión portuaria, no a pesar de la ciudad, sino que en conjunto o con la ciudad.
-Su pensamiento respecto al puerto ha cambiado mucho en estos últimos años.
- Nuestra búsqueda siempre ha sido por la estrategia que nos permita dejar atrás el deterioro, el empobrecimiento y la precariedad de la ciudad y hoy el puerto aparece como un aliado. Y esa disposición que el puerto hoy ha tenido, en el pasado no estaba. Creo que ahí está la diferencia en lo que respecta a nuestra mirada sobre las posibilidades que le entrega a la ciudad una expansión portuaria (...) Hay un cambio importante en la actitud de la empresa portuaria, yo diría muy determinada por la llegada de su nuevo presidente, Luis Eduardo Escobar, con el que hemos ido construyendo una conversación abierta sobre todos los temas y en particular cómo, dentro del marco legal vigente y del sistema de concesiones que rige el país, redefinir la relación puerto ciudad.
- Usted hace poco propuso una especie de royalty portuario.
- Una de las cosas que estamos discutiendo y que estamos intentando resolver, insisto, dentro del marco legal y el ordenamiento jurídico vigente, es cómo viabilizar algo que quizás para el comercio exterior o para un inversionista no sea tan importante, pero sí para el desarrollo de la ciudad (...) Si se gravara con dos dólares cada tonelada de carga transferida del puerto de Valparaíso considerando que el año 2022 alcanzaron aproximadamente las 10 millones de toneladas, la ciudad podría tener un ingreso de al menos 15.000 millones de pesos. Eso equivale, por ejemplo, a construir en un año tres Cesfam, ocho escuelas públicas o desarrollar proyectos de rehabilitación patrimonial o pavimentar todas las calles que están en deficiente estado en la ciudad. Entonces, estamos hablando de algo que para la ciudad tiene una trascendencia que creo que aquellos que hoy tienen una posición crítica, sin saber mucho cuál es el sentido de la conversación que hemos tenido con la empresa portuaria, no logran ver con claridad. Estamos hablando de que nos estamos jugando en este acuerdo el futuro de la ciudad.
- Quizás esa idea sería más factible si se aplicara a todos los puertos del país.
- Sin duda. Para nosotros el objetivo es que la actividad portuaria genera un aporte económico a la ciudad. No estamos ni siquiera hablando necesariamente que esto tiene que dar lugar a nuevos impuestos (…) sabemos que cuando se habla de impuestos el mundo privado en general siempre pone una voz alerta. Y no nos interesa con lo que estamos haciendo generar eso. Nos interesa más bien construir un acuerdo amplio. Entonces pensamos que el objetivo que tiene la ciudad de lograr aporte un aporte económico del puerto, se puede conseguir de distintas formas y eso puede ser en un esquema nacional, por ejemplo, a través de cambios legales, pero también pensamos que se pueden hacer dentro del marco de la tramitación ambiental.
- ¿Y el acuerdo será con consulta la ciudadanía?
- Una de las principales deficiencias que tuvo el proceso anterior es que se construyó entre cuatro paredes, es decir, no fue involucrada la ciudad en ninguna de las decisiones que se tomaron. Eso generó una resistencia de todas y de todos, incluido quien habla (...) Nosotros somos de la idea de someter a consulta ciudadana el acuerdo y todos sus contenidos, de tal forma de que la ciudadanía en Valparaíso, a través de su voto, pueda también opinar y dar su parecer respecto a lo que estamos haciendo sobre la expansión portuaria, el aporte económico, el muelle de cruceros y las obras vinculadas al borde costero. El mejor antídoto a las voces minoritarias que muy probablemente se opongan a este proyecto y también para evitar que sea empujado sólo por algunos, es democracia. Eso es en definitiva abrir la conversación y permitir que la ciudadanía se pronuncie abiertamente. Ese es un elemento clave en el acuerdo que estamos construyendo con la empresa portuaria.
- ¿Se puso como objetivo de su mandato destrabar este tema o al menos dejar encaminada una solución?
- Nuestro objetivo es proponerle a la ciudad y dejar encaminada una estrategia de desarrollo para dejar atrás el empobrecimiento y abandono de Valparaíso. Y desde esa perspectiva claramente lo que estamos haciendo tiene que ver con un objetivo fundamental de mi gestión. No sacamos nada con pintar una fachada, fiscalizar el comercio ambulante, entregar una caja mercadería o pintar un paso de cebra, si es que no vamos al centro del problema que es poner en marcha en la ciudad una estrategia de desarrollo económico productivo, a partir de las posibilidades que la misma ciudad tiene y la expansión portuaria es una puerta, quizás la principal, que tenemos para empezar a encaminar aquello.
"No solo nos interesa que se viabilice la expansión, sino que ésta permita también el desarrollo de un conjunto de proyectos, desde Las Torpederas hasta el Paseo Juan de Saavedra".