Prolongada toma de Casa Central
Estudiantes acusaron a varios profesores de discriminación sexo genérica y comentarios misóginos y clasistas, pero hasta el jueves existía una sola denuncia formal. Académicos de Humanidades emitieron dura declaración.
Al cumplirse un mes y medio de la toma de la Casa Central de la Universidad de Playa Ancha, y del paro de las carreras de pregrado que se imparten en Valparaíso, los llamados al diálogo y a alcanzar acuerdos se cruzan con denuncias y acusaciones, mientras el jueves y el viernes continuaron las reuniones orientadas al término del conflicto, que sería la opción de las facultades de Ingeniería y Ciencias.
La ocupación partió el 25 de abril en demanda de la desvinculación de dos docentes a quienes estudiantes de una carrera de la Facultad de Humanidades atribuyen discriminación sexo genérica y hacia alumnos con discapacidad, comentarios misóginos y clasistas, a lo cual se sumaron exigencias de mejoras en infraestructura que este diario detalló el 27 de mayo.
De las dos acusaciones, especifica el rector, Carlos González, una está formalizada ante la Dirección de Equidad e Igualdad de Género, y el docente fue apartado de su trabajo mientras se realiza el sumario, en tanto que en el segundo caso las imputaciones son de carácter verbal y hasta el jueves no habían llegado a esa instancia.
La UPLA cuenta con el "Protocolo para prevenir, investigar, sancionar y reparar el acoso, discriminación, hostigamiento, violencia de género y contra diversidades sexo genéricas", que se aplica en casos como éste y que se guía por 12 principios, entre ellos respeto de los derechos de los intervinientes, diligencia y celeridad, presunción de inocencia, confidencialidad, debido proceso y perspectiva de género y de derechos humanos.
RECTOR FUE DESALOJADO
Al iniciarse la toma de la Casa Central, los participantes marcharon por los pasillos conminando a retirarse a los profesores de sus lugares de trabajo, como señala un comunicado del estamento académico de la Facultad de Humanidades y corrobora una docente que no alcanzó a terminar su materia -para lo cual había pedido cinco minutos- porque le empezaron a sacar las sillas de la sala.
Avisado de la situación, el rector se dirigió a esa sede, pero -relata- sus intentos de entablar diálogo fueron infructuosos. Al día siguiente, un grupo numeroso de alumnos del edificio Punta Ángeles -donde está la Rectoría- llegó a esas oficinas e "invitó" a retirarse a la autoridad académica y otros profesionales, aduciendo que iban a resguardar el inmueble durante la toma. "Para evitar cualquier acto de violencia", entregaron el edificio tras un inventario y la nómina de los ocupantes.
Una serie de reuniones se han realizado desde entonces sin que la situación se resuelva. El viernes 2 sesionó la mesa de diálogo para avanzar en acuerdos, pero la Casa Central volvió a ser tomada al día siguiente y el conficto siguió adelante.
Estamento docente
El 23 de mayo, los profesores de Humanidades emitieron la declaración en que afirman que "las estrategias de movilización estudiantil se degradan en acciones de violencia y, ahora, en acciones constitutivas de delito", y denuncian la violación de la cuenta de correo electrónico de la secretaria académica y de una conversación entre profesores, así como el uso de "la información robada para tergiversar las tareas del cuerpo directivo de la Facultad" y desacreditar las intenciones de docentes.
El estamento académico plantea que "hemos llegado a un punto de inflexión ya que se han traspasado los límites de lo tolerable"; que en las acciones y comunicados de las vocerías estudiantiles de la Facultad se observa "clara intención de denostar infundadamente a colegas, de vetar a personas y pasar por encima de nuestra institucionalidad", y que -ve "con estupor cómo se han lesionado los principios democráticos de nuestra convivencia universitaria".
Con respecto a que el cuerpo directivo de Humanidades habría incurrido en actitudes autoritarias, sostiene que "quienes se han arrogado las vocerías del estamento estudiantil en nuestra Facultad confunden mañosamente cuestiones fundamentales: el ejercicio de la autoridad no es por sí mismo sinónimo de autoritarismo", sino "la potestad de orientar y dirigir procesos académicos y organizativos en vistas de los objetivos institucionales".
Junto con apelar "a la buena voluntad de la mayoría de las y los estudiantes que, al igual que el cuerpo de profesores y profesoras, ven con preocupación, cómo se han interrumpido las actividades formativas causando un daño enorme a la formación profesional de la comunidad estudiantil", el estamento académico señala que "las causas de este movimiento se abordaron y resolvieron de manera oportuna" por el cuerpo directivo de la Facultad y la Rectoría".
Asimismo, demanda "que se garantice un ambiente libre de violencias de cualquier naturaleza" y que la autoridad superior ejecute "una estrategia que permita, en el corto plazo, resolver el conflicto y liberar los espacios universitarios".
ASOCIACIÓN DE ACADÉMICOS
Al resumir la posición de la Asociación de Funcionarios Académicos (AFA), su presidenta subrogante, Doris Johnson, expone que "consideramos que hay una serie de demandas y situaciones, no solamente en términos de relaciones sociales y humanas, sino también de infraestructura, que es muy importante resolver, pero también estimamos que las paralizaciones generalmente son medidas de última instancia".
También subraya la preocupación del gremio por el extenso conflicto que daña a toda la comunidad universitaria, por lo cual "esperamos que en el transcurso de los próximos días podamos llegar a un acuerdo que nos permita centrarnos y concentrarnos en solucionar las debilidades que tenemos, más que en los conflictos".
Respecto de la declaración del estamento académico de Humanidades, que acusa acciones de violencia y atribuye a las vocerías de la movilización la intención de denostar a profesores, la dirigenta señala que "la comunidad rechaza las expresiones de violencia que vulneran la dignidad de las personas, quien sea y de donde sea, estudiantes, funcionarios, académicos; eso nos daña irremediablemente y hace muy difícil generar puentes de encuentro".
"En eso hay unanimidad, no sólo no nos hace bien, es muy conflictivo, es muy peligroso llegar a límites donde perdemos el respeto y la consideración por el otro. E inevitablemente eso lesiona la institucionalidad que nos debemos", observa.
y paro tensan el clima en la UPLA
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl