Dice Rodrigo Ruiz, soporte ideológico de la autodenominada Alcaldía Ciudadana de Jorge Sharp, que la Convención Constitucional (aquélla del plurinacionalismo, Rojas Vade y los votos en la ducha) "fue la institución más democrática que ha tenido este país en los últimos cuarenta años (¿cuál habrá sido la otra?) y la que mejor representó al pueblo de Chile, así como a los pueblos en plural".

Sobre el rotundo fracaso de la misma, coincide con las declaraciones en el extranjero de Elisa Loncón, durante su año sabático, de que la culpa es de terceros, específicamente de "fuerzas de nuestra sociedad a las que no les interesa que se viva la democracia, porque efectivamente era un texto que implicaba transformaciones estructurales que le iban a doler a muchos sectores de la sociedad". Obviamente, también se refiere a los medios de comunicación, todos supuestamente cooptados por los poderes fácticos, Henry Kissinger, la CIA , la CPC y el oscuro Reino de Mordor.

Caricaturas aparte, Ruiz finalmente peca de lo mismo que terminó perdiendo al Apruebo y a la propia administración de Sharp: no ser capaces de hacer una autocrítica respecto de hechos concretos como el desastre que es hoy Valparaíso o el majestuoso episodio de la bandera en la Plaza de la Victoria, un verdadero epítome del amateurismo y la ordinariez que reina en calle Condell y su triste Concejo Municipal.

Con todo, hay un error estratégico en todo esto. Si el sharpismo quería hacer de un tercer periodo su plataforma definitiva para sacar adelante la ciudad y mostrar al país su verdadero proyecto transformador, asociarse a la prepotencia, la ignorancia y el tiempo y el momentum desperdiciados en la olvidable Convención de los años 2021 y 2022 no parece muy halagüeño. Asimismo, apostarlo todo a un royalty portuario tampoco parece muy realista.

La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) ha estado "90 años en la escena del crimen", incorporando en su ethos profesional la profunda convicción que la esencia del trabajo policial radica en el servicio a la sociedad, donde hombres y mujeres, jóvenes y adolescentes, niños y niñas y todos y todas quienes viven en el territorio nacional son el centro de nuestra misión institucional.

Esta vocación de servicio público ha sido la impronta de la PDI desde sus inicios, debiendo ajustar su visión y estrategias policiales a una doctrina cada vez más universal y exigente, que pone a las personas y al desarrollo humano en el centro de las prioridades del Estado.

Durante todos estos años de trabajo se nos ha reconocido por la calidad de servicio y los resultados policiales nos han hecho sobresalir desde nuestros orígenes, pero ahora también se nos destaca por asumir la dignidad y los derechos de las personas como un valor fundamental en el marco de nuestra gestión policial.

La historia que hemos construido a partir de reconocer y aprender de nuestros errores y aciertos, nos ha llevado a estar constantemente evaluando los procesos investigativos, hecho que nos ha permitido asumir un enfoque para abordar tanto a los actores criminales como a sus nexos (tipos de organizaciones), pero también apuntando a desbaratar los mercados ilegales que permiten que las actividades delictivas se reproduzcan en el tiempo.

Para estos efectos, hemos diseñado un esquema que involucra potentes unidades de análisis a nivel nacional y regional, con el fin de comprender a cabalidad los fenómenos criminales y concentrar las pesquisas investigativas con mayores niveles de información y, por tanto, incrementar los resultados exitosos.

Las nuevas tácticas policiales se enfocan en asociar delitos e incorporar inteligencia policial, con el fin de optimizar y perfeccionar las intervenciones policiales y las investigaciones criminales a través de una mejor comprensión de los fenómenos delictuales, para hacer de Chile un lugar más seguro.

Ejemplo de ello es la estrategia barrial Plan MT0 (Microtráfico Cero), la que utilizando tácticas para la mitigación del tráfico de drogas en pequeñas cantidades ha logrado devolver los espacios públicos a quienes pertenecen, en este caso a la comunidad, iniciativa que además ha sido destacada internacionalmente, recibiendo recientemente en Dubái el "Premio al Mejor programa Antinarcóticos del año", lo que a su vez la ha llevado a ser un modelo exportable a países de la región.

Por otra parte, en abril de 2023, luego de gestiones realizadas por el director general, Sergio Muñoz Yánez, se aprobó la Ley N° 21.552, la que consolida el rol investigativo de la PDI, lo que es un aliciente para enfrentar los delitos emergentes que el mundo globalizado propone y, también, para renovar nuestro compromiso con el país. Para ello estamos trabajando coordinadamente con agencias policiales internacionales, generando redes de cooperación para acceder a información y así crear coproducción de seguridad de manera multidimensional, lo que nos lleva a enfrentar un mundo complejo e incierto con la convicción que estamos trazando el camino adecuado.