La vida nocturna en el Barrio Puerto
Locatarios del sector dicen no poder pagar los certificados que emiten Bomberos y la SEC para aprobar su funcionamiento.
Las direcciones de Asesoría Jurídica y Desarrollo Económico del municipio de Valparaíso acordaron buscar una fórmula que permita apoyar a los locatarios del Barrio Puerto, quienes se resisten al pago de los certificados que entregan Bomberos y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), y que son indispensables para obtener la patente municipal de funcionamiento. El gremio que representa a los pubs, restaurantes y establecimientos nocturnos que operan en el sector fundacional de la ciudad acusa que tanto el estallido social como la pandemia significaron un serio deterioro económico, lo que hace imposible cumplir la ordenanza municipal que pone como exigencia el pago de dichos certificados cada dos años.
Tanto los dueños de locales como el municipio aseguraron que el objetivo no es esquivar el proceso de revisión a las conexiones de electricidad y gas, sino que encaminar cualquier apoyo hacia un equilibrio entre lo económico y la seguridad de los inmuebles.
Un proceso de este tipo abre también la posibilidad de que los sectores público, representado por el municipio porteño, y privado, el gremio de locatarios, dialogue mejoras integrales al funcionamiento de la vida nocturna en la ciudad. Es cierto que se encuentran vigentes para este tipo de actividades numerosas reglas y exigencias, surgidas algunas de ellas de los reclamos de vecinos, pero todo indica que las medidas aplicadas y las fiscalizaciones hechas han sido insuficientes para reimpulsar la actividad tras la pandemia. El esfuerzo que imprimen las pymes en dicho sector debe tener una correlación adecuada en las ayudas por parte del sector público; en tanto, cualquier apoyo del municipio, el Gobierno Regional u otros organismos, debe considerar exigencias para que cada emprendimiento pueda experimentar un crecimiento en sintonía con la ciudad y no a contrapelo de sus necesidades.
El casco fundacional de Valparaíso es vulnerable desde el punto de vista urbano y patrimonial, ambas condiciones que exigen a los actores políticos y económicos de la ciudad actuar con responsabilidad y proactividad, con sentido de la urgencia, pero también cuidando los bienes de valor permanente.