"No veo a los alcaldes de R. Democrática bien encaminados a la reelección"
Las últimas dos semanas han estado marcadas por el caso de los convenios entre organismos del Estado y diversas fundaciones, producto de entrega de recursos directos. Esto luego de que estallara el caso del seremi de Antofagasta con Democracia Viva, en la que sus involucrados pertenecían Revolución Democrática (RD), partido que ha estado en la mira.
Un tema que podría afectar al Gobierno, aunque para Axel Callís, éste "ya tiene internalizado gran parte del daño que ha tenido a partir de los indultos y de lo que fue la gestión política del año pasado". El sociólogo y director de Tuinfluyes.com, asegura que "de lo que uno puede mirar gran parte del daño ya está hecho. Ese daño se produce esencialmente a partir de los errores de Izkia Siches el año pasado; luego con la derrota del plebiscito -eso más que daño, fue un revés para el Gobierno, pero fue un daño porque se metió en la campaña, y se la jugó por un resultado-; y yo diría que después de eso los indultos y la elección del 7 mayo y todo lo que tiene que ver con la crisis de seguridad".
"El 30%, 35% que está con el Gobierno en este minuto es un público muy duro, y que no sé si cambie por este caso. Yo creo que el Gobierno está gobernando hace rato ya con el tercio duro de la opinión pública y que no sé si va a seguir mermándose", añade.
- ¿Cómo analiza usted la actuación que ha tenido el presidente de RD, el senador Juan Ignacio Latorre, en todo este tema?
- El Presidente de RD viene hace ya un buen tiempo con declaraciones que ayudan poco al Gobierno. Cada vez que el Gobierno trata de ordenarse, él aparece como la voz que trata de sacar una vuelta no muy estratégica de lo que está planteando el Gobierno. Sucedió con los indultos, ha sucedido con la reforma… Es decir, a veces, aparece destempladamente. Entonces, yo creo que el presidente de Revolución Democrática siempre está hablando desde la coyuntura y no desde lo que es la experiencia política. La experiencia política es que, en estos casos, uno sabe cuándo parten, pero no cómo terminan. Entonces hacer declaraciones tan tajantes o ir modificándose, lo que hacen es debilitar, al final, su propio liderazgo. No me extrañaría que pidieran su cargo, después de no solamente los resultados que tuvo Revolución Democrática en la última elección, sino también por la gestión política que ha tenido, que ha sido muy deficiente.
- ¿Esto influye en la relación que pueda tener con el resto de los partidos del Frente Amplio?
- Lo que uno nota desde fuera es que ha habido una coordinación mucho más fina entre el Socialismo Democrático con Convergencia Social, que es el partido del Presidente. Luego está el Partido Comunista que siempre se tiene que estar ordenando, muchas veces, a regañadientes de lo que hace el Gobierno. Pero Revolución Democrática… por ejemplo, cuando el Presidente plantea que deberían ser todos un solo partido, ellos no dicen "oh, es buena idea, la vamos a examinar", sino que un rechazo, no entiendo el valor que tiene la unidad para el Frente Amplio que exista un solo partido. O sea, siempre están tratando de recomponer las declaraciones que hace su presidente, entonces al final él más resta que suma (...). Creo que hoy en día ordenar a Revolución Democrática, más allá de los cargos que tiene, es bastante difícil. Es tan difícil que los propios alcaldes de Revolución Democrática se han mostrado preocupados por lo que es la conducción del partido. O, dicho de otra forma, yo no veo a los alcaldes de Revolución Democrática, que lo pueden haber hecho bien o mal, bien encaminados a la reelección con este partido.
- ¿Puede provocarse una fuga de militantes?
- Es que da lo mismo. Las militancias en los partidos, hoy en día, son absolutamente irrelevantes. O sea, un partido puede tener muchos militantes y no tener ningún peso electoral; y al revés puede tener pocos militantes y tener un gran peso electoral. No hay una relación entre los rendimientos electorales y los números de militantes. Lo que sí pesa es que Revolución Democrática es un partido que tienen comunas como Ñuñoa, Maipú, Viña del Mar. Yo, si fuera esos alcaldes, estaría preocupado con un partido que no me va a prestar la reputación para ser reelecto. Esos alcaldes van a tener que dar muchas explicaciones de lo que está pasando en Revolución Democrática en la próxima elección. O sea, si yo compito contra RD voy a sacar los casos de corrupción todo el tiempo.
- Por otra parte, ¿este caso complica más la agenda legislativa del Gobierno?
- Ya estaba casi en el suelo. Uno nunca puede decir que se entierra, pero, claramente, creo que el Gobierno tiene internalizado que va a tener que esperar un año para la reforma tributaria, que se le complica sobremanera la reforma de pensiones. ¿Por qué? Porque en el fondo la oposición va a hacer sentir el mal uso de los recursos y por eso es que el Gobierno tiene que rápidamente salir de esta coyuntura (...). Ha quedado de manifiesto la fragilidad del sistema de asignaciones con este caso de Democracia Viva.
- Todas las fundaciones van a estar mucho más en la mira.
- El problema es que el Estado, o por lo menos el Gobierno -y, de hecho, no hace 10 años, cinco años, sino que hace 30 años-, no tiene los brazos para poder hacer reconstrucciones en forma directa. Tiene que tercerizar. El diseño del Estado está hecho para tercerizar. La pregunta es ¿cómo se terceriza?, ¿cómo se transfieren los recursos?, ¿cómo se dan cuenta de ellos en términos de la pertinencia de las obras que tienen que hacer? Acá lo que tenemos son proyectos y organizaciones fantasmas que se crean para la coyuntura. A mí me sorprende que en todas las licitaciones que, por lo menos me toca participar, siempre piden cinco o diez años de experiencia, y acá no hayan tenido ni siquiera un mes, o dos meses. Entonces, hay que revisar esos protocolos.
- ¿Cree que lo sucedido puede influir en las elecciones municipales, no solamente en contra de RD, sino de toda la coalición de Gobierno?
- Es difícil. Santiago, Viña, Valparaíso, Maipú, La Florida, Puente Alto son comunas que se les llama de opinión pública. ¿Por qué? Porque allá la gente, en general, no conoce a los alcaldes de forma directa. Son comunas que tienen 300, 400 mil electores y que nadie conoce el alcalde cara a cara, todos lo conocen a través de los medios de comunicación. Ahí sí influye la reputación que tenga tu partido y un poco la reputación que tenga el Gobierno, o el pacto político en el cual tú estás En ese sentido, hay que ver cómo se llega al próximo año. Falta mucho todavía -son en octubre, entre medio, hay primarias-; y hay que ver cómo llega también la derecha, porque la oposición puede llegar dividida y eso también puede ser importante para estos alcaldes. Pero, en general no ayuda en términos electorales, sobre todo en las comunas de opinión pública, tener partidos desprestigiados.
- El crecimiento de Republicanos que se vio en la última elección, ¿se puede repetir?
- Es difícil, porque en general los partidos debutan, sobre todo, cuando no han ejercido el poder con una promesa y la promesa de Republicanos es hacer las cosas distintas. Entonces, el ejercicio del poder siempre desgasta. Esto es una condición, casi una ley de la física: cuando los partidos políticos adquieren vida, es decir, adquieren rostros, conductas, declaraciones, votaciones, principios, las personas dicen "bueno, esto no es lo que yo pensaba y otras personas dicen sí, esto es lo que yo pensaba; estos me representan o no me representan". Así que ahí normalmente se calibran las expectativas y, de alguna otra forma, se ajustan electoralmente. Pero, así con toda la experiencia de elecciones de los últimos 30 años, es difícil que Republicanos vuelva a repetir una performance como la que vimos el 7 de mayo. Va a ser muy difícil.
- ¿Cómo ve el plebiscito de diciembre?
- Va a depender de la forma y de la legitimidad que eso adquiera. Ya hemos visto que tan importante como el contenido, es la forma como se aprueba. En general, los chilenos y chilenas dicen que leen las constituciones, pero al final se quedan con las personas que median en términos de opinión, va a depender mucho de eso. Va a depender de si el texto es o no representativo para el Gobierno o valorado para el Gobierno, y si es valorado para la derecha. Si la derecha y el Gobierno, de una u otra forma, están entre comillas de acuerdo, va a ser más fácil que se apruebe un texto que viene con dudas, con críticas de legitimidad. Es un texto que parte absolutamente al revés de cómo partió el otro proceso. En el otro proceso, lo único que quería la opinión pública era aprobar, al principio; y en este texto hay una opinión más desfavorable. Así que hay que ver si el texto logra cautivar. No solamente el texto, sino que también los comportamientos y el debate que exista dentro del Consejo Constitucional.
- ¿Qué le parece la creación de esta Comisión Asesora Contra la Desinformación?
- A mí no me gusta ninguna comisión que se forme contra algo. No sé si esta comisión es, entre comillas, la solución porque éste es un problema planetario. Las fake news y la desinformación son el veneno del siglo XXI en términos de manejo de mensajes. La pregunta es si una comisión puede, entre comillas, hacer algo para combatir eso. Entonces, la verdad es que soy bien escéptico. 2
El presidente de RD siempre está hablando desde la coyuntura y no desde lo que es la experiencia política (...) Hacer declaraciones tan tajantes o ir modificándose, lo que hacen es debilitar, al final, su propio liderazgo.
Flor Arbulú Aguilera
flor.arbulu@mercuriovalpo.cl
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"es difícil que Republicanos vuelva a repetir una performance como la que vimos", dice.