LA PELOTA NO SE MANCHA El nuevo mapa de las movidas futboleras
La mayoría de los futbolistas, y sus representantes, cometen el error de creer que se pueden mandar solos. Bajo esa lógica, vemos a Ben Brereton yéndose al Villarreal, a Arturo Vidal firmando por Atlético Paranaerense, a Gary Medel posando con la indumentaria del Vasco de Gama y a Lionel Messi preparando su arribo en el Inter…de Miami.
Lo que estos jugadores no saben, es todo lo que implica para sus seguidores, que ya se habían encariñado con sus antiguos equipos, con algunos compañeros y que habían cultivado esa relación de amor y odio que uno siempre tiene con los directores técnicos.
En esta línea, el desastroso debut de Brereton por el submarino amarillo contra el Saint Gallen de Suiza, me hizo recordar la llegada de Iván Zamorano a Europa. En realidad, llegó al Bologna, pero los italianos lo cedieron a los suizos donde empezó a hacerse conocido por su coraje y bestial cabezazo.
Eran tiempos donde la única forma de ver los goles era a través de programas como Fútgol de Tito Fouillioux y Néstor Isella; o, muy tarde el domingo, Zoom Deportivo con Sapito Livingstone y Pedro Carcuro. Después, cuando Zamorano pasó al Sevilla de Vicente Cantatore, los noticiarios se fueron dando cuenta de su enorme potencial, hasta transformarse en la noticia de los domingos, cuando hizo historia en el Real Madrid.
A propósito de partidas, recuerdo el traspaso de Claudio Nuñez al extranjero después de haber hecho una fantástica dupla con Mario Vener. En ese momento, fue la transferencia más alta de Santiago Wanderers, pero nada de eso disminuyó la nostalgia. Gracias al "Diablo", hice las primeras búsquedas en un desconocido sistema llamado Internet. Quería saber cómo le estaba yendo a Núñez en México, porque los diarios acá decían poco y nada. Lamentablemente para mi curiosidad, los rudimentarios buscadores, Altavista o Terra, por ejemplo, y portales bastante artesanales, tampoco ayudaban mucho.
Hoy todo esto ha cambiado. Para los equipos de fútbol, pareciera tanto o más importante contratar a un buen futbolista como hacer una presentación original en las redes sociales. Lo vimos con Ben en España, con Gary en Brasil y, seguramente, veremos una versión edulcorada cuando llegue algún paquete a Chile.
Volviendo a los cambios de equipo, lo decepcionante de la temporada que viene es que no tenemos a ningún futbolista chileno que vaya a la que es, en la actualidad, la liga más importante del mundo: la Premier League. Atrás quedaron los tiempos en que estaba Javier Margas con los colores del West Ham en su pelo, Alexis Sánchez comandando los cañones del Arsenal, o Claudio Bravo cuidando los palos del City. Es un síntoma de nuestra decadencia. Lo más cercano es Marcelino y Sierralta que está en la B de la liga inglesa, pero que tiene la curiosidad de ser la Championship.
En España, además de Big Ben, está el bueno de Manuel Pellegrini que renovó con el Real Betis y donde seguirá nuestro Capitán América. El problema de seguir a un arquero es que termina siendo un fanatismo bastante ingrato, por mucho que se esfuerce Bravo, siempre le terminan haciéndole goles. Con el mismo ingeniero, me pasa algo curioso. Cada vez que le empieza a ir bien, me entusiasmo, veo el siguiente encuentro y pierde. Me siento responsable de sus grandes derrotas.
Alexis, nuestra gran carta, es un misterio. Ya nos habíamos entusiasmado con la Liga francesa, no mucho, la verdad, pero la ilusión de derrotar al multimillonario PSG era un buen incentivo. Ahí nos quedan Guillermo Maripán y Gabriel Suazo, pero ninguno de llena mis expectativas.
En un mismo saco, ubico a todos los que están en la intragable liga mexicana. Sé que es competitiva, que llenan los estadios y que pagan incluso mejor que Europa, pero para apreciarla, tendrían que hacerme una lobotomía, porque de otra forma, siempre será la liga donde jugó "El Chanfle" de Chespirito.
También está la legión extranjera de futbolistas chilenos. Jugadores que partieron muy jóvenes del país, que son hijos de chilenos expatriados en Europa o incautos que fueron convencidos por un representante inescrupuloso de que el pasaporte chileno podía ser una buena elección. Todos ellos, la verdad, me entusiasman bastante poco. Nada contra Nayel Rayan Mehssatou Sepúlveda, pero me resulta tan chileno como Pedro Pascal.
A pesar de esto, a todos estos jugadores, les deseo, sinceramente, que sea un gran año. De lo contrario, olvidémonos del próximo mundial.