Atraso en decisión sobre coordinador
Hace más de un mes, el Gobierno anunció que designaría a una figura para fiscalizar varias medidas en Quintero y Puchuncaví. Uno de los riesgos de este proceso es que la proyección política de la figura designada termine en la desnaturalización de su propósito inicial en la zona.
Ya se cumplió un mes desde que el Gobierno -con la presencia de la delegada presidencial regional, Sofía González, y los ministros de Economía y Medio Ambiente, Nicolás Grau y Maisa Rojas, respectivamente-, presentara un Plan de Fiscalización para Quintero y Puchuncaví, que tenía como elemento distintivo la designación de un coordinador presidencial con dedicación exclusiva, a cargo de darle seguimiento a las medidas adoptadas. Si bien la idea es positiva para una zona postergada como pocas en la Región, requiere ser aplicada con un sentido de urgencia y una visión que combine habilidades técnicas y políticas.
Los plazos gubernamentales, no obstante, están lejos de cumplir con las expectativas de una comunidad que ha sido testigo por años de distintos programas, testeos y promesas, sin que ninguno haya podido resolver definitivamente los graves problemas de salud que provocan las emisiones contaminantes de las industrias instaladas en la bahía.
En principio, se mencionó el nombre del exintendente Ricardo Bravo como la persona idónea para la función de coordinador. Su experiencia política, conocimiento del territorio y profesión de ingeniero civil bioqúimico le daban una ventaja respecto de otras opciones, pero su inclusión en la lista del PS para la alcaldía de Valparaíso en las elecciones del próximo año pone cierta sombra a la idea.
Uno de los riesgos de instalar en una zona de profunda vulnerabilidad y conflicto como Quintero y Puchuncaví a una figura coordinadora que tenga visibilidad y capacidad resolutiva frente a las industrias es que la proyección política de esa figura termine en la desnaturalización de su propósito inicial. Sometido a estas dos presiones contrapuestas -la urgencia de la designación y la demorosa tarea de elegir a la persona adecuada-, el Gobierno deberá aplicar toda su capacidad por llegar al mejor nombre.