Los oídos sordos de la ministra Aguilera
La actitud de la titular del Minsal y el oscuro abandono del área en manos de operadores muestra falta de preocupación por la zona.
La abrupta salida de Fernando Olmedo desde la dirección del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio (SSVSA) y las fuertes críticas que surgieron casi inmediatamente contra Cristián Gálvez López, designado por el Ministerio de Salud como su reemplazante interino, son el mejor ejemplo del desorden político-administrativo que existe en la cartera de Salud. Siete meses alcanzó a durar en el cargo Olmedo, pero la presión de algunos gremios, la muerte de una lactante en San Antonio durante la crisis de influenza y varios problemas administrativos terminaron por acortar la carrera del enfermero de la Universidad de Valparaíso, quien había asumido en diciembre del año pasado, tras superar un concurso por Alta Dirección Pública. Pese a que el SSVSA depende directamente de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, actualmente en manos del doctor Osvaldo Salgado, los dardos desde el Gobierno Regional apuntan a la ministra de Salud, Ximena Aguilera, a quien proponen como responsable de los problemas de gestión que sufren los pacientes del sistema público. El gobernador Rodrigo Mundaca dice que simplemente ignora las prioridades definidas por el Minsal, ya que aún no logra reunirse con Aguilera para hablar del convenio marco suscrito entre Salud y el Gore. Los consejeros regionales son aún más duros. Roy Crichton dice que "lo ocurrido es una muestra más del total abandono que tiene la ministra de Salud con esta región" y recuerda que el Hospital Fricke no tiene ambulancias operativas. Manuel Millones afirma que Aguilera tiene "escaso conocimiento de la realidad regional y nulo compromiso con los servicios de salud de la zona". El mismo Olmedo da un antecedente que permite poner en contexto el abandono al que aluden las otras autoridades. Pese a liderar uno de los servicios con más pacientes del país, no pudo reunirse con la jefa del Minsal en los siete meses que estuvo al frente del SSVSA, salvo por la fatal reunión en la cual le pide la renuncia. No se trata de pedir atención porque sí, sino de que la máxima autoridad de la Salud en Chile pueda conocer de primera mano las necesidades de la Región. No puede ser que ésta sea un fundo a disposición del diputado Tomás Lagomarsino y que se le permita instalar gente de la calaña de Fernando Olmedo y sus "asesores" (un exsubsecretario y un director de carrera de una universidad privada), quienes se dedicaron a defraudar confianzas, instalar amigotes y jugar con la salud de la gente de la Región de Valparaíso.