Las joyas ofendidas por la "superioridad moral"
A la antigua, los viejos tercios de la Concertación y la Nueva Mayoría creyeron que la Salud era la caja fuerte que les tocaba a ellos. Se equivocaron.
El nivel de ordinariez resultante de la poda que hubo esta semana en el Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio (SSVSA) trajo consigo viejos fantasmas de malas prácticas concertacionistas, la misma facción que tan ofendida se sintió con aquello de la "superioridad moral" esbozada hace ya tantos meses por el ministro Giorgio Jackson, en su encarnación más decadente: lo que queda del PR, la DC y sus amigotes, que vieron en este servicio un buen coto de caza para salvarse a sí mismos y, cómo no, también salvar a sus conocidos en distintas asesorías y cargos fantasmas sin siquiera exigirles un cartón o título profesional, como fue el caso de un conocido exjefe regional de seguridad. Así, desfilaron viejos tercios de la DC -hoy radicalizados por conveniencia-, un exrostro de televisión y también exsubsecretario encargado de enviar comunicados de prensa apócrifos a los medios de comunicación, y un encorbatado y perfumado director de carrera de una universidad privada de la región, ambos devenidos en operadores políticos de baja estofa preocupados de intentar manipular la información de un servicio que ha hecho noticia este año por denuncias de tortura en uno de sus hospitales, mala gestión de camas críticas con resultados fatales para una lactante en otro de San Antonio, y un imperdonable retraso en las obras de nuevos recintos, que terminan atentando contra lo que quizás sea lo único sagrado y no escamoteable que le queda a la población: su salud. El enfermero a cargo del SSVSA -que increíblemente había llegado por ADP- fue despedido tras una auditoría que dio cuenta de cómo "enchufó" a sus amistades, quienes "trabajaban" sin registro de asistencia y contraentrega de onerosos informes, efectuó pagos sin respaldo, contrataciones fuera de glosa y subrogaciones directivas irregulares. En su reemplazo asume de forma interina otro enfermero, esta vez PC y director (también por ADP) del mismo hospital donde se denunciaron torturas, con la impresentable carta credencial de contar con una querella criminal en su contra por el presunto delito de falsificación de instrumento público en el Juzgado de Garantía de Villa Alemana. En paralelo, el Servicio de Salud de Viña del Mar-Quillota (SSVQ), también tan ofendido porque se le mezcle con el SSVSA, tuvo este año el fallecimiento de una lactante en circunstancias al menos cuestionables y cuenta entre sus nuevas contrataciones directas con una involucrada (PC) por el caso del eventual fraude por el intento de compra de la clínica Sierra Bella por parte de la Municipalidad de Santiago. Joyas.