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muy bien que ahora en las enmiendas fluyan estas ideas políticas, pero no estaría bien que alguien pretendiera robarse la pelota, por así decirlo, no informar esto en una especie de propiedad para que el documento que va a regir a todos los chilenos sea el reflejo sólo de quienes están detrás de esa visión, ¿no?
- Pero ya va a ser una Constitución larga, ¿no? Sólo el anteproyecto tenía más de 40 mil palabras.
- Espero que no sea larga. Es una de las cosas de la Comisión Experta que son perfectibles. Hay mucha palabrería, creo yo, mucha frase que sobra, mucha palabra que sobra, y probablemente, desde ese punto de vista, ya en cuanto a la extensión de la redacción de los artículos, debiéramos tener una más corta. Pero, además, a mi juicio, hay mucha reiteración de cosas, de conceptos e ideas y principios que probablemente bastaría con que estuvieran en una sola norma para que ya el tema quede definitivamente despejado. También hay algunas cuestiones que a lo mejor deberían quedar más bien entregadas a la ley. Las constituciones deben ser textos que representen fundamentalmente todo aquello en lo que estamos de acuerdo. Deben ser producto de un acuerdo en lo fundamental, no en lo accesorio, porque esto último es propio de una dictadura totalitaria. ¿Un sistema democrático tiene que aspirar a que todo el mundo esté de acuerdo en todo? En ciertas cuestiones básicas, mínimas, pero muy esenciales; y en aquellas cuestiones que son o forman parte del libre juego de las ideas, entregárselo al sistema democrático y que sean los legisladores los que implementen las medidas que correspondan en su momento. Aquí hay un problema, porque los ciudadanos están percibiendo que los polos que están presentados ahí no están entendiendo muy bien esto.
"Hay puentes"
- Por el tono de las enmiendas y de lo que ya se está discutiendo, ¿cree que se nota el aprendizaje del fallido proceso anterior?
- Si fuera por lo que uno escucha de los políticos, no, pero si fuera por lo que uno escucha en el ámbito de los colegas que están trabajando en el proceso, asesorando a los dos sectores que están representados, creo que hay puentes. Probablemente hay puentes porque valoran, entre otras cosas, el esfuerzo que se hizo en la Comisión Experta, que fue un esfuerzo muy importante. Probablemente en eso es difícil para los ciudadanos, incluyéndome, entender el porqué de las diatribas y los discursos incendiarios de parte de los políticos, cuando lo que uno escucha y ve con las personas que están trabajando más técnicamente en esto es que hay posibilidades de diálogo, de conversación. Pero yo me imagino que esto es propio del juego político no más.
Confiar en la democracia
- El Consejo ya va con el viento en contra. Las encuestas muestran que un gran porcentaje de ciudadanos están por el "rechazo".
- Es muy lamentable porque, desde luego, a diferencia de lo que ocurrió en la Convención Constitucional, donde prácticamente desde el día uno vimos que esto iba por un mal camino, tengo la impresión de que aquí ocurrió al revés. O sea, comenzamos un camino que es largo, que partió con la Comisión Experta y que ahora sigue con el Consejo y que termina con un plebiscito. Y todavía no tenemos el texto y el primer insumo es un buen insumo. Ahora lo que se viene es la discusión de las enmiendas y estas son el segundo insumo. De hecho, se está invitando a profesores y especialistas de todas las tendencias, de todas las universidades, y se está escuchando a la gente. Me parece que todos los procesos de participación ciudadana debieran hacernos más optimistas que pesimistas en esta materia. A mí me da pena que los ciudadanos estén adelantando juicios sin darle la oportunidad a que el proceso se desarrolle y se complete. Probablemente el enjuiciamiento ciudadano hoy está muy marcado, muy influido por la contingencia. Y lo entiendo, no puedo ser frío en esa materia, pero lo que como profesor de Derecho Constitucional le podría decir a la ciudadanía es que hay que confiar en la democracia, hay que confiar en que este es un trabajo que forma parte de un proceso que yo creo que el final está demostrando que está bien diseñado. Es un proceso que está dando la oportunidad para que primero expertos y ahora la gente que fue elegida por nosotros nos dé una alternativa buena de una nueva Constitución. Hay que llamar a la prudencia, al sentido común y ojalá que la gente pudiera hacer la separación entre la contingencia y lo que está ocurriendo en el proceso. Sé que es difícil, pero hay que hacer ese esfuerzo. Es muy relevante, porque no hay ningún país del mundo que pueda permanecer en una incertidumbre constitucional permanente.
- ¿Y qué pasaría si gana el "rechazo" nuevamente?
- Yo soy optimista, espero que se vaya a llegar a buen puerto, que prime el sentido común y que todas las fuerzas políticas que están representadas en el Consejo lleguen a un texto que nos permita sentirnos a todos más o menos representados. Nadie va a poder sentirse plenamente representado; y si así fuese, sería malo, sería raro. Nadie debe pensar que se va a llegar a un texto que lo represente plenamente, porque eso es no entender lo que es la democracia. Ahora, si se llegara a un escenario de rechazo estaríamos en una situación muy compleja que, desde luego, no es un problema jurídico, ningún problema que un profesor de Derecho Constitucional puede resolver. Pero me da la impresión de que desde el punto de vista político nos llevaría a un atolladero.
"Yo soy optimista, espero que se vaya a llegar a buen puerto, que prime el sentido común y que todas las fuerzas políticas que están representadas en el Consejo lleguen a un texto que nos permita sentirnos a todos más o menos representados".