RECUERDOS DE UN FUNCIONARIO
POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO
1971
En las conversaciones previas durante la mesa redonda se acordó incluso el número de ministros que le iba a corresponder a cada partido. Fue todo muy amistoso. Con el tiempo eso se transformó en una verdadera batalla campal. Debido a las variadas acusaciones constitucionales que posteriormente tuvieron los miembros del gabinete de parte de la oposición que tenía la mayoría en el Congreso, Allende hizo uso de una verdadera "ronda de silla musical", pues al ministro censurado lo cambiaba a otro cargo, cosa que en esa época se podía hacer. Pero en cada modificación había otras mutaciones y ahí, como un día nos señaló en confianza en una conversación de pasillo el senador Rafael Agustín Gumucio, "los cargos se pelean a cuchillo".
En el primer gabinete el ministro del Interior fue José Tohá, hombre de gran trayectoria política dentro del PS, por años director del diario vespertino Última Hora y poseedor de una aceptación general, incluso en aquellos que no eran socialistas. Era un individuo moderado, de buenas maneras y su figura pareciera haber sido el modelo en que se inspiró Cervantes para escribir El Quijote de la Mancha. A Hacienda fue Américo Zorrilla, cuya carta de presentación era el haber sido por años tesorero del Partido Comunista. Hombre sencillo y afable, pero que de Hacienda sabía poco. Fue objeto de los más variados chistes en la opinión pública, los que él celebraba. Entre otras cosas se decía que lo primero que había hecho en el ministerio fue ordenar la confección de sobres redondos a fin de poder enviar circulares. En Economía se nombró a Pedro Vuskovic, socialista, inteligente y con objetivos políticos claros. Fue el cerebro del Gobierno en materia de política económica e impulsó con fuerza la idea de tener una conducta agresiva dirigida a imponer el socialismo. Profesionalmente era reputado como un buen economista. Fue, en materia económica, el líder indiscutible de todo lo que sucedió después. En Relaciones Exteriores fue designado Clodomiro Almeyda, viejo patriarca socialista de tendencia marxista radical. Hombre inteligente y con orientación política definida que resultaba adecuado para la acción exterior que deseaba implementar Allende.
El Gobierno de Allende apenas tomó el mando desarrolló una política muy agresiva en lo económico y en lo social. Se crearon miles de empleos, sin importar si eran económicamente viables. La cosa era disminuir la cesantía sin importar las consecuencias económicas futuras. Haciendo uso del Decreto 520, del 31 de agosto de 1932, que autorizaba la intervención momentánea de empresas en casos calificados, se inició sin justificación alguna una acción acelerada para designar interventores con calidad de plenipotenciarios en una cantidad sustantiva de empresas privadas, señalándole al país que ahora el pueblo era dueño de dichos establecimientos. Se imprimió dinero en forma nunca vista y se dio una sensación de bienestar que era desconocida. Baste señalar que la cesantía, que tenía un promedio del 7%, cayó a uno inferior al 4%, el incremento de la participación de los asalariados en el ingreso nacional de un 53% subió a más de 60%, el crecimiento del producto bruto fue cercano al 8% y la inflación bajó de un 34% al 22%. La gran cuestión es por qué la UP, que poseía tantas cabezas pensantes, no fue capaz de usar políticamente este veranito de San Juan. Espero más adelante entrar en ese tema, pero por ahora cabe preguntarse ¿cómo se pudo hacer todo lo anterior? ¿Con qué dinero se alcanzaron esas metas? ¿Por qué no se continuó por la misma senda? La razón ha sido deliberadamente omitida. Recordemos que la administración Frei dejó a disposición de Allende una suma equivalente a más de 3.000 millones de dólares de hoy. Es decir, se decidió "pegarse una gran farra" el primer año sin pensar en los serios efectos que tendría después la "resaca". Cuando al final en forma desesperada Allende fue a Moscú a estirar la mano para conseguir una suma similar a aquella, la respuesta soviética fue negativa. Es decir, Frei fue más generoso con Allende de lo que fue el Kremlin. Recuerdo que cuando se dieron a conocer las cifras indicadas para 1971, el senador Víctor García Garcena le dijo en la Sala del Senado al ministro de Economía que si era capaz de mantener esos números en el futuro, él iría a la Plaza de Armas y quemaría todos los libros de Economía que poseía. Lo que vendría hizo innecesario ese incendio.
La seguridad en 1971 se pretendió "vender" ante la gente con la idea que estaba bajo control, pues se decía que el MIR se había comprometido a no hacer más "expropiaciones". Sin embargo, la violencia generalizada con que se tomaban las empresas o los campos fue intensa y creó mucho odio y víctimas. El Gobierno dejaba hacer. La prensa adicta al Presidente hizo su trabajo. A vía de ejemplo, uno de esos diarios llevaría en 1973 un artículo titulado a toda página con "Viejos de mierda", refiriéndose a los ministros de la Corte Suprema en razón de un fallo que no había sido del agrado del Ejecutivo. Hubo muertos y heridos en las acciones de "tomas".
Era el inicio de un proceso que fue aumentando y que con el correr de los meses sería imparable. Lo que sí fue realmente impactante en todo el país fue el asesinato del exministro del Interior y exvicepresidente de la República Edmundo Pérez Zujovic. El 8 de junio, cuando se desplazaba en su automóvil en compañía de una de sus hijas, miembros de un pequeño grupo de ultraizquierda denominado VOP lo acribilló a balazos. Fue un acto cobarde, incalificable e inolvidable para todos los DC. Y aunque nadie acusó al gobierno de estar involucrado, dejó una marca imborrable de distancia en la relación entre dicho Partido y el Ejecutivo.