Sólo ayer hablábamos en este mismo espacio del anecdótico hecho de que Valparaíso no asomara entre las nueve regiones en las cuales el Ministerio Público había abierto investigaciones por convenios suscritos entre el Estado y fundaciones en el marco del escándalo desatado por Democracia Viva en Antofagasta y replicado en varias otras zonas del país.

Pues bien, tanta maravilla no podía ser eterna, por cuanto la Fiscalía Regional de Valparaíso inició ayer las pesquisas respecto de las responsabilidades administrativas y convenios suscritos por la exsubsecretaria de las Culturas, Andrea Gutiérrez, las mismas que le costaron su salida por decisión del Presidente Gabriel Boric el viernes de la semana pasada.

A Gutiérrez se le cuestiona la firma de dos convenios, uno con la Asociación Gremial Red de Salas Independientes de Chile, cuya representante legal es la pareja del exjefe de gabinete de Gutiérrez; y un segundo con la Corporación de Desarrollo de Santiago (Cordesan), donde trabajó como directora hasta febrero del año pasado. Parte de los hechos, según el Ministerio Público y sin especificar cuáles, habrían ocurrido en la Región de Valparaíso o, una segunda tesis, es que se actuó en la zona por cuanto la sede administrativa del Ministerio está precisamente en el Puerto.

Gutiérrez, dramaturga, actriz, docente y gestora cultural, expresidenta del Sindicato de Actores Sidarte y de la Federación Internacional de Actores para Latinoamérica, se ha defendido arguyendo errores administrativos, en tanto la renunciada Primera Dama y pareja del Presidente Boric, Irina Karamanos, lamentó la salida de una "gigante" de la cultura.

El caso de la seremi de Culturas de la Región Metropolitana, Alejandra Jiménez, es igual de delicado, por cuanto transfirió dineros a la ONG El Circo del Mundo Chile, de la cual fue fundadora y directora.

Nadie sabe qué pasará con la denuncia por un eventual adelanto irregular de dineros a ProCultura por parte de la Seremi de Vivienda, pero lo cierto es que el Caso Convenios arribó a la Región de Valparaíso con una de sus hebras más escandalosas y a sólo un día de que el Presidente Boric anuncie hoy su nuevo intento de pacto fiscal ante una oposición que ya no parece confiar en nada ni en nadie.

Hace unos días, INACAP presentó un estudio titulado "Movilidad social: aportes desde la educación técnico profesional", cuyo propósito fue llevar a números concretos el positivo impacto de la educación en las trayectorias de vida de las personas, especialmente las que provienen de los sectores de menores ingresos de nuestro país.

Escuchamos frecuentemente mensajes sobre el valor de la educación como motor del progreso, pero este estudio entrega datos objetivos y valiosos sobre la realización y entrega de oportunidades a tantas personas que han desarrollado su proyecto de vida desde la formación técnico-profesional (TP).

Uno de los principales hallazgos es que entre los estudiantes que son los primeros en sus familias en acceder a la educación superior, 57% de ellos lo hace a través de la formación TP. Estoy convencido de que esta modalidad educativa, motor de movilidad social, permite dar un salto en la mejora de las condiciones materiales de existencia, transformando así la realidad de miles de personas y sus entornos cercanos.

Ello nos llena de orgullo y refuerza nuestra convicción respecto de la promesa de valor que le hacemos a las casi noventa mil personas que estudian con nosotros. Esta promesa consiste en una formación integral, de calidad y pertinente, de carreras que son valoradas por las empresas donde trabajarán nuestros estudiantes, lo que termina expresándose en una alta empleabilidad (superior al 90% según nuestras cifras) y en un aporte cotidiano a la productividad de cada una de las regiones y del país.

Lo más esperanzador es que desde la vereda de la educación podemos cambiar vidas y eso es justamente es lo que hacemos desde INACAP y en el subsistema TP de la educación superior chilena. Todavía está por verse el impacto de desarrollos que hoy están en curso, como la implementación del Marco de Cualificaciones TP y sus poblamientos sectoriales, así como la instalación de las trayectorias formativo-laborales y sus múltiples opciones de articulación para facilitar la formación de las personas a lo largo de la vida, desde la educación media hasta la educación continua.

El presente y futuro de la formación TP parecen auspiciosos, por el reconocimiento actual que ya tiene (desde 2010 que los alumnos de primer año de la formación TP superan a los universitarios), por su importante aporte en la entrega de oportunidades, por los resultados presentados en el estudio y por los desarrollos en curso para seguir potenciándola en estrecha vinculación con el sector productivo.

La formación TP está en el corazón de nuestro país y desde ella entregamos oportunidades para que Chile alcance su desarrollo.