Derecho a la seguridad
Mientras todos los estudios enfatizan que abandonar el sistema educacional constituye un hito perjudicial en la trayectoria social, económica y laboral de una persona, en la Región de Valparaíso más de 4 mil estudiantes lo hicieron sólo en 2021-2022".
Los efectos de la criminalidad, así como el impacto de las imágenes que los medios de comunicación han venido produciendo respecto de Valparaíso, se traducen en un sentimiento de indefensión acentuada y una estigmatización que clama por mayor seguridad en medio de las presiones de un sistema político que muchas veces ha terminado actuando para satisfacer demandas puntuales, incentivando una retórica demagógica que a punta de endurecer las penas promete una sociedad sin riesgos o de riesgo cero.
Sin embargo, esta manera de enfocar el problema constituye un error a largo plazo puesto que mucho antes que la ley está la cultura, la autoridad social, los agentes intermedios como la familia y la escuela, de manera que habrá que preguntarse si endurecer las penas, o crear nuevos delitos podrá resolver el problema de la violencia y la inseguridad en una sociedad que ha golpeado a la familia, a la escuela, que ha destruido todas las formas de autoridad, que tiene sus iglesias vacías, al mismo tiempo que los niños hacen filas esperando la apertura del primer local de Krispy kreme en Vitacura.
No obstante, Valparaíso necesita dar respuestas al problema lo cual requiere contar no sólo con protocolos que ofrezcan mayores certezas a las policías -que deben ser equipadas y contar con más efectivos-, sino que urge reforzar estrategias congruentes con una mirada global del problema.
En el caso del Municipio, resulta indispensable aumentar el número de fiscalizadores municipales, así como mejorar la coordinación con otros entes en el ámbito de la fiscalización del conjunto de incivilidades que aquejan especialmente, al plan de Valparaíso, lo cual debiera significar -entre otras cosas- una decidida oposición a que se sigan entregando permisos para venta de alcohol en zonas que actualmente son de alto riesgo como es el caso de subida Cumming, ya que todas las investigaciones muestran que un acceso más dificultoso a las bebidas alcohólicas produce un menor consumo de alcohol, lo que a su vez evita los efectos en el ámbito de la proliferación de conductas delictuales asociadas al consumo.
Del mismo modo, tampoco la municipalidad debiese olvidar su rol esencial que la obliga a intervenir controlando el comercio ilegal y los ruidos molestos, reparando y pintando el mobiliario, mejorando todos los espacios públicos y fomentando el cuidado de la comunidad, acciones todas que impactan positivamente en una mayor seguridad para los ciudadanos.
Pero además se requiere prestar atención y llevar adelante acciones decididas para disminuir los índices de deserción escolar en Valparaíso, fenómeno directamente asociado a la criminalidad que demanda una mayor colaboración de las instancias educacionales y municipales en dicha tarea. De hecho, mientras todos los estudios enfatizan que abandonar el sistema educacional constituye un hito perjudicial en la trayectoria social, económica y laboral de una persona, en la Región de Valparaíso más de 4 mil estudiantes abandonaron el sistema educativo sólo en 2021-2022, algo que en parte fue consecuencia de la decisión que adoptara el alcalde en 2020 de impedir el retorno a clases presenciales durante la pandemia.
En tal sentido sería deseable poder contar con algún programa municipal que pueda ejecutarse en conjunto con el Mineduc y la Subsecretaría de Prevención del Delito que permita brindar apoyo educacional a niños y jóvenes en riesgo o con deserción escolar, o que tengan conflictos con su escuela o liceo.
Por último, no olvidemos que para cambiar Valparaíso se requiere entender que la ciudadanía exige un conjunto indispensable de deberes que a pesar de la reticencia de ciertos grupos es imperativo hacer cumplir, lo cual constituye una exigencia ineludible para integrar a toda la comunidad en la recuperación de la seguridad como un verdadero derecho. 2
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