Argentina: partidos tradicionales tratan de sanar heridas tras inesperada derrota
ELECCIONES. Tras el triunfo de La Libertad Avanza, de Javier Milei, con 30,04% de los votos en los comicios primarios celebrados el domingo en el país vecino, se ha provocado una verdadera revolución en la política trasandina.
El incierto y, sobre todo, inesperado panorama generado a partir de los resultados de los comicios primarios celebrados en Argentina el domingo, sitúa a los partidos tradicionales intentando sanar las heridas por la derrota sufrida y recomponiendo la estrategia electoral para octubre.
Si bien muchos calculaban un escenario de tres tercios, nadie contaba con que el reparto situaría a La Libertad Avanza, partido de Javier Milei, como el más votado, con un 30,04 % de apoyo, por delante del frente opositor Juntos por el Cambio (centroderecha), con 28,27 %, y del oficialista Unión por la Patria (peronismo), con 27,27 %.
¿Por qué nadie vio que esto ocurriría? ¿Los votantes del libertario son de derecha o es el reclamo del descontento?
Las respuestas a estas preguntas son sencillas de encontrar, aunque, como reflejó ayer un informe de la consultora LCG, el electorado "parece haber elegido un ajuste, pero uno concentrado en la política".
"Un voto 'bronca' a raíz del descontento con la situación actual habría podido destinarse a otras expresiones. Sin embargo, el electorado parece haber querido expresar un 'que se vayan todos' eligiendo a un candidato antipolítica, que suena atractivo al público", según el reporte.
El domingo, 7.116.352 argentinos apoyaron el discurso 'anticasta' y 'antiEstado', del libertario Milei, de conexiones directas con líderes ultraderechistas como el estadounidense Donald Trump, el brasileño Jair Bolsonaro, el chileno José Antonio Kast o el español Santiago Abascal.
Entre sus propuestas están la dolarización de la economía, acabar con el Banco Central, reducir a ocho los ministerios del Ejecutivo -desapareciendo Educación, Salud, Mujer, Ambiente y Desarrollo Social-, liberar el porte de armas y bajar la edad de imputabilidad penal.
Frente a su oposición al aborto, sorprende su apoyo a la legalización de las drogas, el matrimonio homosexual y la elección de género, si bien en todos estos casos deja claro que el Estado no debe asumir los costos.
Su discurso más calmado tras las primarias, caló en 16 de los 24 distritos electorales, lo que supuso una de las mayores sorpresas, pues muchos analistas habían cuestionado su falta de estructura en el territorio.
Con guiños constantes al expresidente Mauricio Macri ("fue el único que me llamó" y "sería un gran representante de la 'marca Argentina' en el exterior", dijo en televisión la noche del lunes), Milei no siente que deba negociar para el 22 de octubre con sus rivales.
"Patricia Bullrich es menos que mi segunda marca", expresó sobre la exministra de Seguridad, quien, dice, le ha copiado puntos de su programa.
A la derecha
Los resultados dejan entrever que el Gobierno que asuma en diciembre, estará más a la derecha, pues dos de los contendientes son de esa tendencia y el oficialista, ministro de Economía, Sergio Massa, representa a un peronismo de centroderecha.
En medio de la compleja situación socioeconómica del país, con niveles de inflación cercanos al 120 %, una pobreza del 40% y las metas establecidas por el FMI para afrontar la deuda, en el lunes poselectoral Argentina hizo una fuerte devaluación de su moneda, lo que desencadenó una escalada del dólar paralelo.
Consciente de que precisa apoyos para acceder a la segunda vuelta del 19 de noviembre, Massa tendió su mano el domingo a acuerdos más amplios: debe mirar al peronismo disidente, de Juan Schiaretti, quien obtuvo un 3,83 % y será candidato presidencial, y convencer al ala más dura del kirchnerismo.
Tampoco debería olvidarse de los 2,7 millones de votantes del opositor Rodríguez Larreta, muchos de los cuales no se identifican con la 'mano dura' de Bullrich o Milei.