El Consejo Constitucional se debate por estos días en la manida discusión de mantener la división política administrativa creada en 1974 o, como ya se ha propuesto tantas veces antes, crear macrorregiones bajo el marco de un nuevo diseño que permita "disminuir las brechas territoriales y levantar las economías regionales", como bien expuso el consejero regional Manuel Millones, exintegrante de la recordada Comisión Asesora Presidencial del segundo gobierno de Michelle Bachelet.

Así, en la comisión de Sistema Político y Forma de Estado, presidida por el expresidente de la Cámara de Diputados, Edmundo Eluchans, se planteó una nueva discusión sobre los nuevos modelos y realidades comunales y regionales, ahora reconfigurados por la migración, los asentamientos irregulares, las tomas, la pobreza, la escasez hídrica y otros fenómenos. En esa línea, y de mantenerse el actual sistema, se propuso también corregir el polinomio de distribución del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) para disminuir las brechas de desigualdad, no sólo económicas, sino de todo tipo, entre las regiones y la capital.

Otro de los que integraron la mencionada comisión de Bachelet fue el exintendente Jorge Martínez, por ese entonces director ejecutivo de la Fundación Piensa, quien pide respetar las identidades locales y apunta a que otros territorios distintos a la Región Metropolitana puedan alcanzar índices de desarrollo y bienestar similares a Santiago.

Según su visión, Martínez propone la asociación de diversos territorios con elementos en común para que así esta nueva geografía política pueda pararse con cierto grado de igualdad a la Región Metropolitana, negociar de mejor forma los presupuestos, desarrollar áreas industriales y cobrar impuestos propios. No debieran ser, agrega Martínez, más de 4 o 6 macrorregiones, tomando en cuenta el caso de la nueva Región de Ñuble, que hoy es la más pobre del país.

Más allá de la evidente inconsecuencia de Martínez, un férreo defensor y promotor de la hegemonía capitalina cuando tuvo la oportunidad de ser intendente y delegado, sus ideas no parecen alejadas de lo que debiese ser. Incluso ya hubo experiencias peregrinas, como la instalación en macrorregiones de los seremis de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación durante el gobierno de Piñera 2. Como contraparte, se asoma el secretario general de la Corporación Aconcagua Región, Claudio Gómez, quien defiende a rajatabla la creación de un nuevo ente administrativo.

El cuidado del medioambiente y las nuevas tecnologías asociadas a este rubro hacen fundamental que instituciones de educación superior estén preparadas para enfrentar estos desafíos. El plan de desarrollo estratégico Inacap creó la dirección sectorial del centro de energías de sustentabilidad y en Valparaíso contamos con dos carreras ligadas a este rubro: Técnico en Energías Renovables e Ingeniería en Energías Renovables del instituto profesional Inacap.

Esta nueva oferta académica nace a raíz de la preocupación constante de recoger las necesidades del territorio, enlazando las necesidades de cada región con las habilidades requeridas para poder contribuir a la solución de estos problemas. En este contexto aparecen estas carreras, que buscan hacerse cargo de la instalación de estos sistemas eólicos y fotovoltaicos no solamente en nuestra región, sino que en todo el país.

Existen 53 parques fotovoltaicos en el país; sin embargo, actualmente no contamos con la cantidad suficiente de mano de obra para hacer las instalaciones y para mantenerlas. De ahí la urgente necesidad de desarrollar el capital humano necesario para asegurar ese servicio.

En Inacap tenemos el desafío de crear estos centros de entrenamiento de energías renovables en todo el país y actualmente contamos con ocho centros de esta naturaleza en las distintas regiones, cada uno con sus propias características y desafíos. Nos ha sorprendido gratamente el interés de los estudiantes por las carreras técnicas profesionales ligadas a este rubro y también la disposición de las empresas e instituciones para capacitar a su personal, lo que sin duda nos sitúa nuevamente como un actor importante en la formación de los futuros profesionales.

En el actual centro de energías renovables Valparaíso (CEER), recientemente inaugurado y único en la región para fines de formación y capacitación de personas, se hace realidad nuestro modelo educativo "aprender haciendo". Es muy importante plasmar la experiencia de la información no sólo desde la teoría, sino que desde la práctica, ya que necesariamente tiene que ir de la mano de la tecnología. Sólo de esta forma puedes formar personas con una alta empleabilidad, que es el fin último a conseguir.

Es importante contribuir a la región formando personas capacitadas que puedan ser un real aporte en el presente y en el futuro. En este sentido, la alianza pública y privada con empresas y sectores productivos es fundamental. Tenemos grandes desafíos por delante relacionados con el medioambiente y sus nuevas tecnologías; lo vivimos a diario. Por eso queremos impulsar acercamientos con los estudiantes de colegios de la región para que conozcan este nuevo centro de energías renovables, de manera que se motiven a buscar en el futuro nuevos horizontes y oportunidades laborales.