Francisco Meneses V.

El socavón producido en las inmediaciones del edificio Kandinsky en Cochoa, en el límite del campo dunar de Concón, producto del colapso de un colector de aguas lluvias, ha generado una serie de debates y planteamientos en los últimos días.

Uno de ellos lo formuló la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, quien, en declaraciones a "La Segunda" el pasado viernes, sostuvo que lo ocurrido "deja en evidencia ante los ojos de todo el país que es urgente contar con instrumentos de planificación territorial que incorporen las dinámicas de la naturaleza y los efectos del cambio climático".

La postura de Rojas, que es experta en cambio climático, se funda en los efectos ocurridos ante "los eventos extremos que hemos presenciado particularmente este año: incendios forestales, en febrero; y los dos eventos de inundación, en junio y agosto".

Diseños por zona

Estas declaraciones fueron analizadas por académicos de la zona, los que coinciden en varios puntos con la Secretaria de Estado. Según Álvaro Peña, académico de la Escuela de Ingeniería en Construcción y Transportes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el planteamiento es adecuado, sobre todo cuando se proyectan escenarios de caída de aguas lluvias en distintas zonas.

"La situación en las regiones es distinta y dentro de ellas, la situación en las ciudades también es diferente. Por ejemplo, los ciclos hielo-deshielo, lo hemos visto con las lluvias extremas", sostuvo.

Por ello, agregó, "debería haber, no sé si para todas, pero para algunas localidades particulares, algunos análisis respecto a esto". Estos estudios incluirían factores de estadísticas y probabilidades de riesgos.

"A lo mejor, en vez de hacer un diseño, por ejemplo, en el caso de un colector para las peores lluvias de los últimos 10 o 20 años, probablemente haya que hacerlo para las (lluvias) de los 50 años. Con eso, uno tiene una serie de factores de seguridad que para eventos pésimos como éste o crecimientos, y no ha habido una actualización, se puedan prever", enfatizó Peña.

Hechos innegables

El meteorólogo Miguel Fernández, académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la PUCV, estimó por su parte que "el aumento de la temperatura en la Tierra está provocando desequilibrios en los ecosistemas, afectando la vida de plantas, animales y seres humanos. En tal sentido, nos encontramos viviendo en un profundo cambio que es producido por este fenómeno".

"Debemos estar preparados para la ocurrencia de eventos extraordinarios que escapan a las condiciones normales a las cuales estamos acostumbrados", añadió.

En tal sentido, Fernández fue claro al señalar que "el cambio climático es un hecho que no se puede negar. Podemos discutir por mucho tiempo quién es el principal responsable, pero está sucediendo ahora y hay que tomar medidas de adaptación y mitigación ya".

"Por lo tanto, sin duda, se deben contemplar estas situaciones extremas en los instrumentos reguladores", complementó el meteorólogo.

En los planes de gestión

Luis Álvarez, docente del Instituto de Geografía de la PUCV, manifestó a su vez que se debe estudiar bien cómo se incorporan en los instrumentos territoriales los efectos de fenómenos climáticos y atmosféricos.

"Más que en instrumentos de planificación física, como los planes reguladores, tiene que estar incorporado en los planes de gestión. Planes de gestión que permitan actuar en función de entender situaciones como inundaciones y olas de calor, manejar que son fenómenos los cuales hay que atenderlos a propósito de estrategia de acciones preventivas", explicó.

A juicio del profesor, "no necesariamente todo eso pueda quedar incorporado en el instrumento de planificación física. Los instrumentos de planificación física regulan los usos de suelo, la constructividad, algunas de esas dimensiones se podrán atender; pero todo lo que está diciendo (la ministra) va orientado a la política pública, que es más bien transversal y no necesariamente vinculada a un instrumento".

Cambios en otras áreas

Los especialistas consultados también plantearon las otras áreas en las que se deben incluir modificaciones, a la luz de los debates y las implicancias del cambio climático.

"Aunque no soy un experto en el tema, considero que es muy importante establecer políticas energéticas que fomenten la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles", sostuvo, por ejemplo, Miguel Fernández.

El meteorólogo estimó que "igualmente, se debe promover una agricultura sostenible y regular la construcción en zonas de alto riesgo de inundaciones, tanto en las áreas costeras como en los bordes de los ríos".

Álvaro Peña reiteró su foco en el monitoreo preventivo: "El estar revisando, pero de forma preventiva, no correctiva, ayuda muchísimo. Decirlo es bastante fácil, pero (hay que) tratar de ver cuáles son las zonas críticas, la infraestructura crítica que nos permite tomar alertas tempranas, por ejemplo, en verano para cuando tengamos problemas de invierno y viceversa, lo mismo lo que vamos a tener ahora, por ejemplo con los incendios".

Finalmente, Luis Álvarez puso su acento en la educación. "Tenemos que construir una cultura que vaya cambiando (...) Si no colocamos ahí (el foco) no vamos a hacer cambios sustantivos en la forma. El cambio climático es también un cambio en el paradigma, en la forma como nosotros nos relacionamos con el territorio".

En palabras del profesor universitario, "una simple política pública que se transforme a lo mejor en una ley, no hace cambios en la conducta de las personas. Ahí hay una cuestión mucho más profunda".

"Debería haber, no sé si para todas, pero para algunas localidades particulares, algunos análisis respecto a esto (cambio climático)".

Álvaro Peña, Académico PUCV

"Más que en instrumentos de planificación física, como los planes reguladores, tiene que estar incorporado en los planes de gestión".

Luis Álvarez, Académico PUCV

"Debemos estar preparados para la ocurrencia de eventos extraordinarios que escapan a las condiciones normales".

Miguel Fernández, Meteorólogo PUCV

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