La épica victoria de Wanderers en Arica tiene nombre propio: Eduardo Miranda
FÚTBOL. El portero del Decano fue la gran figura en el triunfo de los porteños sobre San Marcos: atajó un penal y salvó un gol de forma increíble en el noveno minuto de descuento.
Nada asegura que a fin de temporada Santiago Wanderers logre el ascenso a Primera División. Sin embargo, el equipo de Francisco Palladino mostró anoche en Arica el carácter que se necesita para ser campeón.
Virtudes no le sobran a los porteños, pero al menos frente a San Marcos tuvo la actitud que todo hincha desea para su equipo: nunca bajó los brazos, incluso con uno menos en cancha.
Por eso el triunfo en el estadio Carlos Dittborn, con todo en contra, podría ser la puerta que necesitaba abrir el Decano para ir en busca de una meta que su entrenador ha repetido hasta el infinito.
Para lograr ese objetivo, que no es otro que retornar a Primera División, anoche contó con una figura de excepción como su arquero Eduardo Miranda, que atajó un penal de forma brillante y evitó un gol del rival cuando se jugaba el noveno minuto de descuento. Eso sin contar las otras tres salvadas que protagonizó durante el encuentro.
"Tenemos la convicción de pelear el campeonato, es lo que queremos, es lo que soñamos partido a partido", resumió el golero verde tras el pitazo final.
Al frente tuvieron a un cuadro que como local presentaba un gran rendimiento: habían ganado ocho de sus doce partidos anteriores en casa, empataron uno y perdieron apenas tres. A eso se sumaba el incentivo por acercarse a la liguilla de ascenso con un triunfo.
Por eso no sorprendió la intensidad con que se jugó en el Carlos Dittborn, pues ambos cuadros tenían mucho que ganar. Los primeros minutos, que normalmente son de estudio, en este caso fueron de ataque sin tregua en ambas porterías.
El talento de Donadell descompaginaba al sector izquierdo de la zaga porteña. De hecho antes del gol de Camarda a los 44', los ariqueños tuvieron seis ocasiones claras de anotar, incluído un cabezazo de Azócar que dio en el travesaño.
Wanderers tampoco se quedó atrás y buscó a veces con velocidad y a veces con juego asociado abrir la cuenta. Lo consiguió gracias al oportunismo de Muñoz, que cazó un pivoteo de Guajardo que no pudo ser despejado por Viveros en el área.
Pese al dominio territorial del local en el segundo tiempo, fueron los porteños los que se acercaron con mayor claridad con tiros de media distancia de Gatica, León y Duma. Pero en una jugada confusa, el lateral izquierdo wanderino tocó el balón con el brazo en el área para desviar un disparo al arco. Penal y expulsión.
En ese minuto Miranda se agigantó, atajando la pena máxima pateada por Monroy (67').
La torpe expulsión de Dobboletta por un codazo a "Carlitos" a los 80' generó un tiro libre que el recién ingresado Santander convirtió de manera magistral con un zurdazo.
En los minutos que restaban, el Decano aguantó el resultado gracias a su arquero, que se vistió de Juan Olivares para entregarle un segundo aire a los verdes, luego de dos empates consecutivos. Hoy hay permiso para soñar.
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