El proyecto de construir un nuevo hospital base para la ciudad de Valparaíso dio un pequeño paso adelante con la presentación hecha por el Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio de diez posibles terrenos para su emplazamiento. La tarea de buscar un lugar adecuado en tamaño, ubicación y precio es durísima, entre otras razones, porque la comuna tiene amplias zonas sometidas a duras restricciones urbanas que reducen la cantidad de sitios disponibles y elevan considerablemente el valor de aquellos que pueden ser óptimos.

Un problema grave y ya insalvable es que todo este proceso comenzó demasiado tarde. La falta de acuerdos y voluntades políticas le jugaron en contra a Valparaíso y le hicieron perder un tiempo valioso que ahora le pena a los equipos involucrados en la iniciativa. Sacar adelante un megaproyecto como este requiere que las autoridades responsables -desde el alcalde al gobernador, pasando por el Minsal y el Core- suscriban un acuerdo de largo plazo, sólido y estable, que pueda convocar una voluntad común capaz de sortear los problemas técnicos y financieros que suelen hacer naufragar los proyectos de esta envergadura. No será fácil sacarle al Gobierno en Santiago un compromiso de financiamiento, pero el camino se aplana cuando los equipos técnicos regionales y las autoridades electas acuerdan un sistema de trabajo bien alineado. Por lo mismo, las opiniones favorables expresadas sobre el trabajo del SSVSA son un buen síntoma del proceso en curso, en cambio las dudas que surgieron sobre los terrenos disponibles pueden convertirse en un obstáculo difícil de sortear. La definición del sitio donde se construirá el nuevo hospital es tan relevante y crucial para el resto del camino, que debe ser resuelta, con unanimidad técnica y política, algo que no se ha visto por esta Región desde hace muchos años.

Las recientes lluvias en la Región de Valparaíso, las que se presentaron en corto tiempo, fueron muy intensas y superiores a las anteriores, ocasionaron que la estructura provisional emplazada para protección para el edificio Kandinsky colapsara, generando un nuevo socavón el pasado domingo, lo que llevó a que fueran evacuados los residentes del lugar. Es importante destacar que estas obras tenían como objetivo la protección y mitigación para evitar que las aguas lluvia llegaran al socavón principal, en el área donde se ubica el inmueble.

¿Qué medidas preventivas se deben tomar ante este nuevo evento? Comenzar con la solución definitiva del colector: se debería cambiar el trazado del mismo e incrementar sustancialmente las dimensiones y capacidades que contemplen eventos extremos de precipitaciones como los ocurridos recientemente. Por otro lado, hay que controlar las deformaciones del edificio para ir evaluando el potencial riesgo de este frente a nuevas situaciones como la vista.

Cabe recordar que por la intensidad de las lluvias, la probabilidad era muy baja de que ocurriera lo que hemos visto. Lamentablemente, una infraestructura provisional y ejecutada en sólo 15 días, no puede hacer frente este escenario de estrés. Hasta el momento, las obras provisionales han permitido que el edificio Kandinsky no haya resultado afectado, donde es necesario comenzar cuanto antes las obras definitivas que aborden la solución de forma integral. Es importante destacar con los recientes eventos ha quedado demostrado que la ubicación y trazado final del colector no es la adecuada, aspecto que debiera revisarse pronto en miras a generar los nuevos diseños, en lo posible buscando soluciones aguas arriba para aliviar el caudal.

La pregunta que surge ante este problema es: ¿hay peligro de colapso de los edificios? En el corto plazo no existe ese riesgo. Resulta importante destacar que el colector requiere de una reparación definitiva y, posteriormente, dar una solución al socavón mediante estabilización del suelo mediante técnicas especiales, seguido de contener el terreno y de rellenar. Mientras más se retrasen estas labores, el riesgo de daños estructurales de los edificios próximos y posibles colapsos aumenta.

Se debe recordar que la planificación en comunas como Viña del Mar y Concón también resulta importante. Es necesario que con la colaboración del sector público, las universidades, centros de estudio y los privados, se pueda analizar el impacto que podría tener la futura construcción residencial en este tipo de terrenos. Una y otra vez, los hechos nos demuestran que tanto las autoridades como la comunidad en su conjunto deben trabajar en el ordenamiento territorial, con el objetivo que estos sucesos no sigan ocurriendo. Esta tarea está delegada en diversos organismos, los que deben coordinarse para elaborar regulaciones en este ámbito tendientes a evitar lo que hemos visto en estas últimas semanas. Al mismo tiempo, la fiscalización adecuada y permanente de este tipo de proyectos inmobiliarios en las ciudades resulta imprescindible con el fin de prevenir y generar alertas tempranas hacia las comunidades.