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progreso familiar, por ejemplo.
El experto en comunicación política y electoral observa que el clima de pesimismo que refleja el estudio probablemente se vincule a la pandemia o a la realidad política que se está viviendo en el país.
En relación a las cifras de satisfacción con la democracia, el doctor en comunicación expone que puede ser producto de que ha habido gobiernos que no han sido exitosos -o no del todo exitosos-, lo que en el caso chileno suele redundar en el discurso según el cual "en la dictadura por lo menos había estabilidad económica y seguridad".
En su opinión hay sectores que plantean "que los hechos fundamentales del desarrollo de un país están exclusivamente asociados a la seguridad y a la estabilidad económica, y que son superiores a las libertades y a los derechos individuales, lo que es muy delicado y muy complejo, porque entonces empezamos a transar nuestra democracia, y eso nos muestra además una sociedad bastante individualista, ya que nos estamos preocupando de nuestros beneficios y no del beneficio global de toda la ciudadanía, lo que también es muy preocupante".
Deberes y derechos
El analista subraya asimismo que "la democracia está asociada a responsabilidades, a derechos y obligaciones, y creo que no está suficientemente claro lo que ella significa ni los compromisos que nosotros como sociedad debemos adquirir".
El incremento de quienes piensan que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático, agrega, no se circunscribe a Chile. "Bolsonaro tenía varios rasgos antidemocráticos y la gente lo votó igual, Bukele va por la misma senda, y posiblemente también hay gobiernos antidemocráticos de izquierda que se visten como democráticos y que promueven estos principios autoritarios que hacen eco en la ciudadanía sin visualizar lo que ello significa".
Recuerda un estudio de opinión reciente en que se planteó hasta dónde las personas están dispuestas a perder parte de sus derechos para tener mayor seguridad. "Cuando empiezas a transar tus derechos y libertades, estás perdiendo tu capacidad de decidir", dejando todo en manos de una autoridad superior, "y eso es el principio del fracaso de la democracia a nivel transversal, y nosotros sabemos lo que pasa cuando las democracias fracasan".
"Es verdad que la democracia no es el mejor sistema, pero es el mejor de los que hay hoy día, y noto que esta sensación de angustia propiciada muchas veces por los mismos políticos" a través de sus acciones, "está generando una actitud de apatía y desconexión de la realidad país, de lo que como sociedad queremos avanzar, de los derechos y libertades que hemos adquirido y hoy estamos dispuestos a transar", agrega.
Sostiene que lo anterior "es una moraleja para la clase política y una demanda por un proceso más formativo de nuestras juventudes, porque son muchos los jóvenes que hoy propician modelos más rígidos, lo que también preocupa". 2