La Consentida, porque todo consigues, mi vida, con tus porfías / Primero mi cariño, mi idolatría, y después mi pasión, mi vida, de noche y día.../ Consentida del alma, amor de amores, que todito te doy, mi vida, pa' que no llores…", cantaba Jaime Atria, ganador del Festival de Viña en 1961. El caballero tenía varias consentidas, entre ellas su primera esposa, Alicia Rosselot, que vivía en Papudo, con la que tuvo ocho hijos y quien guardó por siempre la carta que el maestro le dirigiera para conquistarla. A todo, esto, ¡ufff, por Dios que estuvieron rudas las fondas! Me obligaron en el Diario a ir a todas las que pudiera. Entonces combiné Sporting, Alejo Barrios, la de Calle 7, Olmué, me di una vuelta por el Parque O'Higgins y hasta me quedé a la Parada Militar del 19. Como mi jefe cree que vivimos en 1850 y que esto es un campo de algodón del estado de Alabama o Mississippi, me hizo trabajar igual nomás ayer. Acá va algo de lo que pude conseguir. Disculpen lo poco.

Tico y Tuco

El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, ha pasado en pocos meses de ser el niño problema al nuevo ñoño del curso. Esta vez la historia comenzó días antes, cuando el jefe de la Primera Zona Naval, el contraalmirante Juan Pablo Zúñiga, se lo topó en un evento y le preguntó si asistiría a la Parada porteña del día 18. Sharp, quien generalmente no va a este tipo de eventos por sus convicciones maoístas (para un 21 de mayo mandó a Yuri Zúñiga vestido como Che Guevara), le dijo que iría encantado y que, no contento con eso, también llevaría puesta su mítica corbata a franjas de colores gris mapache y azul oscuro, que en rigor es la única que tiene y que se la compró su mamá para la graduación de cuarto medio del Liceo Salesiano San José de Punta Arenas. Pero su nuevo espíritu cívico-militar también contagió al gobernador regional, Rodrigo Mundaca, otro que hasta hace algunos años tampoco comulgaba mucho con las corbatas y con las Fuerzas Armadas. Esta vez, asesorado por Rodrigo Faúndez (el empleado más ondero de los 19 pisos del edificio), y aprovechando su baja de peso, desempolvó un terno que debe haber usado para una gala de "Los Venegas" e incluso se dio el gusto de posar para la posteridad junto a su exmejor enemigo Jorge Esteban.

Nueva foto de perfil

La segunda Parada Militar encabezada por el Presidente Gabriel Boric en el Parque O'Higgins pareció contar con todos los ingredientes necesarios, entre ellos la ya clásica rudeza del general Cristián Vial al pedir autorización para dar inicio a la Parada, la impecable estampa de los comandantes en jefe Juan Andrés de la Maza (Armada), Javier Iturriaga (Ejército) y Hugo Rodríguez (FACh), el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, y el director general de la PDI, Sergio Muñoz. A la hora de las selfies, quien aprovechó su oportunidad fue el ayudante de órdenes del almirante De la Maza, el capitán de fragata Rodrigo Alveal, quien se hizo famoso fotografiándose con la ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, quien incluso subió la instantánea a su cuenta de Instagram con 508 mil followers.

Tiqui tiqui ti

La Fiesta de la Chilenidad de Concón también tuvo sus cositas, entre ellas la actuación de los Hermanos Morales y la visita de varios futbolistas, como Lucas Passerini, Carlitos Muñoz, Diego Buonanotte y Jeyson Rojas, entre otros. También los distinguidos parlamentarios Tomás de Rementería, Tomás Lagomarsino y Luis Fernando Sánchez, a quien el alcalde Freddy Ramírez le dedicó unas cariñosas indirectas en su discurso. Una de las estelares que confirmó para el día viernes pero no llegó fue la diputada comunista Karol Cariola, quien en principio iría en compañía de un apuesto parlamentario por la zona que, por estricto respeto a su privacidad, no podemos mencionar. Pero para que no digan que somos tacaños con la información, acá van algunas pistas: aparece en la columna de al lado, justito después de un flacuchento que juega a veces de central y otras de lateral en el equipo que le gusta a Princesa Alba. Su última moción parlamentaria fue la modificación de la Ley N° 17.635, para asegurar el cumplimiento de la obligación de habitar efectivamente las viviendas adquiridas mediante subsidio, tiene una asistencia del 94,09%, integra las comisiones de Relaciones Exteriores, Asuntos Interparlamentarios e Integración Latinoamericana; Defensa Nacional: Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos; y Control del Sistema de Inteligencia del Estado. Ah, y su teléfono termina en 0814.

En enero de 1920, la policía berlinesa abrió fuego contra una manifestación comunista frente al Reichstag, dando muerte a cuarenta y dos personas. No fue un gobierno de derecha el que reprimió la manifestación, sino la socialdemocracia (SPD) que había accedido al poder luego de la ignominiosa derrota alemana en la Primera Guerra Mundial.

Apenas dos meses después, el general Walther von Lüttwitz -conjurado con Wolfang Kapp, un antiguo político nacionalista- envió un grupo de fuerzas paramilitares a Berlín para derrocar al gobierno del SPD. Una vez conseguido este objetivo, Kapp asumió de facto como canciller. Sin embargo, el golpe de Estado duraría sólo una semana.

Los sindicatos convocaron a una huelga general y el Partido Comunista Alemán llamó a la resistencia armada, generándose una confrontación que dejó como saldo cientos de víctimas. La cohesión de las fuerzas civiles logró sofocar el golpe militar y convocar a nuevas elecciones. Sin embargo, en los nuevos comicios no ganó la socialdemocracia ni la izquierda radical, sino los partidos antirrepublicanos apoyados por una opinión pública contraria a las reparaciones económicas y a la pérdida de territorio impuesta por el Tratado de Versalles.

Un joven Walter Benjamin fue testigo de estos turbulentos acontecimientos.

Por un lado, a Benjamin le impresionaba el poder de los huelguistas, pero por el otro le preocupaba la incapacidad de las fuerzas de izquierda para capitalizar la victoria. Fue en este contexto que Benjamin escribió su ensayo Para una crítica de la violencia (1921).

El eje de esta obra es mostrar la íntima relación que existe entre la violencia y la ley. Según Benjamin, la violencia es el fundamento del derecho y puede ser de dos tipos: una que da origen y legitima el orden jurídico, y otra que lo resguarda y mantiene. La diferencia radica en que la violencia que se ejerce para sostener el derecho se basa en la amenaza del uso de la fuerza, antes que en su efectiva aplicación. Es la distinción entre coerción y coercibilidad.

La huelga general desafía el orden y la autoridad de la ley, y pone al desnudo la violencia inherente al orden jurídico. En el caso alemán sirvió para frenar un golpe militar, pero fue insuficiente para erigir un nuevo orden jurídico socialista.

El paralelismo con el caso chileno es evidente. El 18/O fue el símil de la huelga general alemana y, como ella, no tuvo la capacidad para transformar el orden jurídico y social capitalista. Su mérito fue desnudar las falencias de un modelo económico, pero el carácter inorgánico de la revuelta no sólo no transformó nada, sino que sometió al país a una anomia generalizada que perdura hasta nuestros días.

En este sentido, es dudoso que lo que realmente se obtuvo con la revuelta (un proceso de nueva Constitución) tenga algún poder "transformador" del orden jurídico y social.