El Papa Francisco denuncia que el Mar Mediterráneo es un "enorme cementerio"
CRISIS MIGRATORIA. Durante su visita a Marsella, el Pontífice pidió a Europa una acogida justa de los migrantes que arriban desde el continente africano y solicitó ampliar las entradas legales.
El Papa Francisco pidió ayer a Europa una acogida justa de los migrantes que llegan desde el continente africano, y solicitó "en la medida de lo posible, ampliar las entradas legales" porque "el rechazo no es la solución", dijo durante su intervención en los Encuentros Mediterráneos, una iniciativa de la Iglesia católica celebrada estos días en Marsella, en el sur de Francia.
En el salón de actos del Palais Du Pharo, ante el presidente francés, Emmanuel Macron, y los cerca de 60 obispos y grupos de jóvenes que participaron en los encuentros, el Papa se hizo eco del "grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo el mare nostrum en mare mortuum", y lanzó un llamado a Europa, pocas horas antes de cerrar su visita a Marsella.
"El Mediterráneo ha pasado de ser cuna de la civilización a tumba de la dignidad. Es el grito sofocado de los hermanos y hermanas migrantes", afirmó el Papa.
El pontífice destacó que "las dificultades para acoger, proteger, promover e integrar a las personas no deseadas están a la vista de todos, pero el criterio principal no puede ser la conservación del propio bienestar, sino la salvaguardia de la dignidad humana".
Reiteró su petición de no encerrarse en la indiferencia ante el drama de la migración y observó que "la historia nos llama a una sacudida de conciencia para evitar un naufragio de la civilización".
El viernes, el sumo pontífice recordó, junto a líderes religiosos ante el Memorial de los marineros y migrantes dispersos en el mar en Marsella, a "aquellos que no sobrevivieron, que no fueron salvados" y que estaban "ahogados en el miedo".
Asimismo, pidió sensibilidad ante la tragedia de los que "huyendo de los conflictos, la pobreza y las catástrofes naturales" se lanzan a la mortal ruta del Mediterráneo, mar que "se ha convertido en un enorme cementerio", publicó Vatican News.
Entradas legales
Francisco pidió ayer a Europa "contra la terrible lacra de la explotación de los seres humanos", "garantizar, en la medida de las posibilidades de cada uno, un amplio número de entradas legales y regulares, sostenibles gracias a una acogida justa por parte del continente europeo, en el marco de la cooperación con los países de origen".
Y remarcó: "Decir basta, por el contrario, es cerrar los ojos; intentar salvarse a sí mismos ahora, se convertirá en una tragedia mañana, cuando las generaciones futuras nos agradecerán si habremos sido capaces de crear las condiciones para una imprescindible integración".
Francisco constató que "varios puertos mediterráneos, en cambio, se han cerrado. Y dos palabras han resonado, alimentando los temores de la gente: invasión y emergencia".
Rechazó la palabra invasión porque "quien arriesga su vida en el mar no invade, busca acogida".
En cuanto "a la emergencia, el fenómeno migratorio no es tanto una urgencia momentánea, siempre oportuna para agitar la propaganda alarmista, sino una realidad de nuestro tiempo", dijo el Papa.
Ante el fenómeno migratorio, "que involucra a tres continentes en torno al Mediterráneo", Francisco urgió "a ser gobernado con sabia clarividencia: con una responsabilidad europea capaz de afrontar las dificultades objetivas".
Respecto a la integración, el Papa dijo que "es difícil" y advirtió de que no tener en cuenta las diferencias "deja, en cambio, que la idea prevalezca sobre la realidad y compromete el futuro, aumentando las distancias y provocando la formación de guetos, que causan hostilidad e intolerancia".