Un conflicto menos en la región
La empresa Aguas Pacífico y la Federación de Pescadores Bahía Narau sellaron acuerdo que viabiliza la construcción de desaladora.
Luego de cinco meses de intensas movilizaciones, que incluyeron la ocupación de terrenos privados y su posterior desalojo, los sindicatos de pescadores que conforman la Federación Bahía Narau firmaron un acuerdo con la empresa Aguas Pacífico, que permitirá darle continuidad a las obras de construcción de una planta desaladora en la bahía de Quintero. El proyecto contempla una inversión de US$ 1.000 millones y promete producir hasta mil litros por segundo de agua dulce, que será redirigida para el abastecimiento de clientes del rubro de la minería y la energía, disminuyendo la estrechez hídrica de la zona, pero también a beneficiarios de los Sistemas Sanitarios Rurales (Ex APR) y la Comunidad Agrícola La Dormida, lo que implica que 40 mil personas podrán acceder al recurso hídrico de manera estable y segura.
Pese a los beneficios evidentes de la iniciativa, su impacto en el borde costero de una zona saturada, como la bahía de Quintero, despertó una férrea oposición de diversos actores locales, entre ellos un grupo de pescadores que se sintió afectado económicamente. La movilización, liderada por la Federación Bahía Narau, tensionó el desarrollo del proyecto en los últimos meses y recibió el apoyo de numerosas autoridades regionales, cuyos argumentos sobre el daño que representa la desaladora quedaron en entredicho con este acuerdo, que incluye varias medidas adicionales. La más importante de ellas es el aporte de financiamiento, apoyo técnico y gobernanza para la construcción de una planta procesadora multipropósito de recursos marinos, que agrega valor a la pesca artesanal en Puchuncaví y Quintero y la pone en el camino de consolidar un servicio más industrializado en las labores de pesca. No es posible avizorar cómo será el desarrollo de esta nueva iniciativa, pero se hace indispensable destacar que el acuerdo representa el fin de uno de los tantos conflictos que afectan a la Región de Valparaíso y el camino recorridopor Aguas Pacífico y los pescadores, aunque fue tenso y lleno de incidentes, puede ser una fórmula interesante de analizar para un sector privado que clama por un liderazgo regional capaz de destrabar el cúmulo de proyectos regionales entrampados en obstáculos administrativos y objeciones ambientales.