Estudio sobre zona saturada sólo midió daños a corto plazo
SALUD. Expertos y diputados advierten que se basó en muestras de orina, pero los efectos en la salud de las personas a largo plazo se miden en muestras de pelo.
Los resultados del estudio sobre la salud de los habitantes de Concón, Quintero y Puchuncaví, efectuado por la Subsecretaría de Salud Pública y la Pontificia Universidad Católica siguen dando que hablar, ya que arrojaron niveles de arsénico y plomo similares a los de personas que viven en comunas sin industrias, por lo que científicos, comunidades y diputados plantean sus puntos de vista en torno a las mediciones.
Waldo Quiroz, profesor del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, señaló que "por el lado de la población, obviamente que son buenas noticias del punto de vista que no superan ninguna norma ni nacional ni internacional, ni presenta una distribución de los contaminantes de peor calidad que la que se ha visto en otras partes de Chile".
Sin embargo, advirtió que "hay que entender que las muestras de orina y de sangre lo que buscan es un monitoreo de una exposición de corto plazo, por ejemplo, si una persona consume o respira arsénico, probablemente en la orina le va a durar algunos días circulando, después se va a excretar".
Para medir a largo plazo
En esa línea, puntualizó que "si hubieran querido evaluar exposiciones a largo plazo, lo que uno monitorea son metales en otro tipo de muestras, por ejemplo, el pelo, o como lo que se hizo en su momento, que fue una exhumación de cuerpos, los denominados 'hombres verdes', porque en los huesos se acumulan por años los metales, sobre todo el plomo".
No obstante, Quiroz hizo notar que "el monitoreo de metales en el pelo y uñas tiene la desventaja que las normas internacionales no están para esas muestras, están las normas para orina y para sangre, pero no hay norma, por ejemplo, de plomo en pelo".
En tal caso, añadió, "al no haber normas uno hace comparaciones científicas, o sea, uno dice 'bueno, vamos a comparar con los niveles de plomo en pelos de personas que no están viviendo cerca de zona industrial o de carreteras', cosas así, y claro, ahí uno hace un juicio de valor. Se sacan conclusiones más científicas que conclusiones legales".
Por su parte, la médico cirujano Juanita Fernández, asesora técnica en temas sanitarios de Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia, indicó que si bien sólo ha podido ver la presentación en PowerPoint y no el estudio completo, "lo que me queda súper claro es que acá no se estudiaron ni las afectaciones de neurológicas, por ejemplo, del rendimiento escolar, todo lo que tiene que ver con las cosas de la neurodiversidad; tampoco se vio la parte endocrinológica; y tampoco se vio el daño genético potencial, entonces estamos solamente con tres parámetros, que son arsénico, plomo y la afectación de la función respiratoria".
Con todo, Fernández destacó que la doctora Sandra Cortés, investigadora que lideró el estudio, "es una profesional seria, que ha hecho estudios muy completos en Coronel y en otras zonas del país así llamadas de sacrificio, donde hay instalaciones de industrias que emiten elementos perjudiciales para la salud".
Por otro lado, advirtió que "esta es una de 15 medidas que ordenó el fallo de la Corte Suprema de 2019, y hay otras dos medidas que se han implementado recién desde el año pasado. Hubo una latencia muy grande en tomar acción, a pesar de que la Corte Suprema el 2019 dio un año de plazo, se han demorado muchísimo en implementar las medidas, se han hecho a pasito cansino, a pasito lento, y la verdad es que la salud de la población necesita medida un poquito más concretas y más completas también, y más rápidas".
Para Fernández, el resultado del estudio "es sorprendente, por decirlo de una manera suave, pero como va resultando que vivir en esta zona es tan saludable, sería el momento de sugerir que la plana mayor de las empresas se fueran a vivir allá con sus familias".
A su vez, la vocera de Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia, Katta Alonso, planteó que "necesitamos que se investigue en forma seria por qué tanta gente de nuestras comunas fallece y ha fallecido de cáncer y, sin ser experta, necesitamos muestras de pelo y uñas para detectar los metales pesados en el organismo".
Diputados cuestionan
Por el lado político, diputados del Distrito 6 también dijeron entender las aprensiones de la comunidad. Francisca Bello (CS) dijo que "aquí coincido con la comunidad en la molestia o enojo que pudieron surgir al conocer los resultados, no porque fueran malos, al contrario, entendemos que no lo fueron, pero porque no midieron temas como los metales pesados".
Para Andrés Longton (RN), "es un informe alentador respecto a ciertas medidas que se han tomado desde algunos años, como el plan de descontaminación, pero aún hay mucho pendiente, sobre todo en relación a los compuestos orgánicos volátiles que deben ser los principales causantes de los episodios de intoxicación que persisten".
En tanto, Gaspar Rivas (PDG) sostuvo que "existiendo todavía focos de intoxicación, como el que hubo ayer (jueves), resulta por lo menos extraño que los niveles estén iguales o casi iguales a otras zonas de la Quinta Región o incluso del país que no tienen los mismos focos de contaminación industrial; por lo tanto, habría que analizar a qué se deben esas discrepancias".
A juicio de Diego Ibáñez (CS) "el estudio es un buen punto de partida, pero necesitamos que tanto el Estado como el Ministerio de Salud se sigan haciendo presentes en Quintero y Puchuncaví con exámenes toxicológicos de sangre y pelo, que son mucho más precisos. Debemos reparar el daño agotando todos los caminos, sin descansar hasta que ninguna escuela más vuelva a cerrar por la contaminación".
Camila Flores (RN) advirtió que "estos datos se contradicen con los recientes y repetitivos episodios de contaminación que se siguen viviendo en la zona. Es realmente una burla para las personas que han sido víctimas de la contaminación por años decirles que 'todo está bien', 'están dentro de los parámetros normales'".
"Si hubieran querido evaluar exposiciones a largo plazo, lo que uno monitorea son metales en (...), por ejemplo, el pelo".
Waldo Quiroz, Profesor Instituto Química PUCV
"Necesitamos muestras de pelo y uñas para detectar los metales pesados en el organismo".
Katta Alonso, Mujeres de Zona de Sacrificio