RECUERDOS DE UN FUNCIONARIO Los mil días
POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO
Durante los martes pasados esta página ha llevado antecedentes, noticias y vivencias de lo que fue el gobierno de Salvador Allende. Ahora pretendo en forma esquemática hacer algunas consideraciones que demuestran lo negativo de dicha gestión y el mal que se le causó a Chile durante dicha administración, lo que a la larga se constituyó como la causa eficiente del golpe militar. Antes de ello deseo reiterar mi rechazo a la idea sembrada con cierto éxito en el sentido de que quienes criticamos a la administración Allende y sostenemos que su orientación y sus errores fueron gatillantes del golpe de Estado, estamos justificando las violaciones a los derechos humanos habidas después del 11 de septiembre de 1973. Desecho esa idea y reitero lo expresado en otras oportunidades, en orden a que rechazo todas las violaciones a los derechos humanos, pero eso no me impide sostener con certeza que sin Allende, Chile no habría tenido aquél.
1.- El gobierno de Salvador Allende en su gestación tuvo un vicio fundamental de legitimidad. En efecto, el candidato de la UP ganó la elección con 1.070.334 votos contra 1.031.159 de Jorge Alessandri. Tercero fue el representante del PDC, Radomiro Tomic, con 821.801. De acuerdo a la legislación vigente, al no obtener ninguno de los candidatos la mayoría absoluta (mitad más uno de los votos), el Congreso Nacional debía elegir al nuevo Presidente entre las dos primeras mayorías relativas. El PDC, para seguir la costumbre implantada en orden a elegir a la primera mayoría relativa, exigió a la UP un Estatuto de Garantías sobre el respeto a ciertos valores propios de la democracia. El acuerdo a que se arribó se transformó en un proyecto de reforma constitucional. Durante la tramitación parlamentaria de aquél el candidato que había obtenido la primera mayoría, el senador Salvador Allende, asistió a la sesión del 22 de octubre de 1970 y fundó su voto con las siguientes palabras: "Estas disposiciones deben entenderse no sólo como principios consagrados en la Carta Fundamental, sino como la regla moral de un compromiso ante nuestra propia conciencia y ante la historia". O sea, los votos de los parlamentarios DC que eligieron a Allende como Jefe de Estado tuvieron como requisito sine qua non el cumplimiento de ese compromiso. Sin embargo, pocos meses después el Presidente Allende, en el Palacio del Cerro Castillo, en Viña del Mar, ante una pregunta del periodista francés Régis Debray sobre el tema, le declaró que la aceptación del Estatuto de Garantías había sido una maniobra táctica para obtener los votos DC, pero que no estaba en su ánimo cumplirlo. Es decir, la gestación de la mayoría parlamentaria requerida para dar origen a esa presidencia tuvo un vicio básico en su origen, lo que pone en tela de juicio la legitimidad misma de su instalación. La presidencia se consiguió con un engaño meditado y astutamente ejecutado. En otras palabras, se violaron los derechos humanos de todos los chilenos que no votaron por Allende desde el momento mismo en que la mayoría representada por sus parlamentarios votó confiada en una idea que era mentira.
2.- El Presidente Allende poco después de asumir el cargo declaró públicamente que él no era el Presidente de todos los chilenos. Por primera vez en su historia el país tenía como Jefe de Estado a un ciudadano que se reconocía la calidad de tal sólo para sus partidarios, los que, de paso, eran minoría. Esta expresión llevaba en sí misma el germen de la rebelión de la mayoría.
3.- Los partidos políticos que sostenían a Allende, especialmente el Socialista y el Mapu, llamaban abiertamente a la revolución violenta, sin importar los medios ni los fines. "Los momios al paredón y las momias al colchón", ese era el grito de guerra. Si el Partido Socialista en vez de Altamirano hubiera tenido como Presidenta a alguien parecida a la actual senadora Paulina Vodanovic y el Mapu de Garretón hubiera sido dirigido por una persona que poseyera en ese instante la mitad del juico que dicho personaje muestra hoy, la cosa podría haber sido diferente. Es decir, fueron los propios socios del Jefe del Estado los que promovieron la división.
4.- En lo internacional se insistía en aparecer al lado "del hermano mayor", la Unión Soviética, teniendo conciencia que Moscú usaría al Gobierno de Allende, pero que carecía de todo real interés en asistirlo. Para la URSS la presencia de Cuba a pocas millas de Miami era suficiente como para cumplir la función de perro rojo que le mordiera las bastillas a Washington. Otro más le creaba problemas políticos y económicos. Por ello dejaron caer a Allende y al Che Guevara. Pero el PC insistía en su dependencia umbilical de Moscú, lo que lo llevó a ganarse, entre otras cosas, las diatribas del Che Guevara en sus memorias. Adicionalmente, cabe recordar que pese al poco interés soviético por Chile, el PC local fue el único partido político del mundo occidental que había apoyado en agosto de1968 la invasión rusa a Checoslovaquia. En otras palabras, la política internacional de Chile en el mundo bipolar que se vivía estaba a la altura de lo que era la de Bulgaria de la época.
5.- La idea de llevar la educación del país directamente al marxismo quedó descubierta por la filtración de un documento que contenía los planes educativos a implementar. Allí se reconocía que el objetivo consistía en imponer en Chile el tipo de educación de la Alemania Oriental de Honecker. ¿Podía haber un padrón de enseñanza más lejano a Chile que el de ese país esclavizado?
6.- En forma ilegal y usando un decreto ley de los años 30, se inició un proceso destinado a escamotear la propiedad de las empresas, sin importar su importancia o tamaño. En otras palabras, se dio origen a un sistema que buscaba robarle la propiedad a todos los empresarios privados. Esta fue quizás la más clara ruptura de los famosos Estatutos de Garantías antes referidos.
7.- Se creó un mercado negro de productos que no sólo se transformó en una escasez de todo tipo de bienes, sino que fue la humillación de los ciudadanos que debían por horas hacer colas para obtener pocos y malos productos. Al "gobierno del pueblo" poco le importaba la gente.
8.- El mercado negro de bienes fue la norma, debiéndose pagar cinco veces o más el precio fijado. La pregunta es obvia. Si el Estado había tomado en sus manos la propiedad de más del 85% de las fábricas y era "dueño" del 100% de las compañías distribuidoras, ¿quién hacia el mercado negro? Por lógica, los únicos que lo podían realizar eran los funcionarios del gobierno. Pero hasta el día de hoy se acusa a "los momios" de la escasez de productos, pues ellos "acaparaban". Para acaparar hay que comprar; entonces, ¿quién le vendía a los "momios"?
Podría seguir con la lista, pero creo que es suficiente con lo indicado. Sólo un último pensamiento. El gobierno de Salvador Allende se declaraba abiertamente marxista-leninista y creía firmemente en la lucha de clases. Quienes no éramos y no somos marxistas creemos en la diferencia de clases, pues es un hecho que está a la vista y nuestra pretensión política es precisamente acortar la distancia económica y social entre aquéllas.
La pregunta entonces cae sola: ¿cuál es la diferencia entre lucha de clases y diferencia de clases? ¿Cuál es la diferencia específica entre ambos conceptos? La respuesta es simple pero dramática. Para que la diferencia de clases se transforme en lucha de clases hay que agregar a la primera un solo ingrediente: el odio.
Es decir, tuvimos un gobierno que fomentaba el odio entre nosotros y por esa vía pretendía imponernos un método que nos llevaría a una supuesta igualdad. ¿Igualdad a través del odio? Eso es para otro país, no para Chile. El Golpe de 1973 se produjo porque el fin buscado por la UP y los medios que usó en esos 1.000 días eran absolutamente ajenos al alma de la mayoría que vivía en esta angosta y larga faja de tierra que se llama Chile.