En el Hotel Imperial de Viña del Mar se llevó a cabo este fin de semana el 32° congreso regional Carlos Lorca Tobar del Partido Socialista, instancia en la cual se tomaron acuerdos de más de 300 votos políticos en torno a la posición frente al Gobierno, el rol de la mujer, los próximos procesos electorales, el plebiscito constitucional y el próximo congreso nacional del partido.

Sobre el penúltimo punto, el presidente regional, el diputado Nelson Venegas, deslizó que la decisión será no tener una postura hasta el 7 de noviembre, fecha en la que se publicará la propuesta de nueva Constitución y en la cual se iniciará el proceso de estudio y discusión de la misma.

En cuanto a las elecciones, el propio Venegas reconoce que es un tema aún más "difuso", dado el crecimiento de la tienda y sus militantes, lo que a juicio del parlamentario los pone como el partido más fuerte y en posición de negociar mejores condiciones y ambiciones políticas regionales.

En ese contexto, y pese a manifestar su disponibilidad para alianzas desde la DC hasta el PC, los socialistas locales no ven con malos ojos levantar candidaturas a espacios comunales como la Municipalidad de Valparaíso o regionales como la Gobernación, cuyos actuales titulares, Jorge Sharp y Rodrigo Mundaca, no han cultivado precisamente una buena relación el PS. Acá es donde vuelve a surgir el nombre del exalcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, quien se dice dispuesto a acatar lo que decida el partido, sea esto la alcaldía de Quilpué, la consejería regional o, incluso, la apuesta por suceder a Mundaca como gobernador. Su única exigencia, al parecer, sería la de formar parte de un proyecto general que integre a los candidatos a alcaldes, cores y concejales por las distintas comunas y distritos de la Región.

¿Hasta dónde llegará Mauricio Viñambres? Buena pregunta. A su desatada disputa con la alcaldesa de Quilpué, Valeria Melipillán, se suma una intensa actividad partidista que lo ha llevado a vincularse fuertemente con la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, los cuadros duros a nivel gubernamental -incluyendo uno u dos escuderos instalados estratégicamente en la actual administración regional-, y también con el cauto diputado Tomás de Rementería, uno que decide e influye mucho más de lo que está dispuesto a reconocer.

La semana antepasada, Ricardo Caballero, destacado economista chileno y académico del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), estuvo participando en un seminario en el país y concedió un par de entrevistas a medios de comunicación. En ellas explicitó dos conceptos: suma cero y destrucción creativa, las que intentaré relacionar con un escenario complejo de nuestra economía, en particular por su pérdida de dinamismo y el deterioro del mercado laboral. En relación con la "mentalidad suma cero", el académico "se refiere a las personas que tienden a percibir las ganancias o beneficios que algunos alcanzan en materia económica como el resultado de una pérdida equivalente por parte de otros", y nos advierte sobre dicha mentalidad, pues puede generar un continuo debilitamiento del ciclo virtuoso de creación de riqueza.

Sin embargo, hay un segundo concepto que el economista Caballero enunció con mucha fuerza: "Chile carece de un proceso eficiente de destrucción creativa". Desde el punto de vista conceptual, se entiende como destrucción creativa al proceso mediante el cual la innovación transforma el modelo de negocio dominante en una industria, alterando las técnicas de producción o de comercialización, llegando a modificar el propio bien o servicio final. Como parte de este proceso, las empresas deben adaptarse a la nueva dinámica del sector, para así poder llegar a cerrar líneas de negocios y abrir otras nuevas. Respecto a Chile, el economista Ricardo Caballero enuncia que se ha debilitado la capacidad de "regeneración mediante la constante reorganización de recursos hacia sectores y empresas más productivas" y que esta dinámica "es vital para el crecimiento sostenido". En términos más concretos, explicita que lo que está frenando este proceso de destrucción creativa es la "permisología, las rigideces del mercado laboral, un sistema educacional deficiente, la polarización política, nuestra mentalidad de suma cero que va en contra del crecimiento".

Hoy en día, el proceso de la destrucción creativa puede entrar en acción por tres factores: las diferentes condiciones de entorno, la obsolescencia tecnológica o el cambio en las preferencias de los consumidores. En otras palabras, cuando las empresas deciden iniciar dicha transformación deben evaluar su organización, diseñar su respuesta a dichos problemas y evaluar con rigor y manejar eficientemente el nivel de innovación.

En esos mismos días, el economista David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, nos alertó que la tasa de ocupación registrada por el INE para el trimestre junio-agosto del 2023 fue de un 55,4%, sólo comparable con una cifra del 2010, o sea, estaríamos ante un retraso de 13 años. Además, nos señala que aún tenemos un déficit de 450 mil empleos respecto a la situación de prepandemia; y si lo comparamos con la tasa de ocupación diciembre 2019-febrero 2020, antes de la pandemia, era del 58,2%. La ralentización de la economía nacional y particularmente el estancamiento de nuestra economía regional y sus impactos directos en la generación de empleos en la última década nos obligan a reconocer que estamos ante "una emergencia laboral no declarada" como lo planteó el economista Bravo el pasado 3 de octubre.