Correo
Acuerdo por la seguridad
Celebro el acuerdo portuario anunciado mediáticamente el lunes por el Primer Mandatario, el gobernador regional y el alcalde de Valparaíso. ¿Y el acuerdo por la seguridad ciudadana cuándo? El grave clima de inseguridad reinante en nuestra querida y agónica ciudad porteña no admite más dilación ni pusilanimidad con la delincuencia.
Francisco Orrego Bauzá
Proceso constitucional
A días de que el proceso de redacción de una nueva Carta Magna concluya por parte del Consejo Constitucional, ha sido evidente que este segundo proceso se distancia bastante de la fracasada Convención Constitucional.
Una de las grandes diferencias con el proceso anterior es que el actual no estuvo marcado por noticias que poco y nada tenían que ver con la redacción de una nueva Constitución. Muchas veces llegaba a dar vergüenza ajena las declaraciones, el afán refundacional, partir prácticamente de cero al entregarle una hoja en blanco a la Convención.
En esta segunda oportunidad hemos visto un trabajo serio, más profundo, que reconoce la historia constitucional de Chile, con un texto -hasta el momento- que entrega garantías de gobernabilidad y estabilidad a la nación.
Aún debemos conocer el texto final para formarnos una opinión fundada de lo que será la votación del plebiscito de diciembre próximo, creemos que se trata a priori de un documento que satisface las necesidades de la ciudadanía y refuerza elementos como la libertad de elección y la seguridad del país.
Francisco Muñoz Coordinador general Movimiento Chilenos de Corazón
Ley de usurpaciones
Las críticas al veto presidencial a la ley de usurpaciones son discutibles desde que la ministra Tohá piensa, contrariando la opinión del Congreso, que el proyecto, como estaba, se prestaría para vulnerar los derechos de las víctimas. Sin embargo, el veto naturalmente hará menos eficiente la disuasión en esta clase de delitos. Así, esta visión choca con la ciudadanía, que espera que las penas funcionen como disuasivo en el comportamiento delictivo, dada la actual situación de violencia y pérdida del orden público en el país.
También es discutible la visión del Ejecutivo en cuanto a que se hace necesario poner el énfasis en las mafias que se dedican a realizar complejos loteos ilegales (se sabe que estos grupos están ligados con peligrosos carteles de narcotraficantes). Para dicha práctica se hubiese esperado un tipo penal especial, tanto para los autores de estos delitos como para los eventuales compradores de terrenos usurpados (a ello se deberían unir multas, pero también penas punitivas). Nótese que una forma de disuasión evidente para estos delitos es penar ambas situaciones, es decir, al que realiza la usurpación, al que lleva a cabo el loteo y al que compra al usurpador en un loteo ilegal. Tal vez una adición de esta clase hubiese de alguna forma tendido un puente entre el Ejecutivo y el Congreso, que es muy necesario en la actualidad.
Rodrigo Barcia Lehmann Decano de la Facultad de Derecho, Universidad Autónoma de Chile
Orgullo de ser honrado
Luego de leer la crónica de Roberto Ampuero del domingo 15 de octubre, llego a la conclusión que lo planteado es un problema de trastoque. El orgullo de ser honrado y el orgullo de ser ratero. No me refiero a los delincuentes violentos y profesionales, solamente a los rateros (que también pueden ser profesionales).
Yo los he escuchado en un amistoso asado contando, con orgullo, sus aventuras de ingenioso raterismo sin ser descubiertos. Y la clave de su orgullo está en sentirse más inteligentes que los medios de resguardo. Como ejemplo, cuento una historia de la época de la importación de té, producto muy apreciado por los rateros portuarios, donde había un administrador de Aduana muy serio, muy honesto y, en el fondo, muy fregado. Todos los respetaban casi con temor.
Todos los días, muy temprano, hacía un recorrido por los recintos portuarios para verificar que todo estuviera en correcta función. Salía siempre por una puerta de control, donde recibía el saludo asaz reverencial del personal. Se cuenta que un peladito muy ingenioso no encontró nada mejor que salir detrás de él pisándole los talones con una gran bolsa de té robado. Los guardias lo miraban, pero él, mostrando la bolsa y al administrador, decía: "Chis, es del jutre", y seguía su paso. Y así son tantos los ejemplos de la satisfacción del ingenio mal entendido.
¿Cuántas generaciones se requerirán para cambiar el orgullo de ser ratero por el orgullo de ser honrado?
Luis Torti Alcayaga
Visita a China
Previo al viaje del Presidente Boric a China, medios y especialistas analizaron en detalle las potenciales consecuencias de dicha visita, así como la significancia de la presencia de la ministra Camila Vallejos, entre otros.
Una vez comenzada la gira, dado que el Presidente siguió estrictamente el guión, evitando así momentos incómodos y declaraciones bombásticas, el interés de la prensa disminuyó. A simple vista, este desenlace pudo parecer poco prometedor, incluso aburrido, dado que la administración actual nos ha acostumbrado a salidas de libreto. Sin embargo, es fundamental destacar que, en contra de todo pronóstico, el Presidente logró liderar una visita sobria, correcta y aburrida. Algunos considerarán esto una victoria. No obstante, es fundamental recordar que este resultado, si bien positivo, es el mínimo esperable de nuestras autoridades. Por consiguiente, resulta una aspiración legítima demandar que nuestros líderes se comporten de acuerdo con la altura de su cargo.
Esperemos que la administración Boric haya aprendido la lección y veamos en el futuro muchas giras internacionales sobrias, correctas y aburridas.
Juan Pablo Sims Académico Centro de Estudios de Relaciones Internacionales UDD
Dosis de diálogo
Mientras el Presidente Gabriel Boric instaba a los jóvenes en la Universidad de Sichuan a mantener "una dosis de rebeldía" en una clase magistral realizada en la reciente gira en China, en nuestro aún se vive una crisis social profunda. Es claro que en lugar de impulsar una dosis de rebeldía, lo que a mi juicio realmente necesita Chile es una dosis de diálogo, entendimiento y responsabilidad. Porque si bien la rebeldía no es mala per se, el progreso y la solución a nuestros problemas sólo vendrán cuando aprendamos a escucharnos y trabajar juntos por el bien común.
Renato Vicencio